Eloy Alfaro: gran prócer ecuatoriano

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Por: Adalberto Santana

29 de enero de 2024 Hora: 03:56

“El bravo Alfaro es uno de los pocos americanos de creación”: José Martí.

Este lunes 29 de enero de 2024, a las 11:00 hrs. de Ecuador,  se llevará a cabo a través del proyecto de investigación “Fortalecimiento de las Políticas de Integración en América Latina y el Caribe desde el pensamiento de Eloy Alfaro Delgado y Leopoldo Zea”, el  Coloquio Académico de forma virtual dedicado al mismo prócer ecuatoriano a los 112 años de su inmolación. Tal actividad que tiene como tema central  “Un legado para América Latina y el Caribe”, será transmitido en la plataforma  zoom con el link: https://cedia.zoom.us/j/83048572546.

En esa destacada actividad participarán destacados invitados como el investigador de la UNAM, Dr. José Antonio Hernández; el Dr. Oscar Hugo López Rivas, Ex ministro de Educación de Guatemala y presidente de la Sociedad Latinoamericana de Historia de la Educación y docente-investigador de la Universidad San Carlos de Guatemala; el profesor Joselias Sánchez Ramos, Historiador y Cronista de Manta, ex director del Museo Nuclear Corporación Ciudad Alfaro-Montecristi-Ecuador (25/06/1842 – 28/01/1912) y quien esto escribe.

Recordemos que el 28 de enero de 1912 fue  sacrificado el mayor prócer ecuatoriano: el presidente Eloy Alfaro Delgado. Mártir quien había nacido el 25 de junio de 1842 en Montecristi. Ese gran paladín del liberalismo radical ecuatoriano, vivió y conoció profundamente por varios años el exilio en Panamá, El Salvador, Nicaragua, Chile, Argentina, Uruguay, Venezuela, Perú, Brasil y los EU. Al respecto Germán Rodas Chaves en su obra “Eloy Alfaro y Cuba en el siglo XIX” (p. 32), escribió: “Eloy Alfaro fue llamado como Jefe Supremo del Ecuador, el 5 de junio de 1895, transcurrió casi una década completa, periodo en el cual Alfaro vivió un tiempo de formación en el crisol de las nuevas experiencias de la lucha latinoamericana que además lo acercaron extraordinariamente a las expectativas libertarias por la cuales luchaba entonces Cuba”. 

A su vez se ha dicho con suma razón que Eloy Alfaro fue un gran dirigente latinoamericano de su época tanto por su destacada figura como por su solidaridad con los pueblos y naciones latinoamericanas que pugnaban por la defensa de su soberanía, así por ejemplo, se sostiene por parte del historiador José Santos Rodríguez  en su obra “Eloy Alfaro. Su personalidad multifacética y la Revolución Liberal” (p. 35), que: 

“El General Eloy Alfaro tiene una personalidad multifacética y sobresaliente en muchos aspectos, pero la falta de difusión de sus méritos lo destacan parcialmente. Muchos creen que fue tan sólo un gran guerrero, pero no es así. Sus actuaciones tenían un claro y definido fundamento doctrinario, una inspiración ideológica profundamente democrática. Era un liberal convencido y revolucionario, y como tal procedió no solamente en el Ecuador, sino en varios países de la América Hispana. Sembrando la semilla de sus ideas contrarias a la perpetuación de los sistemas y métodos coloniales, de la continuación de la explotación del latifundismo clerical, recorrió gran parte del Continente. Fue un constante agitador, relacionándose, para cumplir su objetivo, con los personajes más destacados de la época: En Chile con José Manuel Balmaceda y en Argentina con Bartolomé Mitre; en Uruguay y Brasil hizo muy buenas amistades de carácter político. Lima fue después de Panamá la ciudad en la que más tiempo permaneció durante sus exilios, y desde la capital del Perú dirigió su campaña en favor de la democracia de la América Hispana. Tenía una visión continental y de ello eran testigos sus amigos del lugar, el estadista Nicolás de Piérola y el escritor e historiador Ricardo Palma. En Caracas la juventud venezolana lo recibió con gran entusiasmo, conocido como era por sus ideas y sus acciones. El Presidente Antonio Guzmán Blanco y los Generales venezolanos Joaquín Crespo e Ignacio Andrade, liberales como él, lo tenían en gran estima y no sólo le brindaron su afecto, sino ayuda económica para sus campañas en el Ecuador”. 

Se reconoce que Alfaro se identificó con la lucha por la independencia de Cuba. En 1895 en Costa Rica tuvo una estrecha solidaridad con José Martí y Antonio Maceo, pero también con el pensamiento y las ideas unionistas de Francisco Morazán y Justo Rufino Barrios. De igual manera como un gran estadista latinoamericano: “El pueblo de Managua lo aclamó como a un héroe y el Congreso nicaragüense lo designó General de División de su Ejército, por decreto expedido el 12 de enero de 1895”. 

De igual manera el  gran internacionalista mexicano, Genaro Estrada, refiriéndose a la obra integracionista de Alfaro, llegó a señalar sobre el prócer ecuatoriano que: “Alfaro fue un iluminado  continuador del pensamiento inicial de una unión continental hispano-americana, lanzado por Bolívar, Valle y Monteagudo, cada uno en sus respectivos países. Con una iniciativa de un Congreso Internacional Americano en México, el ilustre ecuatoriano reanudaba el empeño del Congreso de Panamá y Tacubaya, ya estudiados;  y nada decepcionado por lo intentos que en tal sentido habiánse registrados invariablemente en otros tiempos, levantaba por su cuenta la iniciativa, sin medir los tremendos obstáculos y dificultades inherentes a semejante empresa, y la presentaba de nuevo, con más fe que seguridad a la consideración de los otros Estados del Continente”.

Sin duda Eloy Alfaro fue el principal Jefe de la  Revolución Liberal ecuatoriana. De ahí que cuando triunfó y se desarrolló la Revolución Ciudadana en el Ecuador durante el gobierno del presidente Rafael Correa (15 de enero de 2007-24 de mayo 2017). El pensamiento y el ideario de Alfaro fue, pero sigue siendo hasta nuestros días, la guía moral y política de ese  proceso emancipatorio. Recordemos que durante sus gobiernos (1895-1901 y 1906-1911), procuró la real modernización del país al establecer la separación entre la Iglesia católica y el Estado, contribuyó a  formar la red ferroviaria y modernizó la educación y los sistemas de salud, así como  las comunicaciones al interior del país y de Ecuador con el mundo. Políticamente impulsó la hoy llamada equidad de género, nombrando por primera vez en la región latinoamericana a una mujer para un cargo público. 

Pero también con gran claridad soberana convocó al soberano el 16 de enero de 1911 (al pueblo ecuatoriano) a decidir sobre la pretensión de arrendar a los EU el Archipiélago de Galápagos. De ahí con claridad en sus palabras señaló: “dejadme practicar las buenas costumbres y les devolveré libertad y gloria”. El mismo ex presidente Rafael Correa, señaló que el manabita fue “un adelantado a su tiempo, un hombre único, revolucionario y futurista”.

Finalmente, como casi todos los grandes caudillos libertarios de nuestra América, Eloy Alfaro padeció la traición de la oligarquía conservadora. Así, en ese contexto político lleno de traiciones, tras salir de nueva cuenta al exilio regresar al Ecuador y el entonces presidente Carlos Freile Zaldumbide, ordenó su aprehensión en Guayaquil, juntos con otros dirigentes radicales como Flavio y Medardo Alfaro, Luciano Coral, Ulpiano Páez y Manuel Serrano padecieron el ataque de una turba quien asaltó la prisión donde estaban presos. Sus restos fueron arrastrados e incinerados en el hoy parque “El Ejido”,  aquel 28 de enero de 1912. Una acción criminal como las que hoy se siguen presentando en el actual Ecuador donde parecen dominar de nueva cuenta las fuerzas conservadoras del neoliberalismo y el narcoterrorismo. Sin embargo, el ejemplo de Eloy Alfaro, sigue vivo en el pensamiento libertario del pueblo ecuatoriano.

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Nació en la ciudad de México, es Doctor en Estudios Latinoamericanos e investigador titular del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM. Entre sus libros figuran: El pensamiento de Francisco Morazán (1992, 2000, 2003, 2007 y 2019); El narcotráfico en América Latina (2004 y 2008), Minorías sociales en América Latina (2014) . Recibió Mención Premio Casa de las América (2003).