Tras la visita de representantes de la ONU al epicentro de la catástrofe, se dictaminó que los estragos podrían durar entre seis y diez años.

Tres años después del derrame de petróleo de Repsol, el mar peruano aún no se ha recuperado, con contundente evidencia de flora y fauna silvestre gravemente afectadas, y las indemnizaciones ofrecidas a las comunidades impactadas resultando insuficientes.

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La actual situación del mar peruano ha sido confirmada por pescadores locales y especialistas en la materia, de acuerdo a Herrera, uno de los pescadores, quien  afirmó que no se respetaron los informes elaborados sobre la zona, a pesar de que el Estado no cuenta con un estudio realizado ni por el Ministerio de la Producción ni por Marpe.

Herrera destacó además que, gracias al apoyo de organizaciones, lograron que se realizara un informe, pero este no fue tomado en cuenta; además, señaló que Repsol ha condicionado cada una de sus acciones a lo que la empresa considera conveniente.

Según un informe de Oxfam y la ONG Cooperación, el 60 por ciento del crudo vertido al mar aún no se ha recuperado.

En respuesta, Repsol afirmó que el sistema marino ya está completamente limpio y que se pueden reanudar las actividades productivas en las playas.

Ante esta declaración, el biólogo marino de Cooperación, Anthony Apeno, expresó su asombro, ya que según él «es increíble que la empresa afirme que los ecosistemas están limpios. Aunque a simple vista puede parecerlo, existen componentes como los hidrocarburos policíclicos aromáticos que no son visibles y que permanecen en estos ecosistemas, causando un impacto nocivo».

Hasta la fecha, Repsol ha acumulado 22 procedimientos administrativos y ha sido multada por 72 millones de dólares; sin embargo, las indemnizaciones ofrecidas fueron aceptadas por los pescadores por necesidad.

Luis Chiroque, otro pescador, alegó que la empresa cerró toda negociación con los afectados, quienes esperaban ser compensados de manera justa.

Además, tras la visita de representantes de las Naciones Unidas al epicentro de la catástrofe pocos días después del derrame, se dictaminó que los estragos podrían durar entre seis y diez años, a pesar de este análisis, Repsol insistió en que el mar estaba limpio al cabo de un año.

Para el especialista Alejandro Chirinos, el gobierno ha demostrado incapacidad para abordar este ecocidio.

Chirinos afirmó que «se necesita una reforma ambiental más profunda que corrija la flexibilización normativa ocurrida en los últimos diez años. También es urgente una reforma pesquera que resuelva las problemáticas en la zona marino-costera, así como una reforma energética que ayude a los peruanos a transitar hacia alternativas más sostenibles en lugar de depender de combustibles fósiles».

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