El respaldo se produjo tras dos días de intenso debate sobre la declaración ministerial presentada por el nuevo Ejecutivo, en el que intervinieron 48 diputados. 

El Gobierno del primer ministro libanés, Nawaf Salam, recibió este miércoles el voto de confianza del Parlamento con 95 votos a favor, 12 en contra y 4 abstenciones.

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El bloque parlamentario Líbano Fuerte decidió no otorgar su confianza al Gobierno, pero la mayoría de los legisladores respaldaron el programa presentado por Salam.

Con ese resultado, el gabinete quedó formalmente habilitado para ejercer sus funciones hasta las próximas elecciones, previstas para 2026.

حكومة #نواف_سلام تنال ثقة المجلس النيابي بـ 95 صوتًا pic.twitter.com/kYrRTdpjgL

— nbnlebanon (@nbntweets) February 26, 2025

Al concluir la sesión, el Primer Ministro resaltó la importancia de «fortalecer la confianza de los ciudadanos y de los diputados«. Aseguró que los compromisos expresados en la declaración ministerial no son simples deseos, sino acciones concretas que su Gobierno está dispuesto a cumplir. 

Salam destacó como prioridad la retirada de Israel a las fronteras internacionales establecidas por el Acuerdo de Armisticio de 1949.

En ese sentido, anunció que su Gobierno intensificará los esfuerzos diplomáticos con el fin de que la entidad sionista se retire de los territorios libaneses ocupados.

Asimismo, mencionó la creación de un fondo especial para restaurar los daños causados por la agresión israelí, que provocó miles de asesinados y heridos así como cuantiosos destrozos materiales y una franja de tierra prácticamente arrasada al sur del país. 

También reiteró el derecho del Líbano a defenderse en caso de agresión y la importancia de implementar la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que busca garantizar la estabilidad en la frontera entre Líbano e Israel. 

Salam también se refirió a la necesidad de desplegar el Ejército libanés en las fronteras reconocidas internacionalmente, en línea con los principios expuestos por el presidente libanés Joseph Aoun en su discurso de investidura.

Enfatizó que el Estado debe monopolizar el uso de las armas y que las decisiones sobre guerra y paz deben ser responsabilidad exclusiva del Gobierno. 

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