Desde que asumió el cargo el 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk han alterado la fuerza laboral federal, despidiendo a altos funcionarios y supervisores, desmantelando una agencia humanitaria clave y convenciendo a más de 75.000 trabajadores para que abandonen voluntariamente sus empleos.

La administración Trump inició esta semana una ola de despidos masivos dirigidos a empleados federales en período de prueba con menos de un año o dos de antigüedad, esto sin la aprobación del Congreso para reducir o reformar agencias estatales. Según medios estadounidenses, la medida busca eliminar hasta el 10% de la fuerza laboral federal.

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Los despidos se centran en trabajadores en fase de prueba, quienes según normativas federales, carecen de derechos a apelación. Según la Oficina de Administración de Personal (OPM), la medida ya afectó a cerca de 3.600 trabajadores de los departamentos como Energía, Asuntos de Veteranos, Educación y agencias regulatorias clave, quienes recibieron correos alegando «rendimiento inadecuado», pese a evaluaciones previas que respaldaban su desempeño favorable.

La Oficina de Preparación y Respuesta Estratégica (ASPR) del Departamento de Salud, encargada de emergencias sanitarias y reservas pandémicas, y el 25% del personal del programa de laboratorios de investigación animal del Departamento de Agricultura (USDA) también fueron recortados.

Demócratas, sindicatos y organizaciones progresistas se pronunciaron en contra de la medida y denunciaron que los recortes violan la separación de poderes, ya que el Congreso tiene autoridad exclusiva sobre el gasto federal. Además, expertos advierten que eliminar empleados jóvenes con habilidades clave debilitará áreas sensibles como educación, protección al consumidor y salud pública, justo cuando las jubilaciones de baby boomers (nacidos entre 1946-1964) aumentan la presión sobre el sector.

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Las críticas también se evidenciaron dentro del propio Partido Republicano, la senadora Lisa Murkowski, de Alaska, advirtió que «muchos de estos despidos generan más daño que beneficio» y que el enfoque «está causando confusión, ansiedad y trauma a los funcionarios públicos».

Desde que asumió el cargo el 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump y empresario Elon Musk han alterado la fuerza laboral federal, despidiendo a altos funcionarios y supervisores, desmantelando una agencia humanitaria clave y convenciendo a más de 75.000 trabajadores para que abandonen voluntariamente sus empleos a través de una oferta de renuncia diferida.

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