El primer ministro canadiense, Mark Carney, respondió este martes con firmeza a las amenazas comerciales del presidente estadounidense, Donald Trump, anunciando aranceles recíprocos del 25% sobre productos de Estados Unidos, por valor de 20.700 millones de dólares. La medida, detallada en un comunicado oficial, llega días después de que Trump ordenara elevar al 50% los impuestos al acero y aluminio canadiense, una maniobra que Carney calificó como «intento de quebrar nuestra economía para someternos».

«El presidente Trump quiere convertirnos en el estado 51, pero Canadá no negociará su independencia», declaró Carney durante un acto en Halifax, donde denunció el cambio en las prioridades de Washington. «Sus aranceles no son sobre comercio, sino sobre dominación», añadió el primer ministro, quien asumió el cargo el 14 de marzo tras la renuncia de Justin Trudeau.

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El conflicto escaló el 11 de marzo, cuando Trump instruyó al secretario de Comercio, Howard Lutnick, imponer tasas adicionales del 25% a metales canadienses, sumándose a los aranceles ya vigentes. La medida afecta a un sector clave para Canadá, que exporta anualmente 12.000 millones de dólares en acero y aluminio a Estados Unidos.

Carney, sin embargo, dejó clara su disposición al diálogo: «Hablaré con Trump, pero sin ceder en lo esencial: nuestra soberanía no está en venta». La respuesta canadiense incluye impuestos a productos estadounidenses como maquinaria agrícola, componentes automotrices y electrónicos, lo que podría impactar a empresas con operaciones transfronterizas.

La tensión comercial refleja una relación históricamente desigual, donde Canadá ha sido proveedor estratégico de recursos para Washington, pero ahora enfrenta una escalada sin precedentes. Con un intercambio bilateral de 725.000 millones de dólares anuales, según cifras oficiales, el conflicto amenaza cadenas de suministro integradas y reconfigura el mapa económico de Norteamérica.

Elecciones anticipadas y fortalecimiento militar

El primer ministro anunció este martes un plan para «acelerar sin precedentes» la inversión en defensa nacional si resulta reelecto en las elecciones anticipadas convocadas para el 28 de abril. «Defenderemos cada centímetro de nuestro territorio y apoyaremos a nuestros aliados en el exterior», afirmó durante un mitin en Halifax, donde vinculó la seguridad con la resistencia a las presiones de Estados Unidos.

Carney solicitó a la gobernadora general, Mary Simon, jefa de Estado en el sistema parlamentario canadiense, disolver el Parlamento y adelantar los comicios. Argumentó que el país necesita «construir la economía más fuerte del G7» y resolver la crisis por los aranceles, que han afectado a 1.200 empresas locales desde 2023, según la Cámara de Comercio.

El primer ministro, exgobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y del Banco de Inglaterra (2013-2020), juramentó el 14 de marzo en Rideau Hall bajo la sombra de la guerra comercial.

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