El Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.), encabezado por el presidente Donald Trump, congeló este jueves los fondos de ayuda federal destinados a las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que brindan ayuda a los migrantes.

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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS en inglés), citado por medios locales, expresa “preocupaciones” de que los fondos del Gobierno estén siendo usados para “actividades ilegales como promover o inducir la migración ilegal”.

Firmado por Kristi Noem, la encargada del presidente Donald Trump para liderar esta cartera, el documento sigue apostando por la xenofobia al alegar que cientos de millones de dólares se han destinado en fondos a ONGs que “facilitan la invasión de EE.UU.”.

En este sentido, reafirmó que “no vamos a gastar ni un centavo más para ayudar a la destrucción de este país”.

Se reitera además la equiparación para el Gobierno de Donald Trump de la migración como una «invasión» y a los migrantes como «invasores». Esto se suma a la deportación de muchos migrantes durante la primera semana de la toma de posesión.

De igual manera, Trump ha seguido reforzando la militarización en la frontera.

Por otra parte, en estados con Gobiernos republicanos como Texas, las autoridades locales han perseguido judicialmente a las ONGs que atienden a los migrantes en las ciudades fronterizas de EE.UU., como Caridades Católicas.

Entre tanto, la académica mexicana del Centro Universitario de Incidencia Social (Coincide) e integrante del Programa de Asuntos Migratorios (Prami) del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de Guadalajara, Karina Arias Muñoz, al analizar el fenómeno de la migración refiere que también se corre el riesgo de regresar a la retórica de “los trabajadores migrantes”, dejando fuera del foco de atención otras causas de la movilidad humana como la reunificación familiar, los desplazados por la violencia, por conflictos o por efectos del cambio climático.

“El tema de las deportaciones masivas es importante, sí, pero también es necesario prestar atención “a los rechazos en la frontera y al perfil de personas que van a ser deportadas, porque el cambio en este perfil va a implicar más retos y a plantear otras necesidades”, destacó.

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