Café venezolano encamina su producción hacia mercados más exigentes


19 de febrero de 2024 Hora: 20:59

Desde hace diez años Rafael Pereira recoge café entre noviembre y marzo, recorriendo las laderas de cerros donde se cultiva el café bajo sombra en el estado Miranda, en la zona central de Venezuela. La teoría es simple: recoger sólo los granos maduros. La técnica es más difícil, porque se deben seleccionar sólo aquellos que tienen la coloración adecuada, entre una gradiente de rojo a morado, buscando entre las matas del cafeto, en las pendientes de los cerros.

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Tarda alrededor de 30 minutos hurgando cada planta para llenar cestas de 15 kilos. En turnos de ocho horas diarias logra recolectar hasta diez canastas llenas de cereza, como se le conoce a la drupa, el fruto que contiene dos granos de café, que varían en tamaño y forma, según la variedad. “Apenas llevamos como tres recoletas nada más este año y las que faltan, faltan como cinco más o menos”, dice Rafael con un canasto colgado a la cintura.

El color del fruto determina su dulzor y eso, al final del proceso, incide en la calidad del café en una taza, junto a otros factores que se adicionan en cada etapa. “Cuando el café está en su última maduración, es donde salen las mejores tazas de café que una persona se puede tomar. Son cafés que superan los 85 puntos”, dice José Pereira, caficultor del estado Miranda y socio de “Café La Peñita”.


 

Según la Asociación de Cafés de Especialidad (SCA, por sus siglas en inglés), son cafés de especialidad aquellos que superan los 80 puntos de cata, es decir, aquellos que son evaluados por especialistas que miden distintos atributos del café en la taza, como dulzor, acidez, fragancia y otra decena de indicadores.

“Cuando recolectamos cafés pintones, son cafés comerciales que te pueden llegar alrededor de los 78 o 79 puntos. No pasaría a ser un café de especialidad. En cambio, todo nuestro café siempre superan los 84 o 85 puntos los cafés lavados, sin meter los cafés de especialidad, que se lleva a otro tipo de proceso”, dice orgulloso Pereira.

La Peñita junto a otras fincas exportaron en diciembre 2.800 kilos de café a Japón, uno de los mercados de mayor demanda de café y más exigentes. A través de una sinergia entre las autoridades locales y el trabajo de los caficultores, el café venezolano se va posicionando lentamente en mercados internacionales.

Rafael Pereira, en turnos de ocho horas diarias, logra recolectar hasta diez canastas llenas. I Foto: teleSUR

“Nuestros cafés fueron catados por expertos, le hicieron las plantillas, le hicieron las pruebas de materiales pesados allí en Japón y mira, gracias a Dios el café pasó por todas las puertas grandes y nos están solicitando más café este año”, cuenta Pereira.

Crecimiento del café venezolano

En mayo de 2022 se realizó el primer encuentro de café venezolano de especialidad, organizado por el Ministerio de Agricultura y Tierras, un evento que buscaba repotenciar el trabajo de los caficultores y que los consumidores y empresas internacionales voltearan la mirada hacia Venezuela, para ver lo que estaban haciendo los productores locales.

Actualmente, hay más de 420 marcas de café en Venezuela, más de 220.000 hectáreas de café sembrado y hay planes para renovar plantaciones y lograr mayor productividad. El país experimenta un boom en formación de catadores, tostadores y especialistas en café. En julio de 2023, las autoridades inauguraron el Laboratorio de la Fundación para la Excelencia del Café Venezolano (FECVE), en el que trabajarán para certificar y garantizar la excelencia de este producto, así como para capacitar a productores.

A nivel institucional, se lograron acuerdos para exportar café al mercado chino y en otros mercados el café venezolano sigue consolidándose. Desde el año 2017 se han exportado 42 millones de kilos de café, pero “a raíz de que en Venezuela se ha venido incrementando el tema de cafés especiales, nos surgió un nuevo producto, nos surgió una nueva demanda y existe todo un mercado que ha estado preguntando por este nuevo producto, que es el café especial venezolano”, comenta Gabriel González, presidente del Laboratorio FECVE.

El color del fruto determina su dulzor y eso incide en la calidad del café en una taza, junto a otros factores. I Foto: teleSUR

González agrega que el café venezolano tiene potencialidad para insertarse en el mercado internacional por sus atributos distintivos, “están muy marcados los sabores frutales, más que todo sabores especiados, y nuestros suelos no volcánicos también le dan esa característica única a nuestro café venezolano”.

Este año el EICEV, Encuentro Internacional de Café de Especialidad Venezolano, será del 14 al 16 de junio. Allí se realiza una competencia para buscar al mejor grano entre cientos que se postulan y desde ya los productores están trabajando en mejorar sus procesos de cosecha y poscosecha para obtener los puntajes más altos en cata.

Autor: teleSUR - Leonel Retamal Muñoz

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