Las pandillas en Haití destruyeron en 2024 un total de 284 escuelas y 47 en lo que va de 2025, lo que acerca cada vez más a la nación caribeña a un colapso del sistema educacional.

El portavoz del Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Haití, Geetanjali Narayan, advirtió sobre la creciente amenaza a la educación con la escalada de violencia en todo Haití: «La educación, la última esperanza para muchos niños y una de las principales prioridades para los padres, nunca ha estado en mayor riesgo», advirtió el funcionario, al informar que hace solo dos días se registró un ataque contra una institución académica.

El portavoz de del organismo en Haití lamentó la situación al denunciar que «los grupos armados consideran el hurto de los colegios como una opción rentable frente a otras modalidades de extorsión y criminalidad«. Asimismo precisó que el 70% de la población infantil fue reclutada por estos grupos armados, por lo que en la actualidad, hasta la mitad de los miembros de los grupos armados son menores de edad, algunos de tan solo ocho años de edad. «Sin acceso a la educación, los niños son más vulnerables a la explotación y el reclutamiento por parte de los grupos armados», expresó Narayan.

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Según datos de la Unicef, se estima que uno de cada siete niños en Haití no tiene acceso a la educación en Haití y que casi un millón más corre el riesgo de dejar la educación, lo que nunca ha representado una amenaza tan grande para esta isla caribeña.

En la misma línea, Geetanjali Narayan, denunció que unas 284 escuelas fueron completamente destruidas en la capital Puerto Príncipe a lo largo del 2024, y 47 solo en el mes de enero de 2025, como consecuencia de los incesantes ataques de las pandillas armadas: «Sólo el pasado mes de enero se destruyeron 47 escuelas en la capital, Puerto Príncipe; y 284 a lo largo del 2024», aseguró Narayan.

Ante la situación, el portavoz de la Unicef en Haití, recordó que pesar de los retos sistémicos, la alfabetización es un logro muy valorado en Haití y las familias se enorgullecen de invertir en la educación de sus hijos, por lo que desde el organismo se ofrecen intervenciones educativas formales y no formales para garantizar un aprendizaje de calidad a los niños afectados por la crisis, lo que incluye la rehabilitación de las escuelas dañadas durante los ataques, la creación de espacios de aprendizaje temporales y la reintegración de los niños desplazados en las escuelas.

Sin embargo, Narayan advirtió que este apoyo es mínimo en comparación con la magnitud de las necesidades del país, por lo que Unicef solicita a la Comunidad Internacional, ayudar con 38 millones de dólares para garantizar que 600 mil niños continúen su educación, a pesar de la crisis.

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