Este lunes tuvo lugar el balance y planificación del Ministerio de Agricultura de Cuba con la presencia del presidente de la nación, Miguel Díaz-Canel y miembros del Buró Político con el objetivo de «corregir distorsiones y reimpulsar la economía con el necesario control y aseguramiento político«.

En un contexto económico complejo, marcado por desafíos internos y externos, el Gobierno cubano ha presentado un balance detallado de las estrategias implementadas durante 2024, se aborda la redirección de los planes para enfrentar las distorsiones económicas y reimpulsar sectores clave como la agricultura.

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A principios de 2024, el Gobierno cubano delineó una serie de proyecciones económicas enfocadas en corregir distorsiones estructurales que han afectado gravemente a sectores como la agricultura, la industria y los servicios. Las prioridades de esa planificación incluían la reducción de la inflación, el aumento de la producción nacional, especialmente de alimentos, y la mejora de la eficiencia en la gestión empresarial estatal.

Uno de los pilares del plan fue la implementación de medidas para combatir el mercado informal, que ha crecido significativamente en los últimos años debido a la escasez de productos básicos y la devaluación del peso cubano.

Además, se priorizó la inversión en infraestructura agrícola y la modernización de los sistemas de distribución, con el objetivo de reducir la dependencia de las importaciones y garantizar la seguridad alimentaria.

Balance del 2024: avances y desafíos persistentes

En la reunión de este lunes encabezada por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez y los miembros del Buró Político Manuel Marrero Cruz, primer ministro, y Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República, reconocieron que, aunque se lograron avances significativos en algunos sectores, persisten desafíos que requieren ajustes en las estrategias.

Durante 2024, se observó un incremento en la producción agrícola en regiones clave, gracias a la implementación de programas de apoyo a los productores locales y la entrega de insumos agrícolas. Sin embargo, la inflación continuó siendo un problema grave, afectando el poder adquisitivo de la población y limitando el acceso a bienes esenciales.

Uno de los logros destacados fue la reducción del déficit fiscal, gracias a una mayor disciplina financiera y a la racionalización de los gastos estatales. No obstante, el sector empresarial estatal aún enfrenta problemas de eficiencia y productividad, lo que ha llevado al Gobierno a replantear sus políticas de gestión.

En el ámbito social, el Gobierno mantuvo su compromiso con los programas de subsidios y asistencia a los sectores más vulnerables, aunque reconoció que la escasez de recursos limitó el alcance de estas iniciativas.

En tanto, la migración interna y externa también continuó siendo un fenómeno preocupante, con un número significativo de jóvenes y profesionales que abandonaron el país en busca de mejores oportunidades.

Redirección de los planes para 2025

Ante este panorama, el Gobierno cubano ha anunciado una serie de ajustes en sus políticas económicas para 2025, con el objetivo de enfrentar los desafíos persistentes y consolidar los avances logrados. Según se expresó en la reciente reunión, las nuevas estrategias se centran en tres áreas principales: la agricultura, la inversión extranjera y la modernización del sector empresarial estatal.

1. Reimpulso del sector agrícola

La agricultura sigue siendo una prioridad estratégica para Cuba, dado su impacto directo en la seguridad alimentaria y la economía nacional. Para 2025, el Gobierno planea intensificar los programas de apoyo a los productores locales, incluyendo la entrega de maquinaria, semillas y fertilizantes. Además, se promoverá la diversificación de cultivos y la implementación de tecnologías sostenibles para aumentar la productividad.

Otro aspecto clave será la eliminación de intermediarios en la cadena de distribución, lo que permitirá reducir los precios finales de los productos agrícolas y mejorar el acceso de la población a alimentos frescos. También se buscará fortalecer las cooperativas agrícolas y fomentar la participación de jóvenes en el sector, con el fin de garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

2. Atracción de inversión extranjera

El Gobierno cubano reconoce que la inversión extranjera es fundamental para impulsar el crecimiento económico y modernizar la infraestructura del país. En 2025, se priorizará la atracción de capitales en sectores estratégicos como la energía renovable, el turismo y la industria farmacéutica. Para ello, se simplificarán los trámites burocráticos y se ofrecerán incentivos fiscales a los inversionistas interesados.

Además, se promoverán alianzas estratégicas con empresas internacionales para transferir tecnología y conocimientos, lo que permitirá mejorar la competitividad de la economía cubana en el mercado global.

3. Modernización del sector empresarial estatal

Uno de los mayores desafíos de la economía cubana es la baja eficiencia del sector empresarial estatal. Para enfrentar este problema, el Gobierno ha anunciado un plan de modernización que incluye la descentralización de la gestión, la introducción de mecanismos de mercado y la capacitación de los directivos en prácticas empresariales modernas.

También se promoverá la autonomía financiera de las empresas estatales, lo que les permitirá tomar decisiones más ágiles y adaptarse a las condiciones del mercado. Este enfoque busca combinar la planificación estatal con elementos de la economía de mercado, en línea con las reformas económicas implementadas en los últimos años.

4. Nuevo marco sancionatorio

En su comentario, el primer ministro Manuel Marrero Cruz manifestó la necesidad de restituir la legalidad con firmeza y determinación en el combate cotidiano contra las ilegalidades y delitos detectados en los campos de la nación caribeña.

De esta manera, el jefe del Gobierno cubano señaló el camino hacia un nuevo marco sancionatorio para aumentar la eficacia de las penas contra los infractores en asuntos tan delicados como la tenencia de ganado, el uso de las tierras en usufructo, y el incumplimiento de planes prioritarios como el ganadero, el porcino y las entregas de leche y huevos, entre otros rublos.

En cuanto a la contratación reconoció avances en ese proceso pero insistió en el cumplimiento y la calidad de lo contratado, así como la verificación de los indicadores conveniados con respecto a las capacidades disponibles, para evitar casos de subcontratación que genera nuevas distorsiones.

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