Las fuerzas israelíes han establecido siete posiciones a lo largo de la zona de amortiguación entre Israel y Siria que se extiende por las zonas rurales de Damasco, Daraa y Quneitra.

Israel ha ocupado casi 500 kilómetros cuadrados del sur de Siria desde la caída del gobierno de Bashar al Assad a manos de grupos extremistas apoyados por Estados Unidos, Türkiye y otros países aliados.

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Según medios árabes, las fuerzas israelíes durante la ocupación ilegal han demolido todas las instalaciones militares sirias en las laderas del monte Hermón y las colinas de Quneitra y Daraa.

El ejército israelí ha ampliado su avance en el sur de Siria, comenzando desde la ciudad de Sayda y moviéndose hacia el este, avanzando 9 kilómetros de profundidad, alcanzando los cuerpos de agua Sheikh Hussein, la presa Sahm Golan y el oeste de Bakara.

En medio de su operación en el sur del país árabe, soldados israelíes abrieron fuego hacia los bosques de al-Hamidiyah y al-Hurriya en la zona rural de Quneitra.

Las fuerzas israelíes han establecido siete posiciones a lo largo de la zona de amortiguación, que se extiende por las zonas rurales de Damasco, Daraa y Quneitra.

Fuerzas de ocupación israelíes reconocieron el viernes haber disparado munición real contra manifestantes en el sur de Siria, afirmando que la acción tenía como objetivo lo que describieron como una «amenaza».

De acuerdo a un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), un manifestante sufrió una herida de bala en la pierna en la aldea de Ma’ariya durante una manifestación contra la presencia militar israelí y su invasión de tierras agrícolas del sur de Siria.

Los residentes de varias localidades de la zona rural occidental de Daraa, en el sur de Siria, protestaron el viernes contra la presencia de las fuerzas de israelíes en la zona y exigieron la retirada de los militares del cuartel de Al Jazeera.

También solicitaron el cese inmediato de las incursiones israelíes en territorio sirio y pidieron a la comunidad internacional intensificar sus esfuerzos y ejercer presión sobre Tel Aviv para garantizar el cumplimiento de las leyes internacionales y la soberanía.

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