En medio de un proceso judicial que lo tiene al bordo de la cárcel, el expresidente de Brasil y representante de la ultraderecha Jair Bolsonaro (2019-2023) se reunió este domingo con miles de simpatizantes en Río de Janeiro, ocasión en que defendió a aquellos acusados por protagonizar los actos golpistas del 8 de enero de 2023 y pidió que sean amnistiados.

Ante una cifra de seguidores inferior a lo estimado por los organizadores, mientras ondeaban banderas de EE.UU. e Israel, el exmandatario defendió a quienes asaltaron la Plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, y vandalizaron las sedes del Ejecutivo, el Legislativo y el Poder Judicial para impedir la juramentación de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente para 2023-2027.

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Durante el mitin, Bolsonaro defendió a los golpistas y atacó al ministro del Tribunal Supremo Federal (STF, por sus siglas en portugués), Alexandre de Moraes -encargado del proceso judicial en su contra-, el Gobierno de Lula y la Policía Federal, que ha realizado una profunda investigación sobre el hecho.

Aseguró que cuenta con votos en el Congreso para que avance el proyecto de ley de amnistía, cuestión que niegan los presidentes del Senado, David Alcolumbre, y de la Cámara, Hugo Motta.

Esta y otras protestas buscan que Bolsonaro recupere su elegibilidad y pueda presentarse como candidato a la Presidencia. El exmandatario fue inhabilitado por abuso de poder a mediados de 2023 hasta el 2030, tras cuestionamientos sin pruebas sobre la seguridad del sistema electoral.

Pese a ello, durante la protesta dijo que piensa ser candidato en 2026 y que «elecciones sin Bolsonaro es negar la democracia», señal de las presiones que prevé realizar para invalidar tal fallo de las autoridades electorales.

Debido a los actos golpistas del 8 de enero de 2023, se formularon denuncias contra 1.682 involucrados y ya hay 375 condenados, a quienes se impusieron penas de cárcel entre uno y 17 años.

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Uno de ellos es Bolsonaro, a quien se le señala por presuntamente haber liderado la estrategia golpista, participación directa sustentada en abundantes pruebas testificales y documentales, según la Policía Federal.

El Poder Judicial lo ha vinculado a cinco delitos diferentes, con penas máximas que suman casi 40 años de cárcel, entre ellas un intento de asesinar a Lula y a su vicepresidente, Geraldo Alckmin.

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