Diego Silva Silva: “Alí Primera no daba conciertos”
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En esta entrevista, Diego Silva Silva cuenta algunas anécdotas con el cantor venezolano. Foto: Cortesía de la autora.
15 de febrero de 2025 Hora: 20:44
“Alí Primera no era un artista de escena. Creo que muchos están equivocados con eso, “que hay un concierto de Alí Primera”. Alí Primera nunca hizo un concierto. Alí Primera cantó en actos, actos que él organizaba, o sus compañeros de lucha convocaban. Era intenso, absorbente, terco, amoroso, sincero, pícaro, venezolano de punta a punta. Lo confirmo: Ali Primera jamás en su vida ofreció un concierto. ¿Qué es un concierto? Un concierto es un lugar en donde se concentra, se convoca a un grupo de personas que va a escuchar a un artista específico.
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Alí Primera jamás en su vida hizo una presentación de él con un repertorio y unos músicos que lo acompañaran dando un concierto. «¿Él, donde la gente pagó entrada y escuchó un concierto de él? Jamás”.
Quien así se expresa es el Maestro Diego Silva Silva, músico, director de orquestas sinfónicas y también de grupos de música de la llamada popular, investigador, Premio Casa de Las Américas en Música y Premio Nacional de Cultura en Venezuela, autor del libro El Pentagrama y la Espada —donde aborda profusamente la Canción Patriótica Independentista— y rescatador de valiosas partituras y documentos de esa etapa de la historia venezolana.
“Un artista específico que da un concierto prepara un repertorio que él escoge y que él supone que es del agrado de la audiencia porque no va a ir a dar un concierto con cosas que no le guste a la gente, porque vive de eso. Para el concierto, por supuesto, se paga entrada, es lucrativo. El que no paga entrada en un concierto es porque algún sponsor, algún auspiciante está pagando al artista, como cuando se hace un concierto público.
Pero cuando usted va a un teatro, usted paga una entrada. Esa entrada cubre los gastos del teatro y los del artista que se está presentando. Eso es un concierto.
Un acto político, que fue en lo que siempre participó aquí Alí, es un evento social en donde se van a exponer principios sociales de lucha, y eso no es un concierto, precisamente”.
El famoso violín de “El Gallo Pinto”
Diego Silva Silva fue además de amigo y colaborador, violinista de Alí Primera en el tema “El Gallo Pinto” y arreglista del tema “El Sombrero Azul”, tema dedicado al pueblo salvadoreño. Le preguntamos al destacado músico cómo fue su participación al lado de Alí en calidad de violinista, y esta fue su reveladora respuesta:
“Una noche, a finales de los años 70, estaba yo visitando a mi madre, algo que no era muy seguido, y como a las 10:30 de la noche, cuando todos estaban durmiendo, sonó el teléfono. Atiendo y preguntan: ¿Está por ahí Diego Silva? Yo escucho la voz y pregunto: ¿Quién habla? Y la persona, con su voz tan característica, dice: “Diego, vente, estoy grabando y hay una canción que le hice a Don Pío (Alvarado) y necesito que me hagas un violín. Bueno, Alí Agüero escribió una parte que los señores aquí, suena como muy europeo y yo quiero que tú me hagas un violín de esos que tu tocas, saltarín, como larense”.
Le dije: «Cómo no Alí, encantado, mañana. Dime donde está el estudio, dime la hora, yo voy y…». «No, es ahorita”, Alí me pasó a Eduardo Ramírez del Grupo Ahora, que estaba allí con él y yo le digo: Eduardo ¿Eso no puede ser mañana? Y él: “Tú sabes cómo es Alí”, y me dice “Yo te voy a buscar”. Y efectivamente, vino y me fui al estudio con el violín.
Cuando llegamos aquello era una fiesta. Las grabaciones de Alí eran una fiesta. Ahí estaba Alí Agüero, y me da la parte de violín que él escribió y Alí me dice: “Yo quiero que eso suene como un violín de pueblo” y le dije “No te preocupes que yo traje un violín para eso, un violín que compré en la carretera entre El Tocuyo y Carora”. Entonces hago la parte del violín, que me da Alí Agüero, y Alí Primera: “Bueno, a tocar ya tú sabes cómo”. Entro al estudio y él pone la pista y me dice “arranca” y yo me digo “pero ¿qué hago?”.
Entonces Alí entra al estudio, eran como las 11 y media de la noche y me da un trago. Alí cuando grababa llevaba unos garrafones de ron con miel y jengibre. Me tomé ese guamazo y empiezo a improvisar y a hacer cosas ahí. Luego Alí entró, le gustó y me pidió más improvisaciones hacia el final “con el ritmo que llevas en toda la pieza, como tú quieras”, me dio otro guamazo y entonces me sentí como que estaba en Humocaro, en toda esa zona. Le hice varias pistas, por decirlo así. Él escogió y luego me envió una carta en la que hace el comentario del efecto que vio en las zonas campesinas a ese solo de violín que él me pidió.
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Diego Silva Silva también tuvo mucha vinculación con Alí Primera cuando este fue invitado de manera muy especial al evento “Abril en Managua”, al triunfo de la revolución sandinista. Entonces, Silva era asesor en el área de investigaciones culturales del ministro de Cultura de Nicaragua, Ernesto Cardenal —sacerdote y poeta revolucionario—, y ya Diego formaba parte del Ejército de ese país.
Alí en Nicaragua
“En esa oportunidad yo había pedido unos días libres al ministerio de Cultura, donde era asesor en el departamento de investigaciones. Yo quería disfrutar de ese festival y entonces me llaman por una solicitud de Ernesto Cardenal, ministro. Isabel Parra había llegado para el Festival, pero no había traído guitarrista. Bueno, nada”.
“Cuando Alí llega yo lo voy a saludar al hotel y en ese hotel estaba toda la gente del festival. Me vi con Alí, nos saludamos y entonces me dice ‘te quedas aquí conmigo’. Le habían dado una suite inmensa con mesas al lado de la piscina y tenía un sofá cama. Le dije que no porque yo tenía mi casa en Managua y no se veía bien que me quedara en ese hotel y comiera allí, y le dije que yo trabajaba para el ministerio de Cultura, y le dije que yo estaba acompañando a Isabel Parra y me iban a buscar cuando había actividades y después me llevan a mi casa. Y Alí dijo que no, que yo tenía que ponerlo al día y él tenía preguntas que hacerme. Nos sentamos y comenzó a preguntarme cosas de Nicaragua y de los muchachos, los cantores que hacían canciones de hondo contenido político y social. Seguía llegando gente para el festival, y Alí salió a saludar a unos cuantos y la gente del ministerio me llevó para mi casa, que quedaba bien lejos del hotel (en términos de Caracas la distancia era de Petare a Plaza Catia), Managua es una ciudad extendida”.
«Al siguiente día me van a buscar porque yo tenía ensayo con Isabel Parra. Cuando llego al hotel una gente del festival me dijo que a partir de ese momento yo iba a estar en la habitación de Alí Primera. “Es una decisión de la gerencia del Festival porque Alí es un invitado muy especial y él quiere que vos estés allí con él. Me llevaron de nuevo a mi casa a buscar mis cosas y luego, bueno, para la habitación de Alí”.
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Alí en Managua se dedicó a contactar organizaciones del sandinismo y gente de la canción no solo de Nicaragua, pues había cantores de El Salvador, Honduras, Guatemala, Chile. Hubo un encuentro de Ernesto Cardenal con varios de los invitados internacionales, Viglieti, Silvio, Isabel, era un encuentro para departir con ellos y con rueda de prensa. Creo que Mercedes Sosa estaba también convocada. Entonces yo llego y ya tenía rato sin ver a Alí y entonces Freddy Balzán, gran periodista venezolano, presidente allá del Tribunal Antiimperialista de Nuestra América se me acerca y me dice “¿Tú sabrás donde está Alí? Es que no aparece por ningún lado”. Yo le dije “Bueno, tú conoces a Alí”, pero ellos estaban preocupados.
Alí apareció hacia el final de la tarde. Venía con una camisa y un sombrero de las tropas especiales, y no traía el cuatro. ¿Qué pasó? Que Alí estuvo de puesto en puesto y de lugar en lugar cantándole a la gente, como la letra de uno de sus temas. Es que Alí canta lo que hacía. Alí había llevado otro cuatro. No sé si fue el año en que Alí le regaló un cuatro a Silvio.
Yo tenía una presentación en el mirador de Tiscapa que es un escenario que flota sobre una laguna y un volcán. Era la presentación con Isabel Parra. Luego de la presentación me fui por detrás del escenario y allí estaban Daniel Viglieti, Silvio Rodríguez, Luis Enrique Mejía Godoy y la gente del grupo cubano Manguaré. Le dije a Luis Enrique Mejía Godoy que estaba contento porque ya había cumplido con Isabel Parra pero la esposa de Luis Enrique me dice: “Mirá, Alí te está llamando”. Y Alí estaba hablando de mí y mis estudios en el conservatorio y todo eso, y los arreglos, y entonces entré al escenario, me aplaudieron y Alí, que uno no sabía nunca que era lo que iba a cantar comenzó con “José Leonardo”, y como estaban las congas del grupo Manguaré me fui a las congas y le acompañé el golpe de ese tema. Ya sabemos que Alí pone a la gente a contestarle los temas, y bueno luego hizo “El sombrero azul” que yo le había hecho el arreglo y ahí sí fui, agarré la guitarra y le acompañé”.
Culminó el festival y Diego Silva Silva había sido enviado a otras tareas por temas propios del momento político en Nicaragua. Aún así solicitó permiso para despedirse de Alí Primera.
“La última vez que yo vi a Alí fue en el aeropuerto, cuando estaba a punto de salir del país. Nos abrazamos y le dije: “Quiero hacer una pieza sinfónica con tus temas” y Alí me dijo “No me eches esa vaina”. Lo desobedecí. Yo hice “El péndulo eterno”, un homenaje a Alí. Y antes de eso había hecho el primer concierto que se hizo en Venezuela, el primero, con orquesta sinfónica, con un homenaje a Alí Primera, una de las pocas personas que yo he conocido que cantaba lo que hacía y decía lo que cantaba”.
Música y final
“Alí Primera poseía una musicalidad extraordinaria, por lo menos en cuanto a sus diseños melódicos que uno no se les olvida nunca. Se te pegan las melodías de Alí, se te pegan. Y si bien él no tenía una cualidad de ejecutante virtuoso en el cuatro con la mano izquierda, eran más o menos sus acordes. Pero la mano derecha de Alí Primera, eso es increíble lo que él hacía con el cuatro. Lo que no tenía de armonía, lo tenía de figuras rítmicas y de floreo. Y es maravilloso porque parecía una batería de percusión.
Alí fallece y yo estaba en Managua en una reunión con unos boricuas en la casa de una compañera muy conocida en Nicaragua. Y llega un cineasta y yo estoy bailando la canción de «El Padre Antonio y su monaguillo Andrés» con una puertorriqueña y me tocan el hombro y me dicen “Diego, compa, me dicen que falleció Alí Primera en un accidente en Venezuela”. Y yo lo veo y sigo bailando. “A cada rato dicen que lo mataron y a cada rato fallece” y seguí bailando. Entonces la dueña de la casa que estuvo hablando con este compañero cineasta, se me acercó y me dijo, “Diego, ¿vos querés contactar a alguien en Caracas?, yo te presto mi teléfono. Parece que es verdad. A mí me acaban de informar por otra vía que sí. Entonces, bueno, me fui al teléfono y se me ocurrió llamar a Moisés Lares, mi cuñado, a la casa de mi hermana, y me dijo que sí, que era una cosa que no se sabía muy bien. Bueno, yo me desplomé. Fue muy duro, porque allí es donde te das cuenta de la orfandad en que quedó la canción que Alí representó”.
Han transcurrido 40 años y Alí Primera continúa en el canto del venezolano, y en su gratitud plena de la resistencia que él ayudó a sembrar.
Autor: teleSUR - Lil Rodríguez