Estados Unidos: ¿Se avecina un nuevo Jueves Negro en Wall Street?

Foto: EFE


Por: German Gorraiz

6 de agosto de 2024 Hora: 06:00

Dicho estallido tendrá como efectos colaterales la consiguiente inanición financiera de las empresas, la subsiguiente devaluación de las monedas de incontables países para incrementar sus exportaciones y como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias.

La posibilidad real de un nuevo crash bursátil habría pasado desapercibida para la mayoría de Agencias de Calificación debido a la desconexión con la realidad que les llevaría a justificar la exuberancia irracional de los mercados, con lo que se cumpliría la famosa frase del iconoclasta John Kenneth Galbraiht. ”Hay dos clases de economistas: los que no tenemos ni idea y los que no saben ni eso”. 

Así, el “efecto mariposa” trasladado a sistemas complejos como la Bolsa de Valores, tendría como efecto colateral la imposibilidad de detectar con antelación un futuro mediato pues los modelos cuánticos que utilizan serían tan sólo simulaciones basadas en modelos precedentes (Teoría de la Inestabilidad financiera de Minsky).

Así, la inclusión de tan sólo una variable incorrecta o la repentina aparición de una variable imprevista (aumento de la tasa de paro en EEUU), provoca que el margen de error de dichos modelos se amplifique en cada unidad de tiempo simulada hasta exceder incluso el límite estratosférico del cien por cien, dando lugar a un nuevo estallido o crash bursátil.

La exuberancia irracional de los mercados

El proceso especulativo impulsa a comprar con la esperanza de sustanciosas ganancias en el futuro, lo que provoca una espiral alcista alejada de toda base factual y el precio del activo llega a alcanzar niveles estratosféricos hasta que la burbuja acaba estallando (crash) debido a la venta masiva de activos y la ausencia de compradores, lo que provoca una caída repentina y brusca de los precios hasta límites inferiores a su nivel natural (crack), cumpliéndose una vez más la máxima de Keynes: “Los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo del que tú puedes permanecer solvente”.

Así, un inversor está dispuesto a pagar un precio por una acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción es el total de flujos esperados pero el nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría a años-luz de los niveles actuales debido al riesgo de estancamiento económico secular que presentan las principales economías mundiales, pero los inversores de EEUU estaban instalados en la euforia tras superar el techo ionosférico de los 39.000 puntos en el Dow Jones, (rememorando el boom bursátil de los años 20, preludio del crack bursátil de 1929), por lo que eran incapaces de percibir el vértigo de la altura. 

¿Nuevo Jueves Negro en Wall Street?

Sin embargo, el aumento inesperado de la tasa de paro de EEUU en julio hasta el 4,3% aunado con el indicador de la curva de tipos que llevaba meses invertida y que preludiaba la posible llegada de una recesión en EEUU y la miopía de la Fed al mantener una dura política monetaria con tipos de interés en el rango del 5,25%-5,50%, provocará que los grandes inversores sientan por primera vez el mal de la altura que les llevará a reducir su exposición al riesgo con el consecuente efecto bajista en las cotizaciones de las acciones, derivando en una psicosis vendedora que terminará por desencadenar el estallido de la actual burbuja bursátil, de lo que sería paradigma la brutal caída del 12,4% en el Nikkei 225.

Dicho estallido tendrá como efectos colaterales la consiguiente inanición financiera de las empresas, la subsiguiente devaluación de las monedas de incontables países para incrementar sus exportaciones y como efectos benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002), así como la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras.

teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección.

  1. COLAPSO ECONÓMICO DE OCCIDENTE, CAÍDA DE KIEV Y DESAPARICIÓN DE ISRAEL
    El aumento de la tasa de paro del 4,3% en Estados Unidos (julio-2024), la incursión en varios frentes de guerra en el mundo (Ucrania, UE-OTAN, Israel, Irán, Corea del Norte, China, etc.) y la posible independencia de varios estados de la unión (Texas, California, Nueva York, Alaska, etc.). Aunado esto a la caída de varias bolsas de del mundo entre la semana del 6 al 13 de agosto de 2024: [Nikkei 225 (-12,4%), Ibex-35 (-0,39%), SP 500 (-3,0%), Eurostoxx 50 (-0,04%), Dow Jones (-0,36%), etc ], pueden llevar a una recesión y colapso de la economía estadounidense en los próximos meses.
    A esto se agregaría la guerra de Rusia vs EE.UU (OTAN). Con la caída de Kiev, Rusia está en la obligación histórica y estratégica de recuperar su antigua provincia de Ucrania. Porque de lo contrario, tendría un enemigo histórico. Una vez conquistada Ucrania, la próxima fase de la guerra sería, atacar a Estados y Unidos y a la OTAN. Por una sencilla razón: la guerra, realmente, es entre Rusia vs. EE.UU (OTAN). El enemigo a combatir es el imperio estadounidense y sus lacayos de la UE. Y si vamos mucho más allá, el enemigo verdadero son judío-sionistas y sionistas, quienes están detrás de esa guerra. Estados Unidos y Occidente en general son marionetas de esa familias judías. El centro mundial del sionismo en estos momentos son Londres e Israel.
    Israel está destinado a desaparecer. Mientras exista el sionismo y el régimen sionista de Israel, jamás habrá paz en el planeta. Cabe mencionar que, esas familias judío-sionistas tienen nombre propio: los Rostchild, Rockefeller, PJ Morgan, Lazard, Mosén Said Seif, Warburg, Golmand Sacks y BLACKROCK, entre otros. Los que aparecen en la revista FORBES, como Warren Buffet, Elon Musk, Bill Gates, Joe Bezos, etc., como las personas más ricas del mundo, son marionetas de ellos. Por muchos años hemos permitido que estos países criminales legitimen el terrorismo y el genocidio, tergiversando los verdaderos valores de las democracias reales. Antes que finalice el siglo XXI, la OTAN desaparecerá, Estados Unidos se desintegrará e Israel desaparecerá. Estamos en la fase terminal del capitalismo, fascismo y sionismo. Esta vez, el capitalismo no hay que reinventarlo, hay que destruirlo. Ya lo decía Joseph Schumpeter «El capitalismo no puede sobrevivir». Si queda herido, entonces hay que rematarlo.

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