**Tomado de Tiempo Argentino

El próximo 25 de enero habrá elecciones en Grecia, ante el fallido intento del oficialismo de elegir presidente en el Parlamento. ¿Por qué un hipotético triunfo de Syriza podría significar un verdadero temblor en la política griega? ¿Qué implicancias puede tener para Europa, y especialmente para España, un triunfo de la organización de Tsipras? Cuatro claves para entender qué se pone en juego:

1) Las próximas elecciones en Grecia podrían significar un cambio rotundo de orientación política y económica, que tendría impacto en Europa. Si las elecciones en Venezuela en 1998, con el triunfo de Hugo Chávez, comenzaron a trastocar el mapa electoral latinoamericano de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI, provocando una posterior estampida de triunfos electorales de gobiernos posneoliberales que avanzaron por todo el continente con un claro cuestionamiento a las políticas de ajuste, las próximas elecciones en Grecia podrían tener un efecto similar en caso de que la izquierda nucleada en Syriza logre formar gobierno. ¿Por qué? Porque mostrarían las claras limitaciones de las políticas neoliberales de endeudamiento –y achicamiento estatal– llevadas adelante en aquellos países que más fuertemente sucumbieron ante la crisis económica abierta hace más de un lustro, y abriría las puertas para que aquellas formaciones que fueron más críticas a estas políticas puedan acceder a espacios de gestión –ya sea locales o nacionales.

2) Podemos, en España, expectante ante las elecciones griegas. Este punto tiene relación directa con el anterior. Es bien conocida la afinidad política e ideológica entre Pablo Iglesias, secretario general del ascendente Podemos español, y Alexis Tsipras, la cara visible de Syriza. Ambos actúan de conjunto en el Europarlamento, y se han visitando recientemente, tanto en Atenas como en Madrid. Un hipotético triunfo de una coalición como Syriza podría apuntalar a Podemos de cara a las próximas elecciones españolas. En redes sociales, el dirigente español se entusiasmó al conocer el adelantamiento de las elecciones griegas, afirmando que "2015 será el año del cambio en España y en Europa. Empezaremos en Grecia. Vamos Alexis –Tsipras–. Vamos Syriza". El gobernante PP, en tanto, intentará jugar sus fichas a la continuidad del actual gobierno griego y sus políticas de "rescate" junto al FMI, similares a las acordadas por el gobierno de Rajoy. Un cambio en la administración griega sería un mal augurio para el Ejecutivo español, de cara a las elecciones municipales –mayo– y a las generales –hacia fin de año, aún sin fecha definida.

3) El FMI y la Unión Europea, instituciones que buscarán la continuidad. Al conocer el adelantamiento de elecciones, el FMI fue claro: "Las negociaciones –para mantener la ayuda– se reanudarán en cuanto haya un nuevo gobierno", manifestaron. El gesto adusto detrás de estas frías palabras muestra preocupación ante un posible gobierno liderado por Syriza. Antes había sido el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, quien había sentenciado que "no me gustaría que fuerzas extremistas llegaran al poder" en Grecia, en clara alusión a la formación de Tsipras. ¿Por qué Juncker utilizó el término "fuerzas extremistas"? Para colocar no sólo en ese lugar a Syriza, sino también al neonazi Amanecer Dorado –quien igualmente, según los sondeos, está muy lejos de poder formar gobierno. Esa será sin dudas una estrategia de los sectores dominantes del Viejo Continente para intentar frenar a Tsipras: equiparar su crecimiento al de las fuerzas de la extrema derecha, para así decir que se necesita una solución intermedia, no audaz. Es decir: apuntar a un "voto seguro", algo difícil si se toma en cuenta la inestable situación económica que el país ostenta desde hace más de cinco años. Allí Samaras, en su rol de primer ministro, intentará jugar ese papel de continuidad exigido por el FMI y la UE.

4) ¿Podrá Syriza sortear la campaña negativa que le espera en este mes de parte de los medios hegemónicos griegos y europeos, y seguir liderando en encuestas? Esta pregunta es la que sin lugar a dudas puede definir lo que suceda de acá en más, y la que se realizan consultores y analistas políticos de Grecia –en particular– y Europa –en general. Al día de hoy, Syriza lidera en la reciente encuesta de Palmo Analysis, con un 29,9% de intención de voto, aunque es inmediatamente perseguido por el oficialista Nueva Democracia, que ostenta un 23,4%. De mantener esos números, quedará a unos diez escaños de conseguir la mayoría en el Parlamento, y podrá, además, formar gobierno en caso de ganar la elección. Por ello la confianza del propio Tsipras, quien días atrás publicó un artículo de opinión donde sentenciaba que "en Europa, el sentimiento está cambiando. Todo el mundo se está acostumbrando a la idea de Syriza en el gobierno". ¿Finalmente será posible? Un largo mes dirá si es posible visualizar un primer gran cambio en Europa, que pueda asimismo tener repercusiones en otros países.