El primer ministro israelí mantiene a sus tropas sionistas en la zona de amortiguación en los altos del Golán ocupados y pretende extender la ocupación hacia todo el sur del país, mientras el Gobierno interino sirio responde tibiamente.

El Ejército israelí lanzó el pasado lunes en la noche una nueva agresión aérea en los alrededores de la ciudad portuaria de Tartus, en el oeste de Siria, al bombardear un almacén de armas perteneciente al antiguo Ejército sirio, desintegrado tras la caída del Gobierno de Bashar Al-Assad.

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En un comunicado, las tropas sionistas anunciaron que sus fuerzas “atacaron un sitio militar donde se almacenaban armas” pertenecientes a las Fuerzas Armadas de Siria en el área de Qardaha, a unos 60 kilómetros al norte del puerto mediterráneo de Tartus.

Hasta el momento, no se reporta la pérdida de vidas humanas, mientras que los equipos de Defensa Civil trabajan para confirmar la ubicación del ataque, según informó un corresponsal de la agencia de noticias siria SANA.

Con esta agresión, el Ejército sionista suma una larga lista de ataques aéreos llevados a cabo por Israel contra bases, instalaciones y activos militares estratégicos sirios desde diciembre pasado, como parte de su estrategia para aprovechar la ocasión de extenderse en territorio sirio para apoderarse de recursos sirios, así como posibilitar la fragmentación de la nación árabe siria.

El martes pasado el Ejército israelí también atacó instalaciones militares que contenían armas en la región sur del país levantino, luego de que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, exigiera la “completa desmilitarización” del sur del país.

Netanyahu confirmó que sus tropas permanecerán en la zona de amortiguación en los altos del Golán ocupados durante “un período de tiempo ilimitado”, pese a que en un primer momento dijo que sería “temporal”.

Las Naciones Unidas y algunos países de Asia Occidental han exigido la completa retirada de las tropas israelíes del territorio sirio y el respeto a la soberanía de dicha nación.

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