Representante de China en la ONU, Geng Shuang, llamó a la comunidad internacional a poner fin a la brutalidad israelí mediante la aplicación de las resoluciones de la ONU sobre la cuestión palestina.

La comunidad internacional ha vuelto a pronunciarse en contra del genocidio que Israel está llevando a cabo en la Franja de Gaza, pero esta vez fue China la que instó a otros países, a través del Consejo de Seguridad de la ONU, a poner fin a la brutalidad israelí.

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Durante su intervención, el representante de China en la ONU, Geng Shuang, hizo un llamado urgente a Israel para que detenga sus operaciones bélicas, las cuales han ido aumentando de manera alarmante.

Además, solicitó que se permita la entrada de ayuda humanitaria de la ONU a Gaza y que se levante el bloqueo impuesto al territorio palestino, que priva a sus dos millones de pobladores a acceder a alimentos, agua, combustibles, medicinas y otros productos y servicios básicos.

Geng Shuang también exhortó al Consejo de Seguridad de la ONU a utilizar todas las herramientas y vías disponibles para poner fin al conflicto en la Franja de Gaza de manera definitiva.

Este no es el primer pronunciamiento de China sobre el tema; en múltiples ocasiones ha sostenido que es urgente e indispensable implementar una solución integral y efectiva a las resoluciones del Consejo de Seguridad, especialmente ante el incremento de cifras de asesinados, heridos, enfermos crónicos que no reciben atención, civiles con inseguridad alimentaria y otras que resultan alarmantes.

El funcionario chino subrayó que Tel Aviv ha de cumplir con sus obligaciones internacionales y poner fin a la ocupación de los territorios palestinos.

A juicio de Geng Shuang, «la solución de dos Estados es la única respuesta viable a la cuestión palestina, y la comunidad internacional debe actuar para detener la brutalidad de Israel. La ocupación israelí constituye una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de las Naciones Unidas«.

El reciente asedio a Gaza, que comenzó en octubre de 2023 tras la Operación Diluvio de Al-Aqsa de la resistencia palestina, ha dejado un saldo devastador de 45.097 muertos y 107.244 heridos como resultado de las agresiones.

Además, se estima que hay alrededor de 11.000 cuerpos sepultados bajo los escombros de las ciudades asediadas hasta la fecha.

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