El actor argentino Norman Briski y su coherencia de nombrar a Gaza
Briski ha sido víctima de un feroz linchamiento mediático tras defender al pueblo palestino del genocidio sionista.
Por: Carlos Aznarez
31 de octubre de 2024 Hora: 14:49
Días atrás, con motivo de la entrega de los premios Martín Fierro, uno de los más importantes en lo que hace al mundo del cine de Argentina, uno de los galardonados, el conocido actor y dramaturgo Norman Briski, hizo un discurso memorable. No solo porque con su particular estilo humorístico criticó duramente al Gobierno derechista de Milei, sino que en una parte de su alocución se puso serio, y solo dijo Gaza, en tres oportunidades, separadas por un silencio que hacía ruido, para rematarlo con una expresión desgarradora que sentenciaba: «Gaza jamás será vencido». Briski, de ascendencia judía, explicó que en homenaje a sus ancestros, se solidariza con el pueblo palestino que hoy sufre un genocidio atroz.
Dicho esto, y logrando grandes aplausos de sus colegas artistas presentes en el lugar y algunos pocos gestos de fastidio de otros, el actor comenzó a sufrir una campaña de brutal criminalización por parte de la jauría sionista mediática e institucional. De hecho, se animaron a querellarlo penalmente, acusándolo de hacer «apología del terrorismo». Todo un disparate si no se tratara de una consecuencia más del comportamiento fascista de Israel y sus repetidores seriales en todo el mundo. Por eso, era necesaria darle la palabra a quien, representando lo mejor de la cultura teatral y cinematográfica argentina, ha sido agredido tan injustamente.
Hablar con Norman es algo más que entrevistar a alguien que por estos días generó la suficiente polémica como para que salieran de sus jaulas los peores y más detestables roedores del mundillo mediático. Conversar con Briski es encontrarse, en mi caso, con un compañero y amigo de más de medio siglo de andar juntos por la vida. Por eso y porque dijo «Gaza» pensando en el heroico pueblo palestino es que esta entrevista está impregnada de la fuerza que necesitamos para seguir abrazando solidaridades necesarias.
-Norman, dijiste “Gaza”, el otro día en la entrega de los Martin Fierro y se ha armado flor de bullicio. Aquí, y también en Latinoamérica y otras partes del mundo se ha comenta tu gesto. ¿Cómo fue esta decisión tuya de expresar, en el marco de la entrega de los premios Martín Fierro, tu solidaridad con el pueblo palestino?
-Yo nunca había ido a las ceremonias del Martín Fierro. Y tengo tres Martín Fierro. O sea que nunca fui a
recibir los premios anteriores. Y este año, por la razón de que tenía un significado distinto, que es el de defender el cine argentino, y que siempre el micrófono que nos daban era para decir lo que tuviésemos ganas de decir, fui. Me pareció que había que concurrir y que era una oportunidad para expresar muchas cosas que me preocupan del país, y lo que pasan en otros lados. Me puse en la cabeza que este Martín Fierro lo iba a recibir porque he hecho más de 100 películas, es cierto, no en todas tuve un papel protagónico, pero mi profesión de actor es lo suficientemente extensa como para ir a defender la ficción en la Argentina, la posibilidad de apoyar ese cine argentino tan querido, tan nuestro, Hay tantos lugares del cine argentino que han sido tan reveladores, que me pareció lindo ir. Porque además no iba a ser muy farandulero. Sabía que no iba a haber esas típicas mesas con comida, que cuando uno habla nadie lo escucha, y que es nada más que un encuentro social, donde predomina la idea de “a ver si me meto en el mercado de uno de estos productores”. En este caso no parecía que iba a ser así, y no fue así. Porque había una platea que fue silenciosa, o jubilosa, y me gustaba también a esta altura, a mis 86 años, recibir un galardón estando vivo, Y además, tener la oportunidad de decir cosas. Aunque nunca pensé que iba a provocar tanto revuelo, ni mucho menos. No fue mi intención. Lo que sí sé es que yo
tengo esos orígenes, y esa vinculación con todas las luchas que se están dando en el planeta hoy en día. Es divertido que el planeta tenga que derivar de plano, no? Somos redondos, pero me parece que estamos más planos que redondos en este momento, por las cosas que suceden.
Me pareció muy importante y muy necesario para mí, decir las cosas que dije, con humor, de que todo esto me lo había dicho la Inteligencia Artificial, que consulté con ella, a ver qué era lo que tenía que decir y me dijo cosas como: “agradezco en la primera parte”, y “en ese sentido debo decir que cada uno de ustedes está en mi corazón, que para mí son hermanos”, esas cosas que se dicen. Inclusive debía hablar de ciertas situaciones sociales que no favorecen, o favorecen a un proyecto de la industria argentina. Cuando me dicen industria argentina, yo no me siento participe de ninguna industria, porque el cine
argentino ha sido, cuando yo lo hice tantas veces, un hecho heroico. La base del cine es que vos hacés una historia en 60 minutos. Entonces, cuando vos actuás en una película, estás abreviando tu propia vida, porque estás haciendo un rol que por ahí nace en escena, es un bebé, y muere en escena. Es extraordinaria la capacidad que tiene el cine de producir vidas en una abreviación estética.
Yo quería hablar también del ahorro de todos estos años donde los micrófonos parece que no se acercan, y el reconocimiento a los actores viejos, donde te tratan como si estuvieses con la lápida en la mano. Te dan como una especie de jubilación amorosa y recuerda: “mirá, hizo “La Fiaca” y cosas por el estilo. Entonces, escribí algo algo de manera casi automática, se nota en la textualidad. Quedó para los demás como si fuese una idea de poesía. No tenía la menor idea de lo que iba a suceder, que yo al decir tres veces “Gaza” tomando ese tiempo, iba a cubrir de tanta controversia o de tanto apoyo, tan inquietante. Ese espacio ha producido la más rica de las imágenes en cada uno de los que estaban sentados ahí asociando con la gaza de una venda, o la Gaza del pueblo palestino o la gaza de un pájaro. Andá a saber que asoció, con ese silencio que fue uno de los más lindos que yo escuché.
-Hubo un silencio en dos Gaza, pero en el último estalló un aplauso. No de todos y todas las que estaban alli, pero se sintió… ¿Cómo recibías vos desde arriba eso? Porque supongo que, acostumbrado a lo que es el teatro, a pesar de las luces, vos estabas viendo unas caras. Los que lo vimos desde afuera, observamos gestos complacientes y de sorpresa, y otras que parecía no entender nada pero aplaudían. ¿Te sentiste acompañado en ese tema, que es el más álgido?. Porque en el otro te aplaudieron a rabiar, “cuando dijiste que la ficción está en la Rosada”, Ahí sí hubo un aplauso generalizado, porque ese público, tus colegas, que estaban allí, parecían apoyar fuertemente en esa opinión.
-No puedo saber, porque mi tensión era tal que probablemente yo estaba más pensando en cómo sentir lo que digo. Lo que me sorprendió mucho es cuando dije “esta mañana me puse colonia, bah, una neo colonia”, ahí comprendí que entendían y fue emocionante. Porque vos no sabes si vas a tener un recurso tal que lo que decís en una forma metafórica o graciosa pueda imprimir, pueda sentirse. De ahí en adelante ya navegué en mi intención de comunicar seriamente, aun cuando haya humor serio, mi necesidad de que sepan lo que está pasando en Gaza. Que sepan lo que está pasando en la Argentina con la ficción, con nuestro cine, con la industria. Que yo le llamo otra cosa a esa industria, porque ha sido tan trabajoso hacer una película, las enfermedades que hemos llevado al set por sostener un sistema cinematográfico de esa época, que es muy distinto a lo que pasa ahora. Me parece que somos héroes, por eso dije Cantinflas también. Porque me pareció un emblema, lo conocí yo a Cantinflas, en México, porque él le dio los derechos a Sergio Corona para hacer “La Fiaca”. Fue tan elegante al invitarme a comer algo para decirme que sabía que había hecho yo “La Fiaca” en Argentina.
En fin, lo que dije esa noche no era otra cosa que un estado personal de comunicar esto en forma urgente. Y sigo pensando que la Argentina está en un estado tal, que urgentemente tenemos que darnos cuenta de lo que está pasando. Seguro que está la idea de que como va a hablar alguien que yo no elegí, que no elegí antes tampoco, porque hace rato que no elijo quién va a ser mi representante, por razones personales. No creo que nadie, de estos últimos tiempos haya tenido un recurso para invitarme a participar de esta llamada democracia. Eso es lo que me impulsó. No necesito que me aplaudan, no necesito el reconocimiento, yo tengo que decir lo que siento. Eso me parece que es el estado en que yo
llegué a ese lugar. Con amigos que me acompañan. Es muy importante en ese momento saber que no estás solo, como un polaco en la película de 1930, sino que sentís personas cercanas que incluso piensan de otra manera pero están con vos.
-Lo que llama la atención es que vos dijiste unas pocas palabras, dijiste Gaza y solidaridad con el
pueblo palestino y a partir de ahí empezó una campaña criminalizadora a los pocos minutos. Nosotros estábamos siguiéndolo periodísticamente y enseguida ya hubo un troll, y otro y otro denostándote, diciendo que no sabés nada. Después vinieron los Chiche Gelblung, los Echecopar, los Wiñazki, esos personajes que ya sabemos que integran la camarilla mediática pro-sionista para atacar en este caso, para trata de herirte con sus vómitos. Y enseguida te acusan de apología de la violencia. Y eso es lo que más irrita: estamos hablando de un problema gravísimo donde hay 50.000 muertos por lo menos, aunque muchos insisten en que ya han masacrado al 20 % de la población palestina. Hay cinco pueblos más atacados por Israel ademá de Palestina. Y son Líbano, Siria, Irak, Yemen e Irán, Gaza sufre un genocidio a gran escala, en Líbano hay miles de civiles muertos, hay periodistas asesinados y médicos palestinos y libaneses asesinados. Hay 20.000 niños y niñas a los que han matado en Gaza, y ahora resulta que Norman Briski es el “apologista de la violencia”. ¿Te sorprendió tanto descaro y perversidad en la acusación?
-Sin duda me sorprende. Pero nosotros somos de otro tiempo. Es muy sorprendente todo lo que
está pasando. Esta reacción tan inaudita, tan imprevisible, al menos para mí, que me pregunto ¿qué
pasa, qué hice?. Es lo que está pasando no solamente con quien ganó las elecciones y gobierna hoy, sino lo que está ocurriendo en nuestra sociedad. Una sociedad que está eligiendo, mal o bien, será el juicio que podemos hacer, pero está muy lejos de ese horizonte más afectivo, más hermanado que
podemos heredar de todas las luchas que se dieron en nuestra historia. O podemos heredar la
otra parte. Capaz que ahora van a empezar a hablar bien de Uriburu, si hay calles y avenidas que
tienen sus nombres. Lo que puede ser, es que sea un acto inocente de nuestra parte. Esa latencia
que tienen en términos de discriminación y aristocracia, todas esas formas tan espantosas que tienen de elegir, aparecen de vuelta. En ese sentido puede ser una autocrítica, no nos damos cuenta de que este país puede estar eligiendo, con toda la complicidad civil a lo que antes fue “la Libertadora o fusiladora”, que fue un hecho espantoso para la sociedad argentina. No nos damos cuenta de que están eligiendo a ciertos militares que fueron torturadores y genocidas. Nada menos que en este país, que pudo conquistar los derechos humanos. Que hubo tanta gente abnegada, Premios Nobel de la Paz, de reconocimiento internacional. Es muy exótico. A no ser que uno haya leído a Sartre en “La Mosca y decir: hay religiones que eligen gente para que los mate.
¡Cómo puede ser!, porque esto es un suicidio. Porque se están metiendo en un lugar que no está fundamentado en el amor al ser humano. Es algo muy grave y se está eligiendo eso como única bandera de poder vivir. Si vos no tenés una vinculación con la capacidad de consumo, la posibilidad de tener esto o lo otro, o acercarse a lo que significa el conocimiento, la velocidad de la Inteligencia Artificial, que tener que decir o no decir. Yo creo que es un combate inesperado para mí y es muy probable que se deba a mi inocencia, o como diría algún criollo, “a tu boludez”. Pero es raro, no se puede dejar de decir que es raro. En un país que conquistó la educación, vos entras a una escuela ahora y es otro país. La escuela pública sigue siendo aquella escuela que te abraza cuando llegás, que los chicos están con camisetas de los equipos de fútbol. Hay unos lugares más hermosos como en cualquier comunidad, en Ezeiza, por ejemplo, en esos lugares más alejados sentís que hay comunidades con capacidad solidaria.
Con un entendimiento sobre lo que hay. Cuando viene el hambre y se apela a estas maneras para parar la
inflación, tiene que haber muertos. Esto que está pasando va a tener como consecuencia
muchos muertos. Antes decíamos en nuestra época: ojo con la industria, que ahí se van los
dedos, se van los brazos, se va un poco de la vida de cada uno con un sistema de explotación
como tiene cualquier industria. Ahora cambió el dial. Ahora sos un tonto si no manejas
internet, sos un tonto si no tenés la velocidad para manejar no sé qué cosa. A mí todo eso me
sorprende mucho. Más que enojarme no lo puedo creer. Es como la inocencia de un perro que
no sabe que es un esclavo, me pasa lo mismo.
– Yo creo que la palabra que corresponde es la que dijiste recién, suicidio. Nos empezamos a suicidar como país fuertemente cuando todo el mundo empezó a plantar soja, en el campo, y hasta en las macetas. Y todo el mundo advertía, los que sabían, ojo que la soja les va a quemar la tierra y después no va a haber posibilidades. Esto que vivimos hoy con Milei, es como la plantación de soja.
-Nos dicen desde el Gobierno una barbaridad tras otra. Recientemente la ministra Pettovello señaló que va bajando la pobreza y muy pronto vamos a estar bien. O el Presidente dice que lo que les pasa a los
jubilados que creen que están cobrando poco, que eso no es cierto, que se trata solo de “una sensación”. Esto es muy fuerte, y tiene que ver con ese suicidio. Pero hay una parte de la población que banca ese suicidio y al suicida. Esta complicidad civil que parece no darse cuenta de que también la situación actual los está ahorcando también a ellos. Porque no todos son empresarios. Hay también gente vinculada a los
barrios, conozco gente que va a ollas populares y después de comer lo que le dan las organizaciones sociales, dice que hay que hay que darle tiempo al Presidente. Esto es lo que choca, no sé si es inocente. Porque nosotros teníamos un país que era como vos decís el número uno en la defensa de los derechos humanos. Pero también hay ciclos de brutalidad que no son fáciles de responder rápidamente. Creo que estamos en ese ciclo, no se arregla en tres meses este problema. Yo supongo que vos y yo tenemos la idea, por todo el recorrido que hemos hecho, de que hemos salido de peores situaciones, pero que esta es excepcional, no tengo dudas.
Que vamos a salir o entrar, es difícil de calcular. Se corre el horizonte, se va más lejos, se
va más cerca, para poder llegar. Yo creo que las fascinaciones infantiles de la sociedad pueden
llegar a causar un desastre. Sería buenísimo que esas cámaras (de filmación) que tenemos para esta conversación, se la dieran a los chicos, que tienen una habilidad extraordinaria para mover botones y que es un juego que pertenece a ese estadio de crecimiento. Ya cuando somos muy grandes, seguir jugando con esas cosas me parece que no vale, yo escuché a actores norteamericanos decir: “dejen el internet porque si no nos vamos a la mierda”. Lo dice un actor muy conocido, no soy el único actor que
dice esto. Hay mucha gente que está señalando como advertencia, ojo con esos juegos que son
destructivos para el amor, para la comunicación en serio. En vez de una híper comunicación que deforma lo que queremos decirle al otro, acá la cosa es mucho más grave. Porque hay una fascinación por no caminar y tocar un botón creyendo que uno camina. Ese es el veneno de esa ficción. Hay que sacar esa fascinación, porque somos todos iguales ante el celular. Ahí hay una igualdad. Todos podemos tener el celular. El asunto está después en qué modelo tenés, ahí empieza la lucha de clases como con las zapatillas. Aparece una idea fascinante de todo lo nuevo. Y como uno tiene una idea de desconfiar de todo lo nuevo y parece que todo lo viejo fue mejor, empiezo a pensar si no será que yo no puedo entrar a estos nuevos lenguajes. Y esa desconfianza crece a medida que vos practicás tu vida con tus hijos, con tus amigos, y te das cuenta de que si no tenemos la charla entre nosotros, sin el celular que casi arruina una escena, por haber sonado a destiempo. Me parece que habrá que aprender a decir que estamos haciendo.
Todo lo que se dramatiza en las clases de teatro tiene que ver con esto. Y en general hay dos
tendencias. Tenés estos aparatos que con sus velocidades estúpidas no te dejan ver el paisaje, digo yo. O decís me siento solo. Y eso está empezando, no sé si tanto en la Argentina, pero como somos medio sucursal, vamos a terminar diciendo: “uy mirá internet, mira Inteligencia Artificial”. Podemos preguntar ahora, cuando se muere un amigo, qué me dice la Inteligencia Artificial.
Esa igualdad es falsa, es una igualdad muy inteligente, porque te hace creer que con corazoncitos o stickers vas a expresar lo que te pasa.
-No creo que caigamos masivamente en la Inteligencia Artificial, te lo digo sinceramente.
Tengo la impresión de que es un sector el que está muy obnubilado con eso, pero descreo que
eso crezca a nivel de masas.
-Es muy probable eso que decís como con ese caso que quisieron poner, que íbamos a tener sexo con un casco puesto. Puede ser. Van a inventar una tecnología que diga: “ah no crees vos, entonces tenemos que pensar otra cosa”. Y tienen los mejores tipos ahí con la maquinaria para entrar otra vez en una fascinación tecnológica que te hace creer lo que vos pidas a la máquina.
-Me acuerdo cuando aparecieron los primeros drones que parecían inofensivos. Ahora son los que están bombardeando en todas las guerras, drones sin tripulación alguna, evitando que haya un ser humano mirando a quienes bombardean.
Pero te quiero llevar al tema de la campaña de injurias que estás recibiendo. Hay un energúmeno que se dice “periodista”, en San Juan que después de insultarte cobardemente, dice que vos sos un “desagradecido”, porque aparte de ser un “judío nazi” y una serie de calumnias soeces, no agradecés a Israel que te puso un avión durante la dictadura, que te vino a buscar y te llevó a Israel, y luego vos de ahí te fuiste a España. ¿Qué tenés para decir de eso?
– No, nunca vino ese avión. No lo hubiese tomado probablemente, andá a saber con el miedo que es lo que uno hace. Pero jamás pasó eso. Se nota que podría hacer una película. Es tal el interés por la destrucción al tipo que piensa honestamente otra cosa. que lo tienen que inventar de malo, o de traidor. Me han dicho traidor, porque como puede ser que esté en contra de mis propios ancestros. Mis ancestros fueron los que quisieron vivir con los palestinos. Un tío mío hermano de mi papá, cuando escribía desde Israel, decía que eso era una maravilla, “estamos conviviendo con el pueblo palestino, vivimos con ellos, somos hermanos”, afirmaba. Es tan lindo ver otra manera de hablar y nos fascina.
Ahí que pasó, vinieron estos, con el interés más claro. En vez de decir son malas personas, digo que son nada más que un recurso de conectarse con el imperio para poder sostenerse en el poder, y a la vez poder hacer una economía que con naranjas y pomelos no iba a funcionar. Y se dedicaron al armamento y a la posibilidad estratégica de dominar Medio Oriente, que pareciera que no les es tan fácil. Es inaudito que eso que se llama democracia y que le adjudican a ellos, cuando nos dicen: “respeten a Israel porque es la única democracia en Medio Oriente”. Si eso es democracia, en principio estamos realmente distorsionando el valor real de una democracia. Pensar que se ha fundamentado que esas democracias son las que van a buscar la igualdad. ¿Qué sociedad tenemos? ¿Puede ser más desigual que un gobierno se dedique a alimentar al capitalismo, a alimentar las corporaciones extranjeras y produzca clases que están de este lado y otras totalmente enfrente o que se mueran?. ¿Eso es democracia? En eso estamos y por decirlo parece que fueses un terrorista. Por decir estas cosas te pueden acusar de terrorista. Yo soy una consecuencia del terrorismo de estado argentino. He vivido las peores vicisitudes de mi vida, y parece que por opinar estas cosas me quieren poner otra vez en una situación de sufrimiento. Pero no lo van a poder hacer.
-Sobre eso te quería hacer un comentario. Porque así como hay una campaña enorme de injurias que
fundamentalmente es mediática, porque usan los medios a troche y moche, también hay una
campaña de apoyo hacia vos muy clara. Hace un rato me comentabas sobre las muestras de cariño que recibís en la misma calle.
-Te voy a invitar a caminar conmigo. Porque es muy gratificante. Es mucho más gratificante que si un tipo te dice “te vi en una película”. Eso es lindo, pero esto es otra cosa. Esto es una hermandad, y los abrazos son de esos de antes, que ahora se está perdiendo. Vos ves eso, te agarran la mano, te tocar para que les des suerte. Además, están las grandes cantidades de firmas que se han juntado. Todo lo que recibo, me hace decir: “pucha, salgo a la calle, voy a dar una vuelta”. Entonces ya en la panadería me regalan algo, cuando subo a un colectivo no me cobra. El tipo de adelante me dice: “que haces ruso, la que te mandaste eh! Loco de mierda, jeje”. Eso es importante, todo lo demás no, eso es el aliento. De que vos lo que estás diciendo, por lo menos es sentido, de toda nuestra vida que no ha sido maravillosa, y al mismo tiempo salió lo de irse al exilio. Nos ha costado decir lo que pensamos.
-Los otros días cuando te entregaban el Martin Fierro, y se decía todo esto de las 100 películas y toda tu historia, yo pensaba, cuando lo estaba viendo, lo de la trayectoria artística impecable, pero también hay una trayectoria de lucha tan potente como la otra. Yo quiero homenajearte como un tipo consecuente. Un gran amigo mío dice que hasta el último día uno tiene que mirarse al espejo y decir: “bueno, me siento arrepentido de algo, metí la pata en algo”. Yo creo que vos, cuando te mires al espejo, vas a sentir que hiciste una trayectoria humana de lucha por la vida. Porque hoy, por lo que abogamos, es lo que decía Vicente Zito Lema: enfrentar la vida con la muerte. Hoy está clarísimo eso. Estamos hablando de bombardeos todos los días, de muertes inocentes. Y por otro lado hay gente, como decías, como los chicos que van a la escuela pública, que viven en la pobreza más extrema, que se ríen, que juegan al fútbol. Comen poco, sí, pero siguen apostando a la vida. Y vos sos un tipo que nos ayuda en eso.
-Vos sos otro de esos, un hermanazo.
Autor: Carlos Aznarez
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