Moviendo a su antojo a quien señalar, la diplomacia estadounidense bautiza como “terrorista” a quienes no estén en la misma sintonía de sus intereses y libra de sus cargos a quienes logra manipular. 

Barbara Leaf, la jefa de la diplomacia estadounidense para Oriente Medio, anunció este viernes la revocación de la recompensa de 10 millones de dólares previamente ofrecida por la captura de Ahmed al Sharaa, líder del grupo armado Hayat Tahrir al Sham (HTS). 

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La decisión se produjo tras una reunión entre Sharaa y enviados estadounidenses, incluyendo a Leaf, en Damasco, marcando el primer encuentro tras la caída del Gobierno de Bashar al Assad a manos del grupo HTS.

Leaf indicó que la renuncia de la recompensa se basó en el compromiso de Sharaa de “rechazar el terrorismo”, a pesar de que el HTS sigue siendo clasificado como una organización terrorista por EE. UU., dejando entrever cómo los norteamericanos manipulan a su antojo a quien catalogar como un peligro para la humanidad.

En su conversación, Leaf destacó la importancia de asegurar que grupos terroristas no representen una amenaza dentro de Siria ni hacia el exterior.

A pesar de los avances en las negociaciones, Leaf expresó escepticismo sobre el cumplimiento de Sharaa respecto a sus promesas de protección para minorías y mujeres. 

«Se mostró pragmático. Ha sido una buena primera reunión. Juzgaremos por los hechos, no solo por las palabras», afirmó Leaf en nombre de Estados Unidos. 

Mientras tanto, la embajada estadounidense en Damasco anunció la cancelación de una conferencia de prensa de la delegación de Estados Unidos por razones de seguridad.

Durante años, el Departamento de Estado ofreció una recompensa de hasta 10 millones de dólares a quien proporcionara información que condujera al arresto de su líder, Ahmed Al-Sharaa (Al-Golani), acusado de llevar a cabo múltiples ataques terroristas en toda Siria.

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