Un dato preocupante es que más del 90 por ciento de la población de Quneitra y Daraa depende de la agricultura como principal medio de subsistencia.   

Quneitra y Daraa, regiones agrícolas de vital importancia en el suroeste de Siria, enfrentan una grave situación tras la intensificación de la ocupación israelí, luego de la destitución del presidente sirio Bashar al-Asad.

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Esta expansión militar incluye la nivelación de terrenos y la tala de árboles frutales, pertenecientes a los residentes de las aldeas afectadas. También se ha reportado el reforzamiento de posiciones militares en los límites de la presa de Al-Mantara, en la zona de Umm al-Azm.

Las fuerzas invasoras han comenzado a destruir fértiles terrenos agrícolas, especialmente aquellos dedicados al cultivo de olivos, en las áreas de Al-Quneitra y Daraa. Esta acción ha tenido un fuerte impacto en las comunidades locales, ya que los agricultores se ven impedidos de llevar a cabo sus labores habituales debido a la presencia de patrullas de ocupación.

De acuerdo con reportes de Al-Arabi Al-Yadid, la situación es alarmante. Omar Al-Muhasna, un ciudadano sirio de una aldea fronteriza, ha manifestado el impacto negativo en los agricultores y apicultores. Además de la destrucción de cultivos, se han establecido bases militares en más de una docena de aldeas y pueblos de Al-Quneitra, así como en tres ciudades y poblados en los alrededores de Daraa.

Un dato preocupante es que más del 90 por ciento de la población de Quneitra y Daraa depende de la agricultura como su principal medio de subsistencia. Estas áreas son consideradas la canasta alimentaria de Siria, siendo el 70 por ciento de sus tierras destinadas al cultivo de cereales. El avance territorial de Israel, sumado a sus bombardeos en zonas militares sirias, complican aún más la situación.

Vale la pena señalar que Quneitra y la zona rural del sur occidental de Daraa se encuentran entre las zonas agrícolas más ricas de Siria como resultado de su fértil suelo volcánico, ya que están ubicadas en el valle de Yarmouk a una altitud de hasta 950 metros sobre el nivel del mar, lo que impulsó a los habitantes de la región a adoptar la vida agrícola como principal sustento.

Las acciones del Gobierno israelí contrastan con las declaraciones de su primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien aseguró previamente que su administración no intervendría en los asuntos internos de Siria. La situación actual contradice esa promesa, generando incertidumbre y preocupación en la región.

La destrucción de tierras agrícolas no solo afecta a los agricultores, sino que también amenaza la seguridad alimentaria de toda Siria. Los desafíos que enfrentan los agricultores son enormes, y la comunidad internacional debe estar alerta ante la creciente crisis.

Desde el 15 de septiembre de 2024, las primeras incursiones israelíes comenzaron a una profundidad de 200 metros en territorio sirio desde el lado occidental de la ciudad de Jubata al-Khashab en Quneitra.

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