Los «curas villeros»: El legado vivo de la iglesia impulsada por el papa Francisco

La labor pastoral en las villas miseria argentinas ejemplifica la visión de una iglesia cercana a los marginados promovida por Jorge Mario Bergoglio, con figuras como el padre Nacho y centros como el Hogar de Cristo que materializan el mensaje de acompañamiento «cuerpo a cuerpo»

168acd3c 0465 4c65 a58b a1af8ae6d00e 1

«Si hay un lugar donde se concreta el mensaje de Jorge Mario Bergoglio es aquí», explica la corresponsal Paola Dragnic, quien acompañó al padre Nacho en su incansable recorrido por la villa. Foto: Nicolás Hernández / teleSUR


26 de abril de 2025 Hora: 06:20

La labor pastoral en las villas miseria argentinas ejemplifica la visión de una iglesia cercana a los marginados promovida por Jorge Mario Bergoglio, con figuras como el padre Nacho y centros como el Hogar de Cristo que materializan el mensaje de acompañamiento «cuerpo a cuerpo»

La Villa 31, hoy rebautizada como Barrio Carlos Mugica, representa el epicentro de un movimiento pastoral que encarna la esencia del legado social del Papa Francisco: los curas villeros. Estos sacerdotes, que eligieron vivir y trabajar en las zonas más empobrecidas de Buenos Aires, materializan la visión de una iglesia en salida que el pontífice argentino promovió durante toda su trayectoria.

barrio padre mugica 50 aniversarioimg 7826 1024x683 1.jpg
La villa 31, hoy renombrada Carlos Mugica, representa un testimonio tangible del legado social del papa Francisco en Buenos Aires. Foto: Resumen Latinoamericano

El padre Nacho ejemplifica esta vocación de servicio. Recorriendo el barrio en bicicleta para llegar más rápido a quienes lo necesitan, coordina el centro barrial Carlos Mugica, un espacio de acogida para personas en situación de vulnerabilidad. «Lo mío estaba en el acompañamiento cuerpo a cuerpo, como decía el Papa», explica, refiriéndose a una metodología pastoral que privilegia el contacto directo y la presencia constante.

Esta cercanía es precisamente lo que caracteriza a los curas villeros. «Un cura villero te da la mano, te abraza, te dice qué necesitas. Si estás en consumo, no tienes vergüenza para hablar con ellos», describe uno de los vecinos. Este enfoque pastoral contrasta con visiones más institucionales y formales de la iglesia, priorizando la experiencia humana directa.

La emblemática capilla Cristo Obrero, que alberga los restos del sacerdote Carlos Mugica —asesinado en 1974 y figura inspiradora de este movimiento— permanece como símbolo de resistencia y compromiso. «Siempre fueron los preferidos de Bergoglio cuando era obispo acá de Buenos Aires», señala uno de los sacerdotes, recordando las frecuentes visitas del entonces cardenal a estos espacios marginales.

bagattini papa francisco 1024x597 1
El padre Nacho en visita al papa Francisco. Foto cortesía del padre Nacho Bagattini.

Los Hogares de Cristo representan otra de las iniciativas más significativas surgidas de este modelo pastoral. Creados en 2007 por impulso directo de Bergoglio, estos centros ofrecen acompañamiento a personas con problemas de adicciones y otras vulnerabilidades. «El Papa terminaba diciendo ‘Che, ¿por qué no armamos algo nosotros?'», recuerda uno de los fundadores, destacando el pragmatismo de Francisco ante problemas sociales urgentes.

«Hay que recibir la vida como viene, el que venga como venga, y cuerpo a cuerpo porque va a ser intenso el laburo», fue la consigna inicial que marcó el nacimiento de estos espacios que, 17 años después, continúan expandiéndose por Argentina y otras regiones. El padre Diego, llegado desde La Rioja, confirma esta expansión: «En nuestra provincia también tenemos este proyecto para acompañar a personas en situación de adicción y distintas situaciones de vulnerabilidad».

El impacto de la muerte del Papa Francisco es especialmente sentido en estos espacios que representan su legado más tangible. Sin embargo, los curas villeros mantienen la convicción de continuar con su misión independientemente de los cambios institucionales. «Hay un legado muy grande y uno tiene que confiar en lo que va a venir», reflexiona uno de ellos, añadiendo: «Nosotros vamos a seguir, sea quien sea, continuando con nuestro modo de servicio que creo va en la línea del evangelio y que incluye a todos en una mesa común».

Esta determinación refleja quizás la victoria más importante del pontificado de Francisco: haber consolidado un modelo de iglesia cuya autenticidad no depende de estructuras jerárquicas sino de la fidelidad a principios evangélicos fundamentales como la opción preferencial por los pobres y la inclusión de los marginados.

Mientras el mundo despide al Papa Francisco en solemnes ceremonias vaticanas, su verdadero legado continúa vivo en las periferias, donde sacerdotes como el padre Nacho siguen recorriendo en bicicleta los barrios marginales, materializando diariamente aquella exhortación del pontífice que se ha convertido en emblema de su papado: «Hagan lío».

Autor: teleSUR: DRB

Fuente: @PaolaDragnic