Europa: ¿El coche eléctrico fue tan solo un espejismo?

Foto: EFE/Archivo


Por: German Gorraiz

11 de octubre de 2024 Hora: 06:38

La central de Volkswagen estaría estudiando cerrar la factoría de Cristal de Dresde, donde fabricaba el eléctrico ID.3 debido a la baja demanda de coches eléctricos en el sur de Europa.

Tanto Renault como Mercedes y Wolkswagen se estarían planteando la revisión de su estrategia que pasaba por fabricar únicamente vehículos eléctricos en el año 2030 y estiman que la producción de modelos de combustión se mantendrá durante los primeros años de la próxima década.

Crisis del coche eléctrico 

La central de Volkswagen estaría estudiando cerrar la factoría de Cristal de Dresde, donde fabricaba el eléctrico ID.3 debido a la baja demanda de coches eléctricos en el sur de Europa, a la retirada de las ayudas públicas del Gobierno alemán para comprar vehículos eléctricos, a la bajada de precios de Tesla y la entrada de las marchas chinas como BYD que imposibilita que los coches eléctricos germanos sean competitivos. Ello ha provocado una psicosis colectiva traducida en recortes en la producción, retrasos en el desarrollo de proyectos y una lucha salvaje entre las marcas para reducir costes.

Por su parte, la Asociación de la Industria Automovilística Alemana (VDA por sus siglas en alemán) prevé en Alemania un desplome de las ventas de coches eléctricos del 14% en 2024 dada la incertidumbre reinante en el mercado lo que podría tener como efecto colateral la suspensión por las grandes marcas europeas de sus planes de producción de coches eléctricos. Así, tanto Renault como Mercedes y Wolkswagen se estarían planteando la revisión de su estrategia que pasaba por fabricar únicamente vehículos eléctricos en el año 2030 y estiman que la producción de modelos de combustión se mantendrá durante los primeros años de la próxima década.

En este contexto, la dirección de Volkswagen ha anunciado que cancelará para 2029 el programador de seguridad en el empleo, tótem sagrado de la marca alemana y vigente desde hace 30 años debido a que la baja utilización de la capacidad en las plantas productivas se había compensado hasta ahora con ahorros en los proveedores, partida que ya sería insuficiente, por lo que según el comité de la empresa, se estaría barajando cerrar al menos una planta de vehículos y una fábrica de componentes.

Sin embargo, los responsables politicos españoles seguirían deslumbrados por la llegada del coche eléctrico, especie de pócima mágica que debía despejar el horizonte laboral europeo para la próxima década y de lo que sería paradigma, la ambiciosa apuesta del grupo Volkswagen de invertir 1024 millones de euros en el periodo 2023-2027 que supondría la electrificación de la planta de Landaben y la llegada de dos nuevos modelos 100% eléctricos del grupo, y cuyo inicio de producción en serie estaba prevista para el 2026, pero dada la incertidumbre reinante, el futuro modelo eléctrico de Landaben y Martorell podrían quedar en suspenso y provocar la desertización de la industria auxiliar del automóvil.

Así, el cierre de la empresa Antolín con 100 trabajadores al quedar marginado de la lista de proveedores del futuro modelo eléctrico de la planta de Landaben de Volkswagen Navarra, sería la punta del iceberg del previsible declive de la industria automotriz española, por lo que se antoja urgente por el Gobierno central y las Comunidades Autónomas el diseño de las líneas maestras de la futura reconversión industrial que se avecina en el horizonte del próximo quinquenio.

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Analista económico y geopolítico, colabora habitualmente en varias publicaciones digitales e impresas españolas y latinoamericanas.