El Kremlin ha calificado el incidente como un «acto de terrorismo».

Durante la madrugada del martes, las fuerzas de defensa antiaérea rusa lograron derribar 343 drones ucranianos, de los cuales 91 fueron interceptados en la región de Moscú, informó el Ministerio de Defensa ruso. Según la cartera de defensa, la provincia de Kursk fue el objetivo más afectado, con 126 drones neutralizados.

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Este ataque, considerado el más grande registrado en lo que va del año, dejó un saldo de tres muertos y al menos 17 heridos, entre ellos tres niños, según informó el Ministerio de Salud ruso. El Kremlin ha calificado el incidente como un «acto de terrorismo».

Las consecuencias del ataque fueron devastadoras en diversas zonas de la capital y sus alrededores. En la ciudad de Domodédovo, la caída de restos de un dron provocó un incendio en un aparcamiento de un centro comercial, donde falleció un empleado y otras dos personas resultaron heridas. Además, en el municipio de Vídnoye, un hombre de 50 años perdió la vida en el hospital tras ser alcanzado por metralla.

Por otro lado, en el distrito de Rámenskoye, al menos siete apartamentos sufrieron daños graves tras el impacto de fragmentos de drones en un bloque residencial. Aunque no se reportaron heridos en ese punto, 12 personas, incluidos tres niños, fueron evacuadas debido a la magnitud del siniestro.

Además de las víctimas humanas, la infraestructura también se vio afectada. La caída de un dron cerca de la estación ferroviaria de Domodédovo dañó parte de las vías, interrumpiendo el tráfico ferroviario en la zona. Por razones de seguridad, los aeropuertos internacionales de Sheremétiev, Vnúkovo y Domodédovo impusieron restricciones temporales a sus vuelos.

El Comité de Investigación de Rusia ha abierto una causa penal bajo la figura de «atentado terrorista» en respuesta a estos ataques. La portavoz del organismo, Svetlana Petrenko, afirmó que las autoridades están recopilando pruebas para determinar la cadena de mando detrás de la ofensiva.

Por su parte, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, destacó la labor de las fuerzas de defensa antiaérea y aseguró que la capital está protegida contra futuras agresiones. «El ataque más masivo de drones enemigos contra Moscú ha sido repelido. Agradecemos a nuestras fuerzas por su excelente trabajo«, declaró.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, vinculó el ataque con un intento de Ucrania de sabotear la posibilidad de negociaciones diplomáticas. «Aún no hay conversaciones en curso, pero ataques como este pueden romper cualquier tendencia hacia la normalización«, afirmó.

Este atentado terrorista se produjo en un momento de alta tensión internacional. Coincidió con la llegada a Moscú del secretario general de la OSCE, Feridun Sinirlioglu, quien había expresado intenciones de mediar en el conflicto. Analistas consideran que este incidente podría endurecer la posición del Kremlin y reducir las posibilidades de un acercamiento diplomático.

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