El mercenario y exboina verde estadounidense, Jordan Goudreau, que enfrenta cargos federales por tráfico de armas, acusó públicamente a la CIA y al FBI de socavar un intento de invasión a Venezuela en 2020 que buscaba derrocar al presidente Nicolás Maduro. Las acusaciones surgen cuando el jefe de Estado venezolano comienza su tercer mandato constitucional tras juramentarse en la Asamblea Nacional el pasado viernes.

Jordan Goudreau, el veterano de las Fuerzas Especiales protagonista de la operación fallida, hizo estas afirmaciones en una publicación en las redes sociales coincidiendo con nuevas presentaciones judiciales que apuntalan el respaldo de alto nivel de la administración Trump a la operación clandestina.

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La incursión que se preparó en Colombia con pleno conocimiento del Gobierno del expresidente Iván Duque, incluyó a mercenarios estadounidenses, paramilitares colombianos y militares desertores venezolanos que intentaron ingresar al país por vía marítima para atentar contra integrantes del Gobierno Bolivariano y generar una situación de violencia en el país.

«Quiero felicitar a la CIA y al FBI por un trabajo bien hecho. Debido a vuestros esfuerzos en Venezuela en 2020 para sabotear la operación dirigida por mi poder ejecutivo, Nicolás Maduro está siendo juramentado hoy», declaró Goudreau en un breve vídeo de Instagram, mostrando un gesto de pulgar hacia arriba. Ambas agencias federales declinaron hacer comentarios sobre estas acusaciones, reseñó la agencia AP.

Documentos judiciales presentados ante un tribunal federal de Tampa revelan que el equipo legal de Goudreau afirma que su cliente tenía «autoridad de los más altos niveles del Poder Ejecutivo» para la incursión anfibia. La operación se saldó finalmente con múltiples bajas de mercenarios y el encarcelamiento de dos veteranos de las Fuerzas Especiales estadounidenses, gracias al sistema de alerta temprana del Poder Popular y a la Operación Negro Primero integrada por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), la Policía Nacional Bolivariana (PNB), milicianos bolivarianos y las bases del pueblo organizado.

Según el expediente, Goudreau habría sido reclutado por Keith Schiller, exguardaespaldas del entonces presidente Donald Trump. La abogada Marissel Descalzo, con sede en Miami, declaró que Goudreau fue informado de que «la operación fue sancionada y aprobada por el Poder Ejecutivo, particularmente por el vicepresidente Mike Pence.»

La Operación Gedeón

La Operación Gedeón fue una victoria del gobierno de Nicolás Maduro, quien por mucho tiempo ha acusado a Estados Unidos de acciones encubiertas contra el Gobierno revolucionario.

Antes de la incursión, una investigación de Associated Press reveló los intentos de Goudreau para asegurar la financiación de diversas fuentes, incluyendo la administración Trump, extremistas de la oposición venezolana, así como estadounidenses adinerados interesados en la industria petrolera de Venezuela.

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Aunque los funcionarios estadounidenses han negado sistemáticamente su implicación en la operación, la empresa de Goudreau con sede en Florida, Silvercorp USA, firmó un acuerdo con el opositor Juan Guaidó para explorar opciones para capturar a Maduro, que llevaba para entonces una recompensa millonaria de dólares estadounidenses, promovida directamente por la Casa Blanca.

Biden eleva la recompensa a 25 millones de dólares

El gobierno de Biden aumentó la recompensa por el presidente Nicolás Maduro a 25 millones de dólares, mientras que Goudreau afirma haberse reunido con dos funcionarios estadounidenses en Washington, entre ellos uno que trabajó brevemente en la oficina de Pence. El ex vicepresidente Pence ha negado enérgicamente cualquier conocimiento de la trama, desestimando las afirmaciones de Goudreau como una completa invención.

El juicio de Goudreau está previsto para abril, y los fiscales planean presentar pruebas de ADN que demuestren que manipuló aproximadamente 60 armas presuntamente contrabandeadas de Florida a Colombia como parte del complot contra el gobierno venezolano. Las pruebas adicionales incluyen: un yate de 90.000 dólares utilizado para transportar municiones, placas antibalas y cargadores para fusiles AR-15, que más tarde se hundió en el mar Caribe.

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