La ocupación israelí sigue la ofensiva en el norte de Cisjordania, donde las demoliciones de viviendas, incursiones militares y detenciones de palestinos se han convertido en una constante.

Este ataque sistemático a las comunidades palestinas en Nur Shams, demuestra la intransigencia de Israel, que sostiene el control territorial mediante la destrucción de viviendas y la represión de la población civil.

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A través de la acción de las excavadoras operadas por el Ejército israelí, destruyeron 11 casas en la segunda operación de este tipo en una semana, lo que representa un recordatorio de la agresión diaria que enfrentan los palestinos en su propio territorio y el desprecio por los derechos humanos.

A su vez, los enfrentamientos en Ramallah y Hebrón dejaron a un niño palestino herido por impacto de bala, lo que refleja la violencia continua que padecen los civiles.

Además, en el campamento de Nur Shams, Israel anunció la demolición de 17 viviendas bajo el pretexto de abrir una nueva ruta militar, para intensificar aún más la devastación del pueblo palestino.

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Al intensificar los ataques, Israel no solo expande su colonización, sino que también reitera su indiferencia ante las condenas internacionales, toma fuerza al reafirmar su política de despojo y deshumanización.

Mientras tanto, los palestinos continúan en la lucha por su dignidad y derecho a vivir en paz, al enfrentar a diario una opresión que no muestra señales de cesar.

De esta manera, la ocupación israelí sigue su política de despojo y represión en los territorios palestinos, con la demolición de viviendas en Rafaat y Hebrón, incluidas las de prisioneros palestinos.

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