Las fuerzas militares y policiales ecuatorianas han sido señaladas en repetidas ocasiones por abusos y ejecuciones extrajudiciales.

Un nuevo ataque por parte de militares ecuatorianos dejó al menos un muerto y dos heridos el pasado 2 de marzo en Puerto el Carmen, cantón Putumayo, provincia de Sucumbíos, denunció la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos de Ecuador.

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Las víctimas, Luis Sebastián de 16 años y los hermanos Kevin M. de 19 y Johan M. de 16, participaban en las fiestas de carnaval cuando decidieron pasear en motocicleta por los alrededores del parque central. 

Según una denuncia pública, cerca del cuartel de la Capitanía de la Marina, en la calle Simón Bolívar, los jóvenes se encontraron con una patrulla militar del Batallón de Selva Nº 55 cuando sin motivo aparente, los militares abrieron fuego contra ellos.

Los hermanos Kevin y Johan resultaron gravemente heridos y fueron trasladados de urgencia al Hospital Provincial de Sucumbíos, un viaje de tres horas, donde falleció dos días después el hermano menor.

La madre de los jóvenes denunció el hostigamiento y seguimiento que sufrió por parte de las autoridades desde el ingreso de sus hijos al centro de salud.

Asimismo, “denunció la falta de información por parte de personal médico respecto del estado de salud de sus hijos y que no le permitieron verlos, mientras que a los policías si les habrían permitido estar incluso dentro de la sala donde se encontraban sus hijos”, denuncia el texto.

La madre de los hermanos denunció que no fue notificada oficialmente sobre la muerte de su hijo menor, sino que se enteró a través de un empleado de una funeraria privada. Además, acusó a las autoridades de intentar realizar la autopsia sin su consentimiento y de impedirle ver el cuerpo de su hijo. 

“Las familias de las víctimas denunciaron ataques digitales en redes sociales contra los adolescentes y los periodistas que difundieron la noticia. Este hecho se suma a una serie de incidentes violentos que han involucrado a las fuerzas militares y policiales en Ecuador, evidenciando un patrón de abuso de poder y complicidad por parte de las autoridades”, resalta la nota. 

Este trágico suceso refleja la creciente violencia en Ecuador, donde las fuerzas militares y policiales han sido señaladas en repetidas ocasiones por abusos y ejecuciones extrajudiciales.

Hace unos meses, el Ejército ecuatoriano fue acusado de ejecutar a varios niños menores de edad, un hecho que generó indignación nacional e internacional.

Estos casos no solo exponen el uso desmedido de la fuerza, sino también la complicidad de las autoridades, que, en lugar de garantizar justicia, obstaculizan las investigaciones y hostigan a las familias de las víctimas. La impunidad y la falta de transparencia en estos hechos profundizan la crisis de confianza en las instituciones y dejan a la población en un estado de vulnerabilidad constante.

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