Golpe en Bangladesh: influencias externas y geopolítica regional

La exprimera ministra de Bangladesh llamó a los ciudadanos a no dejarse influir por los radicales, aunque informaciones posteriores indican que EE.UU. podría estar tras los hechos acontecidos en ese país.


11 de agosto de 2024 Hora: 22:26

Bangladesh experimenta un cambio de Gobierno que los expertos califican como un golpe de Estado orquestado por fuerzas externas, principalmente Estados Unidos. La situación ha expuesto los intereses geopolíticos en la región del Golfo de Bengala.

El Economic Times publicó una entrevista exclusiva con Sheikh Hasina, exprimera ministra de Bangladesh, tras su reciente destitución. Sus declaraciones dilucidan los acontecimientos que llevaron a su dimisión y apuntan a una fuerte influencia externa en el cambio de Gobierno.

Hasina afirmó: “Dimití para no tener que ver la procesión de cadáveres. Querían llegar al poder sobre los cadáveres de los estudiantes, pero no lo permití”. Reveló que podría haber mantenido el poder si hubiera cedido la soberanía de la isla de San Martín a Estados Unidos, permitiéndoles dominar el Golfo de Bengala.

La exmandataria llamó a los ciudadanos de Bangladesh: «Por favor, no os dejéis manipular por los radicales», refiriendo que hay fuerzas radicales intentando influir en la situación política del país.

Implicación de la CIA en el sur de Asia

En sus declaraciones señala a Donald Lu, actual subsecretario de Estado para Asuntos del Sur y Asia Central de EE.UU., como un actor clave en los recientes acontecimientos. Lu, quien visitó Dhaka recientemente, tiene un historial diplomático que incluye puestos en Peshawar, Delhi y trabajo en temas sensibles como Cachemira y las relaciones India-Pakistán.

Donald Lu, actual subsecretario de Estado para Asuntos del Sur y Asia Central de EE.UU., fue un actor clave en los recientes acontecimientos.

El pasado 15 de mayo, el diplomático estadounidense concluyó un viaje de cinco días que inició en la India y concluyó en Dhaka, donde desarrolló una agenda con líderes de la sociedad civil y otros bangladeshíes para hablar de la cooperación entre Estados Unidos y Bangladesh. El documento del Departamento de Estado deja claro el interés de Estados Unidos en la región Indo-Pacífica “libre, abierta y próspera”.

Estas revelaciones cuestionan la narrativa de que los recientes cambios en Bangladesh representan un momento de democracia independiente en la política regional, sugiriendo en su lugar una compleja red de influencias externas e intereses geopolíticos en juego.

La exprimera ministra Sheikh Hasina, justo antes de su destitución, también hizo acusaciones sorprendentes. Según el medio bangladeshí Bangi News, Hasina declaró: “La conspiración sigue ahí. Con una parte de Bangladesh como Timor Oriental, luego Chittagong, Myanmar formará un Estado cristiano. Se construirá una base en el Golfo de Bengala”. Hasina reveló que un representante estadounidense le propuso no interferir en las elecciones de Bangladesh a cambio de permitir una base militar en el Golfo de Bengala.

La importancia estratégica de Bangladesh es innegable. El país limita con Myanmar e India, tiene acceso al Golfo de Bengala -una ruta marítima crucial para el comercio mundial- y juega un papel vital en la estabilidad regional. Además, recientes descubrimientos de yacimientos de hidrocarburos han aumentado su relevancia en los mercados energéticos globales.

La isla de San Martín, ubicada en el sureste de Bangladesh, ha emergido como un punto focal en las recientes tensiones geopolíticas de la región. A pesar de su tamaño reducido de apenas 3 km², la ubicación de San Martín es crítica. Se encuentra a aproximadamente 400 km de Calcuta y 950 km de Lhasa, lo que la convierte en un punto de observación ideal para la región, lo que proporciona una capacidad de vigilancia sin precedentes sobre países vecinos como India, China y Myanmar.

Isla de San Martín.

La importancia estratégica de San Martín en el Golfo de Bengala radica en la conexión con el Océano Índico, una de las rutas marítimas más cruciales del mundo. Además, los gobiernos contemplan que el Golfo de Bengala alberga importantes recursos energéticos sin explotar, incluyendo yacimientos de gas natural.

Estos factores combinados convierten a la isla de San Martín en un activo geopolítico codiciado, capaz de influir significativamente en el equilibrio de poder en la región del sur de Asia.

Ruta marítima estratégica hacia el Golfo de Bengala.

El Gobierno interino

El nuevo Gobierno interino, encabezado por Muhammad Yunus, ha sido recibido positivamente por Estados Unidos. Sin embargo, surgen señalamientos sobre los vínculos de Yunus con la élite política estadounidense. Según fuentes, Yunus es un donante de la Fundación Clinton y ha recibido numerosos reconocimientos del gobierno de EE.UU., incluyendo la Medalla Presidencial de la Libertad en 2009.

Documentos filtrados por WikiLeaks señalan que Yunus ha trabajado para el gobierno estadounidense, presionando contra el gobierno de Hasina. Un memorando del Consulado General de EE.UU. en Calcuta revela que Yunus expresó interés en entrar en la contienda política ya en 2007.

Por su parte, el exdiplomático y analista indio MK Bhadrakumar compara estos eventos con la “Revolución del Euromaidan” en Ucrania en 2014, donde protestas legítimas fueron aprovechadas por fuerzas externas para lograr un cambio de régimen.

El analista afirma que el cambio de Gobierno en Bangladesh podría tener repercusiones en la expansión económica de China en la región y en la seguridad de India. Sugiere, además, que esto podría ser parte de una estrategia más amplia para presionar a India en sus relaciones con Rusia y contener la influencia china en la región.

Según Bhadrakumar, la política exterior independiente de India y su adhesión a la autonomía estratégica parecen haber “trastornado la estrategia Indo-Pacífica de Estados Unidos”.

Es paradójico que la “revuelta estudiantil” en Bangladesh se iniciara justo una semana después de la reunión ministerial del Quad en Tokio, también organizada por iniciativa estadounidense. El Quad es una alianza entre Estados Unidos, India, Australia y Japón, y es utilizado para “impulsar la estrategia de ‘doble contención’ contra China y Rusia en el Indo-Pacífico”. De manera casi simultánea, Beijing expresó su preocupación sobre la situación en los mares Oriental y Meridional de China.

“El Quad sigue pregonando un libre y abierto Indo-Pacífico, al tiempo que mantiene su alarmismo, incitando al antagonismo y a la confrontación, y frenando el desarrollo de otros países”, señaló el portavoz de la cancillería china, Lin Jian.

Igualmente de llamativo es que la presión de Washington sobre Bangladesh se incrementó cuando Dhaka se abría paso para unirse a los BRICS con el respaldo de China, apoyo ratificado en la 13ª ronda de consultas políticas bilaterales entre ambos países, celebrada en Beijing el pasado 3 de junio.

Durante el encuentro, se acordó trabajar en conjunto para preparar la visita de la entonces primera ministra Sheikh Hasina a China, situación anticipada por los promotores de la revuelta. Este acercamiento, y la posible incorporación a los BRICS, traería implicaciones significativas que occidente no dejaría pasar en el Asia-Pacífico.

Autor: Daniel Ruiz Bracamonte

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