ELAM, un sueño cumplido
Fundada por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, La ELAM –ubicada en el oeste de la capital– fue inaugurada el 15 de noviembre de 1999.
27 de noviembre de 2024 Hora: 16:52
Al comienzo del 2024, la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) se convirtió en la primera institución médica de Cuba en recibir certificación internacional.
Hasta ahora, la ELAM ha graduado a 31.000 médicos de 122 países. En 19 graduaciones a lo largo de 25 años, ha calificado como profesionales de ciencias médicas a jóvenes desfavorecidos económicamente, provenientes de Latinoamérica y el Caribe, África, Asia-Pacífico, Medio Oriente, incluyendo 250 jóvenes de Estados Unidos.
Cuando el líder cubano concibió esta idea, pensando en quienes no tienen acceso a la educación y la salud, expresó: “Permítanme soñar”. Así se materializó desde la colaboración médica cubana con el mundo, una Universidad que cumple un cuarto de siglo de fructífero aporte humano.
Como propio el dolor de los demás pueblos del mundo
Durante la visita de Fidel Castro a la ciudad estadounidense de Nueva York en el año 2000, ofreció 500 becas para esta institución. La mitad de los estudiantes norteamericanos seleccionados, eligieron la especialidad médica y se graduaron en la Escuela Latinoamericana de Medicina.
La selección de los jóvenes estadounidenses se hizo por parte de sus representantes de sus comunidades, quienes ayudaron a estudiar medicina a jóvenes humildes de sus distritos, con el compromiso de regresar a sus lugares de origen cuando se graduaran como médicos. Ya en Cuba, aprendieron el idioma español, se relacionaron con jóvenes de todo el hemisferio y trasmitieron sus conocimientos sobre Estados Unidos y la cultura norteamericana.
En el discurso del entonces Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, en el acto de solidaridad efectuado en la Iglesia Riverside de Harlem, Nueva York, el 8 de septiembre del 2000, dijo: “Esto es un programa, se llama Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas, pero no cuenta sólo con aquella edificación de ciencias básicas y premédica; el programa incluye todas las facultades de medicina de todo el país”.
Y agregó: “(…) en Santiago de Cuba tenemos más de 200 alumnos haitianos, excelentes estudiantes, que allí hicieron su curso de nivelación e iniciaron sus estudios de medicina. Cada año recibiremos alrededor de 80. Tampoco incluyo los jóvenes estudiantes caribeños de medicina en la facultad de Cienfuegos. En total debe haber en este momento —voy a ser conservador— algo más de 4.000 estudiantes de América Latina y el Caribe estudiando medicina. En breve tiempo habrá 10.000. Eso puede hacerlo nuestro país a pesar del bloqueo, de forma absolutamente gratuita y con adecuadas condiciones de alimentación y de vida, con sus equipos de laboratorio, textos, ropa, por supuesto, y otros gastos, incluido el transporte de la propia escuela”, expresó Fidel en Harlem.
La matrícula se extendió a estudiantes de toda América Latina como una forma de unión, de hermandad, de intercambios culturales, precisó el líder cubano: “La especie humana alcanzará su grado más alto de conciencia, cuando cada pueblo sea capaz de sufrir como propio el dolor de los demás pueblos del mundo”.
Para describir las características de la ELAM, narró: “Esa escuela tiene sus grupos culturales por países. Saldrán con conocimientos amplios sobre el resto de las naciones, y se trata, principalmente, de crear una nueva concepción, una nueva doctrina de cuál debe ser el papel del médico en la sociedad, porque en las capitales y en las ciudades grandes de América Latina existen médicos de sobra, pero no han sido educados todos en la idea de cuál debe ser el deber de un médico. El número de estudiantes no importa tanto como las ideas que presiden este programa”.
“Pues bien, no se imaginan ustedes con qué ansiedad estudian esos jóvenes, qué aplicación, más incluso que nuestros propios alumnos, que están acostumbrados a recibir todas esas oportunidades de la misma forma que ven aparecer el Sol cada día. Aquellos jóvenes proceden de lugares muy pobres y estudiar medicina era un sueño para ellos. Los resultados son excelentes, ¡qué magníficos médicos se van a formar en esas escuelas! Realmente nos sentimos compensados por el esfuerzo que ellos realizan”.
La mayoría de los graduados, especialmente los norteamericanos, han pasado trámites académicos muy rigurosos para recibir la validación que los acredite a ejercer en sus países, por lo que es de gran importancia la Certificación del Consejo de Evaluación y Acreditación Internacional de la Unión de Universidades de Latinoamérica y el Caribe.
I Congreso Internacional de egresados ELAM
Casi al terminar este aciago 2024, Cuba recibió a delegados de varias naciones para participar en el I Congreso Internacional de egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), del 11 al 15 de noviembre.
Durante el evento científico celebrado en el Palacio de Convenciones, sesionó también la II asamblea internacional de afiliados de la Sociedad Médica Internacional de Egresados de la ELAM, ámbito para cursos pre congreso sobre temas actuales y de interés para la Educación Superior y las Ciencias Médicas, a través de videoconferencias para los interesados de todo el mundo. Especialistas cubanos e internacionales ofrecieron clases magistrales, tanto como la presentación de investigaciones científicas e innovaciones tecnológicas.
Durante el I Congreso de Egresados de la ELAM y la II Asamblea de la Sociedad Médica Internacional, con la participación de estudiantes y egresados de todas las regiones del mundo, presidido por el titular de Salud Pública, doctor José Ángel Portal Miranda, se guardó un minuto de silencio en honor al recién fallecido doctor en Ciencias Jorge González Pérez, “Popi”, prominente experto forense, miembro fundador de la Sociedad Cubana de Medicina Legal.
El Doctor González Pérez fue artífice de la búsqueda y hallazgo de los restos del Comandante Ernesto “Che” Guevara y de la Operación Tributo, presidente de la sociedad cubana de esta especialidad desde 1990 hasta 2017, eminente profesor y un profesional solidario. Por su abnegada labor y entrega incondicional al Proyecto ELAM, durante más de dos décadas en la formación de profesionales de la salud para el mundo, en el 2022 se le otorgó el Reconocimiento Especial en ocasión del XXIII Aniversario de la Escuela Latinoamericana de Medicina.
Fundada por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, La ELAM –ubicada en el oeste de la capital– fue inaugurada el 15 de noviembre de 1999, fue merecedora de la Certificación del Consejo de Evaluación y Acreditación Internacional de la Unión de Universidades de Latinoamérica y el Caribe – distinción, válida por seis años – atendiendo a que el prestigioso centro cumple con rigurosos parámetros de calidad, con impacto en las dimensiones de Gobierno, gestión universitaria e infraestructura, formación, investigación, creación artística e innovación y vinculación e internacionalización, según explicó el Ministerio de Salud Pública de Cuba.
El I Congreso Internacional de egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), rindió tributo a la memoria del fundador de esa academia médica, Fidel Castro (1926-2016), quien impulsó como principio la colaboración sanitaria y la solidaridad cubana.
Agradecimiento
Como en Argentina, a través del mundo los egresados de la ELAM manifiestan su agradecimiento por el aporte cubano. Sucedió en el 2023, durante la jornada previa al XVII Congreso Latinoamericano de Medicina Social y Salud Colectiva, exalumnos de esa institución dialogaron en Buenos Aires con su rectora, Doctora Yoandra Muro Valle, quien expuso en el evento su experiencia en el sector.
Enfatizaron su formación humanista en la praxis con el sentido del trabajo, desde el primer momento en contacto con los pacientes y las comunidades. Al respecto, la Doctora Lucía Coronel, miembro de la primera promoción de la ELAM, expresó que el líder de la Revolución debería tener un Premio Nobel de Salud Pública, por el impacto de sus ideas. “Soñó la ELAM para educar a jóvenes latinoamericanos que no tenían cómo hacerlo y vivían en lugares donde no llegaban los médicos” (…) “Allí nos enseñaron que la humanidad y el amor por el otro es lo que da sentido a nuestra profesión. Estamos para Cuba así como ese país estuvo para nosotros. Seguimos dispuestos a aportar nuestro granito para construir un mundo mejor”.
El ejemplo de la mayor de las Antillas y la posibilidad de conocerla marcó la vida de muchos. Cuba no da lo que le sobra, sino que comparte lo que tiene. Siempre estaremos en deuda con esa nación. Esa experiencia y forma de ver la salud no la encontramos en ningún libro, aseguró el chileno Andrés Varela. Por su parte, la argentina Emilce Piazza resaltó que los graduados de la ELAM son médicos de ciencia y conciencia.
Una muestra de la importancia de graduar médicos de convicción humanista, que regresan a sus comunidades, fue expuesta en el doloroso mensaje del Doctor palestino Fayez Abed, graduado en 2019 de la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba, quien realizó un comunicado desde el Hospital Clínico Quirúrgico Al-Awda en la Franja de Gaza antes del colapso del sistema de salud, el 24 de octubre de 2023. Una realidad que cada vez se agrava en la continua agresión israelí contra Gaza, conflictoextendido hacia las fronteras de parte del Medio Oriente.
En la memoria de los primeros estudiantes de medicina, está aquel febrero de 1999, cuando un taller introductorio de siete meses les abrió las puertas, para el posterior inicio del primer curso de Medicina, con una matrícula de mil 929 estudiantes, de 19 países incluidos, de los cuales -desde entonces- unos 180 eran estudiantes de Estados Unidos.
El prestigio de los médicos cubanos significó un reto para todos los interesados en cursar estudios de medicina, recuerda la periodista Susana Tesoro, quien fue testigo del momento. “La noticia de la existencia de la ELAM se regó por el mundo y cada vez más jóvenes solicitaban – y aún solicitan – aplicar para una beca en Cuba”.
La ELAM trabaja para mantener y mejorar la calidad educativa en la formación de médicos para el mundo. Interesados en constatarlo, ha recibido visitas de numerosas personalidades, incluyendo 60 jefes de estado, 300 ministros de salud y tres Premios Nobel. Estas observaciones son un testimonio del valor formativo y sociocultural que ofrece dicha universidad.
También resulta conmovedor visitar cualquiera de los países donde trabajan los médicos graduados de la ELAM, verlos entregados al misión de la medicina, observar que se mantienen unidos, apoyan a los médicos cubanos, y guardan un inmenso cariño por el pueblo cubano.
Durante seis años -en principio- los médicos se forman con alto nivel científico y humanista, dedicados a la atención primaria de salud, con la ética y la empatía como premisa. El proyecto de la ELAM es parte del Programa Integral de Salud, de base solidaria, a través de la cual Cuba amplía la colaboración médica a varios países.
El Dr. Patrick Delly, Presidente de la Sociedad Médica Internacional de Egresados de la ELAM y Director de Higiene y Epidemiología de Haití, expresó en el acto de conmemoración del vigésimo aniversario, el gran honor que significa representar a los graduados de la ELAM, frutos de aquella semilla de médicos que no podrá ser destruida por ninguna de las adversidades. «Cuba tiene una significación trascendental para la salud. La medicina cubana tiene el enfoque correcto, para lograr la salud para todos», afirmó.
Más de mil 300 médicos, técnicos y otros especialistas de la salud haitianos han sido capacitados en Cuba. Como parte de la cooperación Sur-Sur, cada año llegan estudiantes haitianos de pregrado y médicos que se especializarán en la mayor de las Antillas, junto a otros que optan por carreras técnicas.
En 1998 fue enviada una brigada médica cubana a esa lastimada isla caribeña, de más de 11 millones de habitantes, con lo necesario para socorrer a la población afectada por los huracanes Georges y Mitch, que casi borran a Centroamérica y el Caribe con su fuerza destructiva. La colaboración médica cubana en Haití, lleva más de una década sostenida, que alcanzó cotas más altas en el brote de cólera y los sismos de 2010 y 2021.
Vale mencionar al contingente médico cubano Henry Reeve, Premio a la Paz de los Pueblos, creado para situaciones de desastres. Hasta el 2021, más de 10.000 cooperantes cubanos integraron el contingente y 4.156 de los galenos cumplieron misiones en siete países; Guatemala, Pakistán, Bolivia, Indonesia, México, Perú y China, con importantes resultados en la calidad de vida de sus habitantes. En ello se incluye la presencia al inicio de la Pandemia en el 2020 -por primera vez en una región europea- en Lombardía y a la ciudad de Turín, Italia.
La creación del contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastres y graves epidemias «Henry Reeve», surge el 25 de agosto de 2005, por iniciativa de Fidel Castro Ruz, como también lo fue la ELAM.
El Gobierno cubano envió a Honduras y a Guatemala, a cerca de 130 médicos y enfermeras solidarios. Consecutivamente, una brigada médica completa para Haití. Más de 11.000 vidas habían sido segadas por la catástrofe en esos territorios, pero lo peor había quedado para los sobrevivientes.
Hasta el 2021, del total de profesionales extranjeros en Cuba, 6.848 se graduaron como especialistas en Medicina General Integral (MGI), y 2.135 terminaron otras especialidades médicas. Se encaminaba así el Programa Integral de Salud (PIS). Inicialmente, por el impacto de los huracanes en Centroamérica y el Caribe, posteriormente extendido como ayuda médica hacia pueblos de África y el Pacífico.
La ELAM, completaba el sueño. En más de 20 años, suman unos 30 millones de casos asistidos por esta alianza médica, que comenzó tras el huracán George. En tres ocasiones fue necesario fortalecer la atención con la brigada Henry Reeve, como en el reto impuesto por la pandemia de la Covid-19.
El contingente internacional de médicos «Henry Reeve», se organiza -como consecuencia del huracán Katrina, que afectó a los territorios de Luisiana, Misisipi y Alabama en Estados Unidos- con especialistas de alto nivel científico y con dominio del idioma inglés. Aunque no fue aceptada la colaboración cubana por el Gobierno de Estados Unidos, los médicos han servido en diferentes latitudes del mundo.
Es un nuevo enfoque de la Medicina de Desastres, puesto en práctica apenas al año del triunfo de la Revolución, ante el sismo y maremoto de Chile. El periódico La Cruz del Sur informaba el 28 de mayo de 1960, la existencia preliminar de 962 muertos, 1.410 desaparecidos y 160 heridos. Dos días después del terremoto, el volcán Puyehue, a 200 kilómetros del epicentro, hizo erupción. Aunque carentes de médicos que emigraban a los Estados Unidos, Cuba creó una Brigada Emergente para atender a los damnificados de Valdivia, conocido también como el gran terremoto de Chile.
En lo que se organizaba el sistema sanitario cubano, en ciernes, otra vez la colaboración médica internacional cubana se produjo con grupos permanentes, el 23 de mayo de 1963. Fue con el envío de la primera brigada a Argelia, compuesta por 55 colaboradores que brindaron sus servicios por un año. En 2003, Cuba tiende otra vez su mano solidaria al pueblo de Argelia, con el envío de una brigada médica, integrada por especialistas en desastres y una donación de medicamentos, luego del intenso terremoto que afectó a esa nación africana.
La doctora de emergencias en el Centro Médico del Hospital de la Universidad de Brookdale, en Brownsville, Arabia Mollette, graduada en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de Cuba, enfrentó la pandemia en uno de los barrios más pobres de Nueva York.
«Cuba cree que es el guardián de su hermano y hermana. Entonces, cuando una nación hermana esté afectada por un desastre o busque el acceso a la atención médica o educación para su gente, Cuba ayudará. Es uno de los principios básicos de la nación». En la Revolución Cubana, como un derecho humano, todo el mundo tiene acceso a la salud y a la educación, enfatizó la doctora Mollette.
“Así es como Cuba envió brigadas médicas no solo al norte de Italia, sino también a Surinam, Nicaragua, Venezuela, Jamaica, Granada y China para combatir la Covid-19. Algo que entienden los médicos que integran estas misiones -aclara- es que a menudo van a algunas de las regiones más remotas de estos países y ponen la atención médica a disposición de personas que normalmente no tendrían acceso a ella”.
«Desafortunadamente, en Estados Unidos tenemos una historia que se ha dedicado a demonizar a Cuba». «Sabemos que son mentiras y, por supuesto, si no fuera así desde esas mismas naciones, no estarían pidiendo que ellos -los médicos cubanos- regresen». Es su modo de explicar el rechazo a las políticas de Washington hacia la Mayor de las Antillas. La doctora Mellissa Barber es la coordinadora de ese programa de becas a través de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO)/Pastores por la Paz.
La doctora Arabia Mollette también es fruto de la coordinación de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO)/Pastores por la Paz, con Cuba, donde recibieron gratuitamente sus estudios. Estamos agradecidos y orgullosos de la doctora Arabia Mollette, graduada en 2012 de la Escuela Latinoamericana de Medicina, donde todos los estudiantes son entrenados en medicina de desastres, destacó el mensaje en la página del Centro Médico del Hospital de la Universidad de Brookdale, en Facebook.
El médico de la familia
Iván Ali Zevallos Delgado de la Flor, es médico cirujano. A sus 32 años de edad, es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, graduado de la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, Cuba. Mientras atiende diariamente a más de 50 pacientes, en el policlínico “Espíritu Santo” del distrito de Alto Selva Alegre, de Arequipa en Perú, donde trabaja hace seis años, ofrece su sonrisa espléndida, palabras de aliento y una explicación sobre las causas de los padecimientos.
“Resulta en extremo difícil, poder enviarles un mensaje de aliento, en medio de esta realidad, pero sí considero necesario incidir en que la única manera que tenemos de evitar más contagios es extremando las medidas preventivas que ya conocemos y respetando las normativas sanitarias”. Frente a la Covid-19 -dijo- “estamos dejando todo nuestro esfuerzo por cuidar su salud y que lo seguiremos haciendo a pesar de los escasos recursos, a pesar de las medidas gubernamentales insuficientes, nosotros seguiremos al frente, cumpliremos nuestro rol histórico y no nos rendiremos”.
Parte de sus iniciativas, fue realizar un programa en vivo por Facebook, denominado “Médico de Familia”. “Todos los miércoles a las 9 de la noche (21H00 hora local) y tenemos espectadores de todo el país e incluso del extranjero, y en casi dos meses hemos tenido un alcance de cerca de 19.000 personas, lo cual deja en evidencia que nuestra población está ávida de información”.
En cuerpo y alma
Los doctores César Barbosa y Carlos Rafael Domínguez, se entregan en cuerpo y alma, como aprendieron en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), en Cuba. El doctor Carlos Rafael Domínguez, quien pertenece a la primera generación de graduados del 2005, actualmente trabaja en la atención de traslado de pacientes de riesgos.
“Todos los graduados de la ELAM contamos con un gran compromiso humano y moral, que adquirimos con la medicina cubana, que es una marca distintiva de nosotros”. Por su parte, Barbosa es médico intensivista en el Hospital Cruce, de Florencio Varela, en la localidad de la provincia de Buenos Aires.
“Me recibí en Cuba en la quinta promoción – 2009- y desde terapia intensiva trabajo haciendo todo lo que pueda. Soy médico de guardia, hago 24 horas y a veces un poquito más”, dice mientras agradece a Cuba por haberle permitido estudiar y expresa su orgullo cuando escucha que los médicos de la isla caribeña, van de misión por el mundo. “Son médicos que dejan familia en Cuba para irse de misión. No hay más agradecimientos”.
Jericó, mencionada en los textos bíblicos, es quizá la ciudad habitada más antigua del mundo y de la cual en medio de la pandemia, apenas se escuchaba hablar. Desde allí una imagen llegaron noticias de la doctora Anwar Ermilieh.
Pequeñita de tamaño y de inmenso corazón, ataviada con todo lo necesario para preservar su vida, ingresaba a diario en la sala donde luchaban contra la Covid-19, los habitantes de la localidad. Ubicada aproximadamente a 27 kilómetros de Jerusalén, Jericó conocida como la ciudad de las palmeras, del valle y río del Jordán en Cisjordania, es parte del territorio palestino ocupado por Israel; habitado hasta el 2021, por más de 31.000 personas.
La joven doctora de 28 años de edad, regresó a Palestina en 2017, para emplearse en lo que soñó, salvar vidas. Una labor doblemente valorada en el sufrido pueblo palestino, cuyo territorio fue ocupado ilegalmente desde el año 1948, por el Estado sionista de Israel.
La doctora palestina ingresó en la Escuela Latinoamericana de Medicina en el año 2009 y fue graduada de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas en el año 2016. Al año siguiente, después de hacer su examen estatal nacional de doctores, comenzó a laborar en Palestina. Hasta el momento, cientos de jóvenes palestinos han cursado estudios superiores en Cuba.
«La revolución palestina y la cubana, tenemos un objetivo común: Cambiar el mundo a mejor. Gracias a Cuba por hacerme doctora; siempre seguimos la lucha, las ideas revolucionarias se transmiten de una generación a otra, afirma Anwar Ermilieh.
Altruismo
Una muestra de su obra es que suman 1.988.000.000 personas en el mundo, casi un tercio de la población del planeta, asistidos por médicos de las brigadas de colaboración de Cuba en el exterior.
A solicitud de los gobiernos, el Contingente Henry Reeve para situaciones de desastres llegó a lugares insospechados. Fueron conformadas 56 brigadas para combatir el SARS-CoV-2, con alrededor de 2.500 colaboradores.
Durante seis décadas, los médicos cubanos cuentan más de 14.500.000 operaciones quirúrgicas, 4.470.000 partos y salvaron 8.700.000 vidas. Ha sido arduo. Frente a este ejemplo histórico, les corresponde a los nuevos médicos de la ELAM, formados a través de los últimos 25 años, probar su pericia y sobre todo su altruismo.
Autor: Rosa María Fernández