El canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró este jueves durante una conferencia de prensa que su país está listo para celebrar consultas sobre Ucrania y manifestó su interés en que el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, profundice en las causas de la crisis que atraviesa esa nación, sobre cuyas autoridades Occidente tiene control casi total.

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Denunció que Washington y sus aliados «están tomando a Ucrania en sus manos» y controlan prácticamente todas las esferas de la vida, entre ellas la seguridad y la defensa. Exigió garantías jurídicas de que Occidente tomará en cuenta las demandas de seguridad de Rusia.

Aseveró que para Rusia no es suficiente con un alto al fuego, pues ello solo daría oportunidad a Kiev de acumular fuerzas con la llegada de más armas occidentales y volver al campo de batalla. Enfatizó que Rusia exige garantías jurídicas para que se cumplan sus demandas de seguridad y priorizará ello antes de acordar cualquier cese de su operación militar especial.

«El alto el fuego es un callejón sin salida», subrayó el jefe de la diplomacia rusa, quien enfatizó: «Necesitamos acuerdos definitivos, jurídicamente vinculantes, que documenten las condiciones para garantizar la seguridad de Rusia y, por supuesto, los intereses legítimos de nuestros vecinos, pero de una manera basada en el derecho internacional, lo que hará imposible violar esos acuerdos», añadió.

«Occidente está aconsejando por todos los medios a (Volodymir) Zelenski que actúe de una manera que sea beneficiosa para Occidente», afirmó.

Recordó que EE.UU. y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) determinaron enfrentar militarmente a Rusia «hasta el último ucraniano» y recientemente exigieron al régimen de Kiev reducir la edad de reclutamiento a 18 años. Valoró que esas y otras exigencias redundan en beneficios económicos y financieros para EE.UU.

Reveló que a través de canales cerrados Francia ofreció en repetidas ocasiones a Rusia establecer un diálogo sobre Ucrania sin la participación de Kiev. Calificó de ambiguo el comportamiento de París, que al mismo tiempo entrena a soldados ucranianos.

Subrayó que el conflicto con Ucrania podía haberse evitado si Occidente hubiese respetado los Acuerdos de Minsk. Señaló que los acuerdos «no fueron un intento, fue una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, que fue pisoteada con el apoyo de Estados Unidos».

Ratificó que Rusia no ataca objetivos civiles en Ucrania, a diferencia del régimen de Kiev, que habitualmente lanza ataques con aviones no tripulados y misiles occidentales contra «objetivos civiles evidentes».

Los centros de toma de decisiones en Kiev pueden ser el objetivo de los ataques rusos, pero Rusia nunca toma represalias contra objetivos civiles, afirmó Lavrov, quien insistió: «Seleccionamos objetivos para la destrucción en el territorio de Ucrania basándonos únicamente en las amenazas de la Federación Rusa, pero responder a objetivos civiles no está en nuestras reglas».

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