Crisis medioambiental: Insalubridad crece en Gaza a medida que avanza el genocidio

La situación en Gaza es un recordatorio urgente de cómo los conflictos armados no solo devastan a las poblaciones humanas, sino también a los ecosistemas, dejando cicatrices que pueden tardar décadas en sanar. Foto: UNPD
26 de marzo de 2025 Hora: 10:15
La Franja de Gaza enfrenta una crisis medioambiental y humanitaria devastadora, agravada por la acumulación de más de 175.000 toneladas de residuos y la destrucción masiva de infraestructuras esenciales debido a los incesantes ataques aéreos israelíes.
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Según el Ayuntamiento de Gaza, esta situación ha obligado a miles de desplazados a refugiarse en condiciones insalubres, rodeados de montañas de desechos, lo que ha generado un aumento alarmante de enfermedades infecciosas.
Más de dos millones de palestinos han contraído enfermedades infecciosas, y al menos 71.338 personas han sido diagnosticadas con hepatitis, según informes locales. La contaminación del agua, el suelo y el aire, exacerbada por la destrucción de plantas de tratamiento de aguas residuales y sistemas de gestión de desechos, ha creado un entorno insostenible para la población.
Además, el colapso de las estaciones de bombeo y plantas desalinizadoras, debido a la falta de combustible y electricidad, ha dejado a gran parte de la población sin acceso a agua potable.
La contaminación por explosivos y escombros también representa un desafío a largo plazo. Según la Autoridad de Calidad Ambiental palestina, los ataques han dejado más de 45 millones de toneladas de escombros y contaminado el aire y el suelo con metales pesados y sustancias químicas tóxicas.
Estas condiciones no solo afectan la salud inmediata de los habitantes, sino que también amenazan con daños irreversibles a los ecosistemas locales.
La crisis medioambiental se suma a una situación económica ya precaria. La destrucción de 15.700 hectáreas de tierras agrícolas ha reducido significativamente la capacidad de Gaza para producir alimentos, haciendo que el enclave dependa al 100% de la ayuda humanitaria.
Además, la acumulación de residuos y la falta de infraestructura adecuada han paralizado las actividades económicas locales, dejando a miles de familias sin medios de subsistencia.
El impacto ambiental de la guerra en Gaza no tiene precedentes. Según estimaciones de la ONU, la reconstrucción de la Franja requerirá más de 53.000 millones de dólares y podría tardar años en completarse. Sin embargo, los daños ambientales podrían prolongar aún más el proceso de recuperación, atrapando a la población en un ciclo de pobreza e insalubridad.
La crisis también tiene implicaciones globales. La contaminación generada por el conflicto, que incluye emisiones de dióxido de carbono equivalentes a las de 26 países en un año, contribuye al cambio climático y agrava los desafíos ambientales en una región ya vulnerable.
Organismos internacionales, como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), han instado a la restauración del alto el fuego de manera inmediata para mitigar los impactos ambientales y proteger la vida de los habitantes de Gaza, a largo y a corto plazo.
Autor: teleSUR-CC
Fuente: teleSURtv