Francisco, el primer papa latinoamericano

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13 de marzo de 2023 Hora: 20:55

Han pasado diez años desde la tarde del 13 de marzo en que comenzó el pontificado del papa Francisco. 

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El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, recibió -en la quinta votación del cónclave- la mayoría de dos tercios de los 115 cardenales electores y frente a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro pidió rezar por una gran fraternidad en el mundo.

Francisco es el primer pontífice emérito que es electo tras la renuncia de un papa en funciones, Benedicto XVI. Desde su primer discurso, la idea de una «Iglesia pobre para los pobres» ha centrado sus esfuerzos en reformar la Santa Sede. Su gran objetivo le ha creado más de un enemigo, es hacerla más transparente, comprensiva y abierta. 

Estimular el valor de la fraternidad, el diálogo entre las diversas religiones y lo que aún es un gran reto, eliminar el abuso contra la mujer. Es manifiesta la preocupación del pontífice por los “crímenes horribles, los feminicidios”, la plena incorporación de la mujer a todos los ámbitos, que describe como “mayor equidad y participación de las mujeres en la iglesia y en la sociedad”. 


 

«Por favor, recen por mí»

Ese breve mensaje en su cuenta de Twitter fue la manifestación oficial del papa Francisco, en su primer año al frente del Vaticano. Desde entonces, momentos únicos han convertido en símbolo el pontificado de Francisco, quien imponiendo su estilo desde los primeros días, goza de gran popularidad. 

Destacamos que el lugar elegido para su primer viaje fue la puerta de Europa para los migrantes: la isla italiana de Lampedusa -del Mediterráneo, al sur del país- donde miles de inmigrantes africanos y asiáticos llegan todos los años. «¿Quién de nosotros ha llorado por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos sobre las barcas? Estamos anestesiados ante el dolor de los demás», dijo entonces.

“La humanidad está globalizada e interconectada, pero la pobreza, la injusticia y la desigualdad permanecen”, afirmó posteriormente.

Hace apenas dos años, afirmó en una ceremonia con refugiados en Chipre que el drama de la migración es «la guerra» de nuestros días y que los migrantes son los esclavos actuales. «Pienso en muchos que tuvieron que volver porque los rechazaron y terminaron en campos de concentración, verdaderos campos de concentración, donde las mujeres son vendidas, los hombres torturados, esclavizados”. 


 

A veces nos preguntamos de las historias del pasado, cómo pudieron ocurrir, lamentó.  «Acostumbrarse es una enfermedad grave”, continuó Francisco, «y no hay antibiótico para esta enfermedad”. Por ello, pidió acción. «Tenemos que ir contra este vicio de acostumbrarse a estas tragedias que leemos en los periódicos».

Y por el abrazo entre ellos

Otro hito trascendente fue la histórica reunión en 2016 en el aeropuerto de La Habana, Cuba, con el patriarca ortodoxo Kirill de Moscú y de toda Rusia.

Aquel momento emblemático se recuerda porque fue la primera reunión de los líderes de las dos Iglesias tras la ruptura de 1054 y por el abrazo entre ellos. “Las dos iglesias pueden cooperar», dijo Kirill, el primero que habló, mientras se pronunció a favor del «pleno entendimiento» con respecto al futuro del cristianismo: «una conversación con mucho contenido».

«Finalmente», fue la primera expresión del pontífice antes de abrazarse con el patriarca Kirill. Hablamos como hermanos, tenemos el mismo bautismo, somos obispos, hablamos de nuestras Iglesias… La unidad se hace caminando, así lo definió el papa Francisco y añadió que fue una conversación sin medias palabras. 

“He sentido la consolación del espíritu en este viaje» precisó el papa Francisco, quien llegó desde Roma e hizo escala en Cuba para poder encontrarse con el líder ortodoxo, quien estaba en la isla caribeña con motivo de una visita a Latinoamérica. «Hemos salido con una serie de iniciativas, viables, que se podrán realizar», precisó el pontífice.

No quiero irme sin darle un sentido agradecimiento a Cuba, al gran pueblo cubano y a su presidente aquí presente, dijo Francisco. Agradezco (a Raúl) su disponibilidad activa; si sigue así, Cuba será la capital de la unidad, refirió la nota de Cubadebate.

Hemos enfermado el planeta

Diez años de pontificado de un papa, que precisa a todos para «cooperar en la reorientación del modo de ser de este planeta nuestro, que hemos enfermado –nosotros, que hemos enfermado– en el clima y en la desigualdad». 

Califica de conflictos «crueles» en todo el mundo: al cambio climático, la explosión de las migraciones y la pobreza endémica. Frente a ello precisa cómo durante estos años, «mientras una parte de los hombres y las mujeres mejoraron su vida cotidiana, otra parte sufría elecciones sin escrúpulos, convirtiéndose en las principales víctimas de una especie de contra-desarrollo».

Como es conocido su compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos, también lo es su actuar a favor de la justicia social, en beneficio de las personas empobrecidas. Se caracteriza por acercarse a los distintos colectivos sociales, sean o no católicos.


 

Desde que era arzobispo y cardenal, Jorge Bergoglio fue conocido por su humildad. Fue notable la decisión de cambiar el estilo de vida tradicional de un papa en muchos órdenes, por solo citar uno, comenzó a vivir en la Casa de Santa Marta, en lugar de la residencia papal en el Palacio Apostólico Vaticano, usada por sus antecesores desde 1903.

”Pido justicia por estos hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros: talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y los cartoneros que viven de las migajas que caen de la mesa de los satisfechos”, enfatiza cuando habla de los “empleos” denigrantes que califica como esclavitud.

“En la actualidad, el mundo sufre un empeoramiento de las condiciones medioambientales; muchas poblaciones o grupos sociales viven de forma indigna en términos de alimentación, salud, educación y otros derechos básicos”, precisa.

Continuas crisis

Al analizar los últimos 15 años en los que «el mundo ha atravesado graves y continuas crisis», el papa afirma que “no pudimos terminar de lidiar con la crisis financiera de 2007, tuvimos que lidiar con la crisis de la deuda pública y las economías reales, luego con la pandemia», sumando las consecuencias del conflicto en Ucrania y amenazas globales.

El pontífice recordó recientemente que el pasado 24 de febrero se cumplió el primer y aniversario del inicio de la operación militar especial de Rusia en el Donbás. En este sentido hizo «un llamamiento a todos los que tienen autoridad sobre las naciones, para que se impliquen en el final del conflicto, se comprometan en un alto el fuego y se inicien negociaciones de paz”, al propio tiempo aseguró que “el balance de muertos y heridos, de desplazados, de destrucción, de daños económicos y sociales habla por sí mismo”.

También abogó por la paz, tras el rezo del Ángelus al iniciar enero del 2023, desde la Plaza de San Pedro. El papa Francisco dijo que “desde principios de año, decenas de palestinos han muerto en tiroteos con el ejército israelí”.

“La espiral de muerte que se acrecienta día a día, no hace más que cerrar los pocos resquicios de confianza que existen entre los dos pueblos”. “Hago un llamado a los dos Gobiernos y a la comunidad internacional para que encuentren, de inmediato y sin demora, otros caminos que incluyan el diálogo y la búsqueda sincera de la paz”.

Igualmente, se expresó en 2021 acerca del horror que vive el pueblo sirio, lo que ha provocado hasta medio millón de muertos y más de 11 millones de refugiados y desplazados. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), más del 80 por ciento de los sirios viven por debajo del umbral de la pobreza, altos índices de desempleo. Sin embargo, en el 2010, Siria se ubicaba entre los Estados de desarrollo medio, con un crecimiento estable de entre el 4 y 5 por ciento anual.

En su análisis, el papa Francisco pidió el fin de la violencia en Siria. Ello impide que la economía funcione, detiene la construcción de viviendas, hospitales, redes de suministro eléctrico, entre otros. «Hace diez años comenzó el sanguinario conflicto en Siria, que ha causado una de las mayores catástrofes humanitarias de nuestro tiempo, un número indeterminado de muertos y heridos, millones de refugiados, miles de desaparecidos, destrucción, violencia de todo tipo, sufrimiento para toda la población, especialmente para los más vulnerables, niños, mujeres y ancianos», precisó en su momento.

Evitar la impunidad

El motu proprio de Francisco «Vos estis lux mundi» fue significativo en 2021, frente al dolor de personas abusadas en el ámbito católico. 

“No puedo empezar sin pedir perdón una vez más”, ha dicho el papa al respecto. Igualmente, ha impulsado algunos procesos legales, la institución de una comisión antipederastia, e hizo “imprescriptibles” los delitos sexuales cometidos contra niñas, niños y adolescentes, para evitar la impunidad al pasar de los años.

También se considera el encubrimiento como causa de destitución de obispos, por lo que se aportan más herramientas para juzgar ante la ley, con una mirada enfocada en la prevención. 

La Constitución Apostólica Pascite gregem dei (Apacentad la grey de Dios), constituye el primer texto penal católico que amplía la definición de abuso sexual. En este sentido reconoce explícitamente que no sólo los niños, sino también los adultos, pueden ser víctimas de sacerdotes y laicos en posiciones de poder. 


 

Ahora se establecen nuevos procedimientos para denunciar el acoso y la violencia, para asegurar que los obispos y los superiores religiosos sean responsables de sus acciones. También instaura la obligación para los clérigos y religiosos de denunciar los abusos, que permitía a los pedófilos eludir la responsabilidad y encubrir sus actos. 

Cada diócesis deberá tener un sistema fácilmente accesible al público para recibir información. Estos cambios en el Código de Derecho Canónico establecen un marco legal para los 1.300 millones de católicos del mundo.

La Iglesia católica se ha visto sacudida por múltiples denuncias de abusos sexuales. En 2019 fue notorio el proceso judicial en Argentina, de uno de los casos más escabrosos. Involucró a dos sacerdotes directivos de un internado para sordos, los que fueron condenados por abusar sexualmente de 25 niños y adolescentes que estaban a su cuidado. La justicia argentina también investiga otros casos.

El primer pontífice latinoamericano y jesuita de la historia señala que lo que ha puesto en marcha no son proyectos personales, sino el mandato de los cardenales desde el 2013. 

“Las cosas que hice- dijo el papa Francisco en su momento- no las inventé ni las soñé después de una noche de indigestión. Recogí todo lo que los cardenales habíamos dicho en las reuniones pre-cónclave, que debía hacer el próximo papa. Entonces dijimos las cosas que había que cambiar, los puntos que había que tocar. Lo que puse en marcha fue eso que se pidió. No creo que haya habido nada original mío, sino poner en marcha lo que se pidió entre todos”, indicó el sitio web ZENIT, desde el Vaticano.

Es un ser humano «simple, humilde, digno, sencillo y no dócil», dice su biógrafo, Sergio Rubin. “Ha demostrado que piensa lo que dice y actúa en consecuencia (…) Hay una percepción del poder del papa distinto, no es un poder del Estado, sino de respeto, con unas formas más cercanas a lo que podían ser las exigencias del Evangelio. Ha aclarado mucho que no se podía vivir de una manera y hablar de otra”, señala el doctor en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma, Juan María Laboa.

“Es un papa del tercer mundo, aunque sea hijo de italianos, tiene unos planteamientos distintos a los nuestros, y eso ha dañado más a la Iglesia occidental, a la francesa, la española, a la italiana”, sostiene el doctor en Historia e insiste en una anécdota sobre el papa Francisco sucedida en 2016, después de asistir a una misa oficiada por el pontífice en Santa Marta. «Yo estaba sentado en un banco, y cuando abrí los ojos, veo a mi izquierda unos zapatos viejísimos y la sotana blanca; estaba sentado en mí mismo banco». “Tiene la misma frescura y la misma inmediatez del principio”, señala con cariño.

Autor: teleSUR - Rosa María Fernández