Las 46 víctimas fueron mujeres miembros de la Pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), las cuales se encontraban recluidas.

La Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida (FEDCV) de Honduras dio inicio este lunes a un juicio contra ocho mujeres integrantes de la Pandilla 18, presuntas responsables del asesinato, en junio del pasado año, de 46 reclusas en la Penitenciaria nacional Femenina de Adaptación Social. El juicio se espera que culmine el próximo viernes 29 de octubre.

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Las imputadas son Claudia María Lemus Aceituno, Lesbia Ondina Rodríguez Orellana, Cherry Darling Guevara, Heidy Jackeline Palma Rivera, Karen Lorena Ávila Pavón, Leyla Rosmeri Figueroa Pavón, Susana Godoy Leiva, y Francis Margarita Chavarría Ávila. También se añade al grupo Arleny Sarahí Guerra Portillo, sin embargo, su juicio se realizará posteriormente a este.

Las reclusas son presuntas culpables de delitos de asociación para delinquir, asesinato, asesinato en su grado de ejecución de tentativa inacabada, incendio cualificado, porte ilegal de armas de fuego y porte de armas de fuego permitidas.

Los hechos

Los sucesos por los cuales son acusadas las ciudadanas ocurrieron el 20 de junio de 2023, a las 70H45 (hora local), mientras las implicadas se encontraban recluidas en los modulas 6 y 7 de la penitenciaria.

Las imputadas utilizaron armas de fuego de diferentes calibres y objetos punzocortantes, todo ello para someter a 4 guardias, obteniendo las llaves de los módulos y los tableros de la población penitenciaria.

Luego de encerrar a las oficiales carcelarias, ingresaron a otros espacios para recoger a las demás cómplices.

A su vez, otro grupo de pandilleras se dirigieron a los módulos donde se hallaban recluidas reas miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13), para ultimarlas. Las delincuentes deshabilitaron las cámaras de seguridad antes de cometer el crimen.

Otras 23 mujeres del MS-13 se resguardaron en un módulo luego de escuchar los disparos, sin embargo, las acusadas de la Pandilla 18 rociaron líquido inflamable y les prendieron fuego.

Las victimas murieron calcinadas y otras asfixiadas, mientras las que trataron de escapar fueron baleadas por la pandilla.

Según la FEDCV, las 11 pistolas utilizadas fueron mayoritariamente suministradas desde el exterior. Aún así, acorde a lo expuesto por la Fiscalía, en la comisión del delito se usaron armas reglamentarias de la Policía Nacional recolectadas dentro de la cárcel.

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