Fallece a los cien años Jimmy Carter, expresidente de EE.UU.
Carter fue considerado el expresidente estadounidense más longevo, pues vivió más tiempo que cualquier otro Presidente tras cerrar su mandato. Foto: EFE
29 de diciembre de 2024 Hora: 19:36
El expresidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter (1977-1981), falleció este domingo a la edad de cien años en la localidad de Plains, al sur de Georgia (sureste).
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Al fallecer, se encontraba en su hogar en cuidados paliativos. De acuerdo con medios internacionales, había recibido tratamiento por una forma agresiva de cáncer de piel tipo melanoma, con tumores que se habían extendido al hígado y al cerebro.
Miembro del Partido Demócrata, se convirtió en el 39 presidente de EE.UU. Previamente fue gobernador de Georgia (1971-1975) y senador en dicho estado.
Llegó a la Casa Blanca tras derrotar en 1976 al republicano Gerald Ford, presidente durante 1974-1977. En 1980 intentó la reelección, pero fue derrotado por el republicano Ronald Reagan (1981-1989).
Carter fue considerado el expresidente estadounidense más longevo, pues vivió más tiempo que cualquier otro Presidente tras cerrar su mandato.
Durante su gestión se firmaron los acuerdos de Camp David (1978) entre la entidad sionista y Egipto, los cuales debían generar estabilidad en Oriente Medio.
También firmó con el exlíder del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Leonid Brezhnev, el acuerdo SALT II para limitar la producción de misiles balísticos intercontinentales capaces de transportar armas nucleares. Su Administración abrió relaciones diplomáticas con China.
En 1977 suscribió junto al general panameño Omar Torrijos los Tratados Torrijos-Carter, que entregaron a Panamá los derechos de administración del Canal Interoceánico, reclamo de las luchas del pueblo de ese país centroamericano.
Este acuerdo también permitió el cierre de unas 15 bases militares estadounidenses en ese territorio y la salida de allí de la Escuela de las Américas, que tuvo un papel clave en el entrenamiento de oficiales de las FF.AA. de países latinoamericanos en «tácticas de contrainsurgencia», que promovían el uso de la tortura y los asesinatos contra líderes de izquierda o comunidades que apoyaban a las guerrillas.
Se opuso a la entrada de las FF.AA. de la Unión Soviética a Afganistán, a solicitud de este último país, para hacer frente a los muyahidines que intentaron cambiar por vía violenta el Gobierno afgano, que no era servil a EE.UU.
Durante años Washington adoptó sobre el tema un doble rasero: por un lado ponía todo su aparato político-publicitario en satanizar a la URSS mientras omitía su papel en crear y armar a esa oposición armada, de la cual emanó Osama Bin Laden, a quien la Casa Blanca utilizó mientras resultó conveniente y décadas después convirtió en su enemigo número uno.
Durante su gestión inició un acercamiento político-diplomático con la Revolución Cubana, aunque fueron frecuentes las agresiones contra la nación caribeña, a través de medidas políticas o maniobras militares, estas últimas con uso de miles de efectivos y numerosos medios aéreos y navales, así como el empleo del territorio de la ilegal base naval estadounidense en suelo ocupado en la bahía de Guantánamo, al oriente de Cuba.
Después abogó por una convivencia pacífica con Cuba y reclamó el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por la Casa Blanca a la Isla.
Demostró compromiso con la paz y con el diálogo en momentos sensibles para Venezuela, cuando su labor al frente del Centro Carter ayudó a frustrar intentos de desestabilización. Sostuvo lazos de amistad con los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Expertos consideran que su reelección fue obstaculizada por la situación económica, marcada por la inflación, las altas tasas de interés, los crecientes precios de la gasolina y el episodio conocido como crisis de los rehenes en Irán.
Recibió el Premio Nobel de la Paz en 2002. Según la Fundación Nobel, se le otorgó por trabajar para encontrar soluciones pacíficas a distintos conflictos internacionales. También es considerado pionero de la lucha contra el cambio climático y promulgó la Ley de protección de 103 millones de acres (más de 41 millones de hectáreas) en Alaska.
Creó la Fundación Carter, que participó activamente en procesos electorales y catalogó al proceso venezolano como el más avanzado del mundo.
Cuestionamientos a EE.UU.
Publicó varios libros. A inicios de 2014, al referirse a uno de ellos (A call to action), expresó que la política de EE.UU. ha provocado sufrimiento a nivel internacional y eso ha provocado que el mundo perciba a su país como el máximo belicista.
«El resto del mundo, casi por unanimidad, ve a EE.UU. como el belicista número uno. Volvemos a los conflictos armados casi en un abrir y cerrar de ojos, y muy a menudo son deseados no solo por los líderes de nuestro país, sino que también son apoyados por el pueblo estadounidense«, señaló.
Añadió que la Casa Blanca nunca reconoce esos errores y que se trata de imponer la «democracia» estadounidense a otros pueblos.
En ese mismo volumen reconocía que en ese momento EE.UU. tenía 7.5 veces más personas en prisión que en 1981, al final de su mandato, y que se trata del único país de la OTAN que aplica la pena de muerte.
Cuestionó la autoridad moral de Washington para enjuiciar la protección de los DD.HH. por otras naciones, toda vez que luego del ataque a las Torres Gemelas (11 de septiembre de 2001) se conoció que la Casa Blanca violó numerosas obligaciones en ese ámbito al crear campos de tortura (como Abu Ghraib, en Irak, o Camp Delta, en la ilegal base naval yanqui en Guantánamo, Cuba), secuestrar y recluir a personas sin juicio ni presentación de cargos por tiempo indefinido, así como ordenar asesinatos de personas supuestamente afiliadas con organizaciones terroristas.
Al respecto, dijo que esos hechos violaban la libertad de expresión y la presunción de inocencia, cuestiones reconocidas por la Constitución de los EE.UU.
Autor: teleSUR - JDO
Fuente: Sputnik - Rusia Today - Reuters - EFE - Cubadebate