Claudio Katz: la posición estratégica de América Latina y la necesidad de integración
Claudio Katz en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos de Caracas. 29 de Noviembre de 2024. Foto: mincultura
2 de diciembre de 2024 Hora: 11:40
Durante su disertación en el CELARG destacó que el desafío fundamental en América Latina radica en sostener un proyecto emancipador que no dependa exclusivamente de negociaciones entre élites o estados, sino que tenga como motor principal al sujeto popular.
El 29 de noviembre, el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) de Caracas acogió una sesión académica fundamental en la que el economista argentino Claudio Katz ofreció una profunda exploración del posicionamiento global contemporáneo de América Latina.
El Dr. Katz presentó una perspectiva matizada de la dinámica geopolítica actual, haciendo hincapié en tres dimensiones críticas interconectadas: las luchas populares, las tendencias económicas y las configuraciones políticas globales. La conferencia destacó dos acontecimientos mundiales significativos que definen el momento actual: el posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y dos grandes conflictos en curso: la prolongada guerra en Ucrania y la crisis humanitaria en Palestina.
El economista introdujo dos lentes conceptuales fundamentales para entender las transformaciones globales actuales. El primero es la transición hegemónica, un proceso histórico que describe el ascenso y el declive de las potencias mundiales, caracterizado actualmente por el posible desplazamiento del liderazgo mundial de Estados Unidos por China.
El segundo marco explora la dinámica global Norte-Sur: un paradigma emergente que desafía las categorizaciones geopolíticas tradicionales y sugiere una reestructuración fundamental de las relaciones de poder internacionales.
En este contexto, Katz subrayó que, aunque América Latina pertenece incuestionablemente al «Sur Global», la región debe evaluar críticamente su posicionamiento estratégico. Instó a adoptar un enfoque matizado que trascienda la simple categorización, destacando la necesidad de herramientas analíticas más sofisticadas para navegar por los complejos cambios globales.
Durante su presentación, Katz subrayó la complejidad política de la región destacando el avance desigual de los movimientos políticos de derechas en los países latinoamericanos. Estos movimientos han experimentado diversos grados de éxito en naciones como Argentina, México, Venezuela y Uruguay.
Complejidad política global
Abordando las transformaciones estructurales del panorama económico mundial contemporáneo, Kast argumentó que los cambios profundos están caracterizados principalmente por el reposicionamiento estratégico de las principales potencias económicas. El análisis del académico argentino apuntaló a que la narrativa matizada de transición económica está centrada en el declive estratégico de Estados Unidos y el calculado ascenso de China.
Katz explicó que Estados Unidos está experimentando una transformación económica sistemática marcada por la disminución de su influencia económica mundial. «El país, que dominaba casi el 50% de la producción industrial mundial en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, dispone ahora de aproximadamente el 25% de la fuerza gravitatoria económica mundial», señaló. Este declive no se caracteriza por un colapso repentino, sino por una reducción gradual y persistente de la competitividad económica y la productividad.
Con su perspicacia característica, Katz argumentó que la respuesta estadounidense a este reto económico ha sido multifacética. «Aprovechando el estatus del dólar como moneda de reserva mundial, manteniendo la centralidad financiera de Wall Street y utilizando su complejo tecnológico y militar-industrial, Estados Unidos ha intentado contrarrestar su erosión económica. Las estrategias políticas han oscilado entre los enfoques ‘globalistas’ que favorecen la integración económica internacional y las estrategias ‘americanistas’ que hacen hincapié en el proteccionismo y la priorización del mercado interno», explicó a la audiencia.
Por el contrario, China ha surgido como testimonio de una gestión económica innovadora. Su éxito económico se debe a un sofisticado modelo híbrido que integra fundamentos socialistas, mecanismos de mercado y parámetros capitalistas. A diferencia de los marcos capitalistas tradicionales, el modelo chino se caracteriza por una sólida regulación estatal que limita la acumulación capitalista al tiempo que dirige estratégicamente el desarrollo económico.
Claudio Katz disertó sobre el entorno económico actual, ahondando sobre la reestructuración fundamental de las relaciones económicas mundiales: «Los marcos neoliberales tradicionales están siendo cuestionados, y las economías emergentes se resisten cada vez más a las presiones económicas unilaterales. Los países BRICS, por ejemplo, han demostrado una notable capacidad de resistencia, reforzando a menudo sus alianzas económicas en respuesta a las presiones externas», destacó Kast.
Desafíos para América Latina en la era de Trump
En el complejo escenario geopolítico actual, Estados Unidos busca recuperar su poder económico mediante estrategias militares y comerciales, con un enfoque particularmente crítico hacia América Latina. Katz indicó que la región se encuentra en el centro de una disputa internacional donde potencias como Estados Unidos y China compiten por el control de recursos naturales y cadenas de valor globales.
En cuanto al proyecto estadounidense, especialmente bajo la administración de Donald Trump, subrayó que se caracterizará por reforzar un modelo de capitalismo dependiente que profundiza la transferencia de valor desde las economías periféricas hacia los centros de poder. Esta estrategia implica una mayor primarización de las economías latinoamericanas, la desarticulación industrial y una creciente subordinación financiera.
En este contexto, el argentino señaló que Trump representa una variante particular: diferencia de sus predecesores, prescinde de las habituales coberturas ideológicas de «defensa de la democracia» y adopta un enfoque más directo de «América Primero». Su prioridad declarada es la tensión comercial con China, lo que podría redefinir completamente el mapa geopolítico global».
Para América Latina, este escenario presenta desafíos críticos, señaló, subrayando que la región será nuevamente objeto de disputa entre potencias, con el riesgo de profundizar su histórico rol de territorio subordinado. El futuro dependerá de la capacidad de los países latinoamericanos para desarrollar estrategias de integración y resistencia frente a las presiones externas.
Movimientos populares y desafíos geopolíticos
Claudio Katz también abordó los desafíos que el Sur Global enfrenta, desafíos múltiples, más allá de las simplistas narrativas de unipolaridad o multipolaridad. La región no es un bloque homogéneo, sino un espacio de diversidad estratégica donde China, Rusia y otros países configuran dinámicas geopolíticas diferenciadas.
Como un elemento fundamental en este escenario, resaltó la ausencia de una estrategia antiimperialista unificada, similar a las coordinaciones históricas como el Movimiento de Países No Alineados o la Tricontinental de los años 60 y 70. «América Latina representa un ejemplo embrionario de esta potencial articulación a través de iniciativas como el ALBA, que buscan construir alternativas al dominio estadounidense».
Dijo que la región latinoamericana presenta una particularidad única: la capacidad de los movimientos populares para transformar el escenario político. Dos grandes ciclos de rebeliones populares —uno entre 1989 y 2002, y otro desde 2019— han demostrado cómo las luchas sociales pueden modificar estructuralmente los procesos políticos, llevando gobiernos progresistas al poder.
Sin embargo, el contexto actual presenta nuevos desafíos. Se refirió a la necesidad de una estrategia de supervivencia y transformación para América Latina, que implica tres dimensiones cruciales: una resistencia antiimperialista nítida contra Estados Unidos, una negociación estratégica con China desde un bloque regional unificado, y una integración latinoamericana autónoma que privilegie los intereses populares sobre los corporativos.
Finalmente, destacó que el desafío fundamental radica en sostener un proyecto emancipador que no dependa exclusivamente de negociaciones entre élites o estados, sino que tenga como motor principal al sujeto popular: «la unidad latinoamericana no será posible sin el compromiso de los sectores populares, únicos con la capacidad de impulsar transformaciones estructurales más allá de los intereses inmediatos de las clases dominantes».
Autor: teleSUR: DRB
Fuente: teleSUR - mincultura