América del Sur se enfrenta a cambios climáticos muy bruscos: en Brasil las lluvias han provocado inundaciones en Santa Catarina, mientras que el fuego en Chubut, Argentina han dejado 2.000 hectáreas destruidas.

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En este sentido, la población de Santa Catarina ha solicitado ayuda a las autoridades, donde las intensas lluvias registradas este jueves han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra, lo que ha llevado al cierre de la importante carretera BR-101.

Desde el Gobierno, se confirmó que “equipos del Gobierno del Estado continúan trabajando para ayudar a la población debido a las fuertes lluvias que azotaron, especialmente, la costa de Santa Catarina. El gobernador Jorginho Mello refuerza que el Estado sigue actuando en todos los incidentes y los equipos permanecen movilizados y vigilantes desde la mañana del miércoles 16”.

“Hasta la fecha, la carretera más afectada ha sido la SC-401 Norte, en Florianópolis, la más transitada del estado. Hay varios puntos con cierre total o parcial”, constató el Gobierno en su comunicado oficial.

En Camboriú cayeron más de 100 mm en pocas horas, mientras que en Itamepa hay barrios completamente inundados, por lo que las autoridades emitieron una advertencia a la población.

De igual manera, el pasado 12 de enero de 2025 subió a 11 el número de muertos por los deslizamientos de tierra en Ipatinga, Minas Gerais. Ese estado brasileño había registrado más de 20 fallecidos por intensas lluvias en una semana, y 56 de sus municipios estaban en Estado de Emergencia, mientras que hubo casi 1.500 desalojados y 279 que necesitan albergue público por la destrucción de sus viviendas.

En el caso de Argentina la gestión del fuego perdió carácter ambiental y está a cargo del Ministerio de Justicia, en un contexto donde el gobierno había retirado su delegación de la última Cumbre del Cambio Climático de ONU.

De acuerdo a la plataforma Revista Cítrica “el fuego sigue avanzando en Epuyén, provincia del Chubut. Los monocultivos de pinos funcionan como bidones de nafta que propagan el fuego. Las casas perdidas, las escuelas incendiadas y los bosques que no se recuperan no son casualidad. Es el extractivismo y la avaricia”.

Para Latfem “con Javier Milei a la cabeza, no solo se minimizó la crisis climática, sino que se activaron políticas que parecieran diseñadas para empeorarla. Desde la entrega indiscriminada de recursos a corporaciones internacionales hasta la represión y el despojo de territorios indígenas, su gestión no deja dudas: en su modelo, la naturaleza y los derechos humanos son solo obstáculos para los negocios”.

La postura de Milei desde que arrancó su gestión sobre los defensores del cambio climático ha sido que esto “es un invento para justificar impuestos y financiamientos a vagos socialistas”.

Esto se suma a las más de 103.000 hectáreas de bosques nativos que fueron arrasadas en el norte argentino en 2024, donde las principales provincias afectadas fueron Santiago del Estero (45.137 hectáreas), Chaco (36.045), Formosa (12.879) y Salta (9.755).

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