¿Los globalistas de Soros quieren una guerra total contra Rusia?

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Los atlantistas de Soros defienden la Unipolaridad o Doctrina Wolfowitz, no quieren un acuerdo de paz con el presidente ruso Vladimir Putin y tienen ya perfilado un plan para el próximo quinquenio que implicaría la recuperación del papel de EE.UU. como gendarme mundial, proyecto que concibe la sumisión de Rusia y China a los dictados de Washington. Foto: EFE


Por: German Gorraiz

7 de marzo de 2025 Hora: 08:44

Los globalistas del Club de las Islas no aceptan un Acuerdo de Paz con Putin pues «Rusia es la ballena blanca que llevan años intentando atrapar». Así, bajo la dirección de George Soros, estarían planeando un ataque de falsa bandera para que la OTAN declare la guerra abierta a Rusia, lo que sería el inicio de la III Guerra Mundial.

Unipolaridad vs Aislacionismo

Las recientes elecciones estadounidenses no han sido tan solo la pugna habitual de demócratas y republicanos para alternarse en el Poder sino un pulso dramático entre los atlantistas de Soros defensores de la Unipolaridad o Doctrina Wolfowitz frente a los defensores de la Doctrina Aislacionista de EE.UU. encarnada en Donald Trump, quien intenta firmar un Acuerdo de Paz con la Rusia de Putin tras afirmar que «podría arreglar la guerra en 24 horas mediante un acuerdo con Vladimir Putin».

Ello sería un misil en la linea de flotación de los globalistas que tienen ya perfilado para el próximo quinquenio un plan que implicaría la recuperación del papel de EE.UU. como gendarme mundial mediante un incremento extraordinario de las intervenciones militares estadounidenses en el exterior para recuperar la Unipolaridad en el tablero geopolítico global, siguiendo la Doctrina Wolfowitz.

Los globalistas del Club de las Islas

Según el analista ruso Daniel Estulin, «el Club de las Islas dispone de unos diez trillones de dólares en activos financieros, controla el suministro mundial de petróleo, oro, diamantes y muchas otras materias primas vitales, y despliega estos activos en función de su agenda geopolítica».

Según Estulin, «George Soros es su cabeza visible y forma parte de una fraternidad financiera muy cohesionada, un grupúsculo secreto de familias que persiguen objetivos comunes, sea Bilderberg, Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral o el Club de Roma y con los intereses del aún poderoso Imperio Británico como actor último». Asimismo, añade que «Rusia sería para ellos la ballena blanca que llevan años intentando atrapar».

Fallida Revolución de Colores contra Putin

En un titulado «La Estrategia para Rusia, 2014-2017» , Soros indica que, «a pesar del triste retorno de Rusia a la gestión autoritaria, es importante seguir trabajando en el país para preservar los valores democráticos y garantizar que Rusia no extienda su influencia por todo el escenario mundial».

Así, el experto diseñador en Revoluciones de Colores, Georges Soros preparó una Revolución de Colores contra Putin con la excusa del malestar de la sociedad rusa contra la carestía de la vida y la rampante corrupción, operación fallida tras la detención del líder del movimiento «Fondo de Lucha contra la Corrupción», Alekséi Navalni.

¿Hacia la III Guerra Mundial?

Brzezinski, en su libro «Entre dos edades: El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica» (1971), indica que «ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos».

Dicha doctrina implicaría el sometimiento de Rusia y China e incluiría la posibilidad de un ataque nuclear relámpago y sin previo aviso por parte de EE.UU. utilizando misiles Trident II contra objetivos vitales rusos y chinos, ataque que sin embargo podría desembocar en una conflagración mundial de consecuencias imprevisibles para la especie humana y el futuro del planeta.

Así, según un estudio publicado en la revista Nature, un conflicto nuclear entre Estados Unidos y Rusia causaría la muerte de más de 5.000 millones de personas en los dos años siguientes al impacto y la mayoría de las víctimas serían provocadas por el posterior invierno nuclear.

Autor: Germán Gorraiz

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