La Magia joropera de “1,2,3 y Fuera”

Más de 50 años estuvo Néstor Blanco detrás de su batería escudriñando sonidos y generando aportes.


29 de agosto de 2024 Hora: 16:41

A ese valle donde tanto esclavizado cultivó y trabajó la caña del azúcar, donde tanta ayuda se prestó a las tropas patriotas para apoyar a Simón Bolívar en su camino a Carabobo, a ese valle donde San Pedro hizo un milagro que desembocó en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, a ese valle de Pacairigua donde decidieron levantar la carpa de sus sueños y sus motivaciones, concretamente en Guatire, a ese valle llegaron un día dos barbudos que venían de Oriente, como los Reyes Magos, Néstor y Eudis Blanco, nombres que no dudamos en reconocer con el más alto quilataje de la contemporaneidad en la música tradicional venezolana, y sobre todo la mirandina, la del estado del que se hicieron hijos adoptivos, del estado que los hizo suyos para siempre.

La impronta de los hermanos Blanco, núcleo creador junto al guatireño Carlos Jugo de la excepcional agrupación “1,2,3 y Fuera”, es algo para analizar por volúmenes, de tanta densidad y tanto talento. Musicos de Guatire y del país, y la propia crónica de esa ciudad mirandina dan cuenta de ello

Desilusión

Tucupita

La capital del ahora estado Delta Amacuro es una ciudad apacible a la que por salvar de las crecidas del Rio Padre, Orinoco, se le cercenó una buena parte ecológica y medio ambiental.

Sin mayores recursos que propiciaran un desarrollo mas sólido, salvo la cercanía petrolera, Tucupita guarda mucha belleza y ancestralidad, como todo el territorio del que es capital.

1 Grupo 1,2,3 y Fuera en sus inicios
Grupo 1,2,3 y Fuera en sus inicios

Allí, en Tucupita nacieron los hermanos Blanco. Pedro, uno de ellos y muy cercano a nuestros afectos, relata que Néstor (el gran mago de esta historia) nació el 02 de Noviembre de 1950. “Fuimos 6 hermanos, 5 varones y 1 hembra, a saber: Rubén Antonio, Néstor Sifredo, Eudis de Jesús, Nelly Clotilde, Leoner Alejandro, y yo, Pedro Ramón” 

Para explicar la salida desde Tucupita hacia Cantaura, Pedro nos acota: “Salieron de Tucupita muy pequeños. Contaba mi abuela Mamá María que habían nacido Rubén, Néstor y Eudis pero la situación de trabajo era difícil en Tucupita mientras que por el estado Anzoátegui comenzaba sólidamente el desarrollo petrolero. Entonces nuestro padre, Pedro Arístides Alfonzo García decide el viaje a la población de Cantaura. Allí comienza ése recorrido”.

Toy contento

Por la abuela María (quien se encargó de la crianza de los muchachos cuando la madre falleció teniendo Pedro apenas dos años y medio de edad) supieron que los estudios primarios se alcanzaron pero los estudios secundarios fueron difíciles, entre otros detalles porque los hermanos mayores buscaron inscribirse en la escuela Técnica de San Félix (estado Bolívar) pero el gobierno de entonces cerró las Escuelas Técnicas. Por esta razón se regresaron a Cantaura y comenzaron a estudiar lo relativo a los instrumentos musicales con el apoyo de un tío que tocaba guitarra. Hay que destacar que la abuela María era cantadora de décimas en Tucupita según refiere un familiar, Enzo Pérez y que el padre de los Blanco fue integrante de la Banda Municipal de Tucupita tocando el Bombardino.

En PDVSA La Estancia, en 2016

De igual manera, este tío paterno, Aquiles, fue fabricante y ejecutante de guitarras y bandolinas y en su casa había reuniones de músicos de donde Néstor y Eudis se nutrieron mucho. El primo Enzo refiere también que Néstor aprendió a tocar guitarra, bajo eléctrico e instrumentos de percusión como la batería y los timbales; de hecho fue timbalero del grupo “Juancito Romero y su Combo” en la Cantaura de 1967, y todo mientras enseñaba a su hermano Eudis a tocar el bajo, algo que después resultaría determinante en “1, 2, 3 y Fuera”.

“Los Penta Pop de Vitale” fue la agrupación surgida de la idea de Néstor proponiendo la idea al profesor Leonardo Vitale, director de la Banda Municipal de Cantaura.

Néstor Blanco, fundador de 1,2,3 y Fuera

Contando ya con 21 años, Néstor y sus hermanos mayores toman la ruta de Guatire, en el estado Miranda. Los hermanos menores se quedaron en Caracas con  una tía y Pedro, el menor llegaría a Guatire 3 años después, en 1974. Al tiempo vendría el padre a verlos y a conocer nietos, porque Néstor lo había convertido en abuelo y Eudis ya se había casado.

Fueron entonces 52 los años que vivió Néstor Blanco en la fértil tierra guatireña y donde plantó su carpa y su siembra musical para dar frutos a todo el país y al mundo.

El Totumo de Guarenas

Guatire

Miguel Alciro Berroterán, presidente del Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco (CEA) de Guatire, gran conocedor de la obra de los hermanos Blanco y de Carlos Jugo, además de seguidor del trabajo como grupo de “1,2,3 y Fuera”  indicó que ellos conformaron inicialmente el trío experimental “Rafael Borges” tutelado por grandes luminarias de la cultura de la zona, y señala que  esa fue la génesis de “1,2,3, y Fuera”. Antes de esta experiencia los tres amigos habían dado vida al grupo “La Séptima Esencia”, allí, en Guatire.

Marlon Zambrano, periodista muy laureado y respetado, junto a amigos como el documentalista Carlos Istúriz señalaron: “Néstor fue artífice junto a Eudis y Carlos Jugo de un sonido y una forma de mostrar la música de Venezuela, sobre todo la del mismísimo estado Miranda, asombrando al mundo.

Pedro Blanco y la autora de este trabajo

A los instrumentos musicales nacionales, venezolanos, le anexaron la sonoridad de los instrumentos del rock, del pop, y por si fuera poco, incorporaron fragmentos de música académica, sinfónica, generando la suma de un público joven que vibró con su propia música rejuvenecida por una generación que supo ver un poco más allá. Temas como El Totumo de Guarenas o Desilusión no logran salir del favoritismo venezolano interpretados por “1,2,3, y Fuera”, porque fueron abordados desde el afecto a lo tradicional y las ganas de llevarlos a otras dimensiones”.

Ciertamente la incorporación del bajo, los teclados, la batería y luego el saxofón al arpa, maraca y buche no había sucedido antes en el joropo mirandino y aragüeño. El resultado abrió una nueva perspectiva en la musicalidad regional, y hasta nacional.

Guatire  fue la zona donde Néstor Blanco terminó de perfilar su vocación de músico y creador, arreglista, baterista, director musical y hasta representante del grupo.

El Director de Orquestas, compositor y laureado músico, Maestro Diego Silva Silva al referirse a Néstor, dijo: “Fue un visionario y un innovador en un tiempo en que los músicos populares apostaban a la salsa emergente o al rock…en este sentido, su trabajo puede equipararse al de Vytas Brenner, que también innovó llevando aires de rock a la música tradicional venezolana.”

El Nombre y la obra

Al inicio, cuando fundaron el grupo, como eran tres músicos acudieron a la popular frase de juegos de infancia: Uno, Dos, Tres… y ¡Fuera! Así se quedaron desde 1974 con el lúdico y mágico nombre que ha dado la vuelta al mundo.

Hubo éxito tras éxito, pero no éxito ordenado por las radios o la mediática o las casas discográficas, no. Éxitos sólidos contando con el respaldo de los melómanos, los músicos, los investigadores y hasta los cultores mismos del Joropo Central, al que “1,2,3 y Fuera” se apegó tanto. Llegaron a grabar más de una docena de discos en una década.

Vista aerea de Tucupita

En 1977 Carlos Jugo se separó del grupo, pero el núcleo fundacional de Néstor y Eudis permaneció dando también oportunidad a otros músicos amigos del proyecto y su sonoridad.

Hacia 1985 la agrupación entró en un prudencial receso que culminó en 2006 cuando para alegría de miles volvieron a decir “presentes” con el gran cultor y cantador Antonio Armas también guatireño, el tecladista Víctor Morles y Roy Herrera en el saxofón.

Joropop

“1,2,3 y Fuera” significó un nuevo tipo de aproximación a las expresiones de la música venezolana. A la partida física de Néstor Blanco, su fundador, en marzo de 2023 la dirección del grupo la asumió su hijo Néstor Blanco Caldera en tanto que el legendario puesto del baterista  lo ocupa ahora otro extraordinario: Rolando Canónico.

¿De sus éxitos? El Totumo de Guarenas, Desilusión, Aquella noche, La sapoara, Son de  Tambor y San Juan, Alma cumanesa, Plegaria del pescador y muchos más.

En la actualidad dieron a conocer una nueva producción discográfica donde entran en territorios de otros ritmos y géneros más alla del mirandino. Barquisimeto y Mujer guayanesa hacen parte de ese reperorio.

Ellos fueron y siguen siendo la irreverencia creadora para abordar la musicalidad tradicional venezolana. Para lamento de miles ya no está Néstor, el alma surgida desde Tucupita para comandar una revolución trascendente y victoriosa.

Iglesia de Guatire y Parranda de San Pedro

Más de 50 años estuvo Néstor Blanco detrás de su batería escudriñando sonidos y generando aportes. Queda su legado y su ejemplo, su dignidad a toda prueba y su infinito amor por la patria que le dio vida y obra.

Autor: Lil Rodríguez

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