Lo que hay en juego en las elecciones presidenciales de Ecuador

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El próximo domingo 9 de febrero, más de 13 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas para elegir al próximo binomio presidencial que gobernará el país hasta 2029, así como a los 137 miembros de la Asamblea Nacional. Foto: EFE


7 de febrero de 2025 Hora: 15:11

El próximo domingo se enfrentan dos modelos totalmente opuestas en cuanto a la definición del futuro de Ecuador: la continuidad del neoliberalismo y la subordinación al modelo imperial estadounidense o el cambio hacia un modelo desarrollista y favorable a la integración latinoamericana.

La sostenida crisis política en el país lleva a una fatiga electoral y un cada vez mayor descreimiento del sistema político actual. Con elecciones que se repiten anualmente y un escenario político marcado por la inestabilidad, los votantes se enfrentan a una disyuntiva que podría definir el rumbo del Ecuador en los próximos 4 años. 

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El oficialismo está representada por el millonario e hijo de la aristocracia financiera ecuatoriana Daniel Noboa, actual presidente y candidato a la reelección. Jacobo García, analista político consultado por teleSUR, lo describe su agenda como «autoritaria y de continuidad». 

Por otro lado, Luisa González, candidata de Revolución Ciudadana, ha propuesto una alternativa progresista y de caracter nacionalista. González, que defiende una visión latinoamericanista y de integración regional, se ha distanciado del proyecto pro estadounidense de Noboa, abogando por recuperar organismos regionales como la UNASUR y la CELAC. 

Mientras tanto, el país enfrenta una crisis multidimensional que abarca la seguridad, la economía, el sistema energético e institucionalidad. En medio de esta situación, se reportaron apagones en varias ciudades de la costa debido a la alta demanda energética.

Analistas y expertos han señalado que la campaña ha sido desigual, con una fuerte inversión en redes sociales por parte de Noboa, quien habría destinado alrededor de 2 millones de dólares a plataformas digitales. Además, se ha denunciado el uso del aparato estatal para promover su candidatura, mientras que la regulación electoral no contempla límites para publicidad en redes, a diferencia de los medios tradicionales.

La institucionalidad en la mira

El respeto a la institucionalidad es uno de los temas cruciales del presente proceso electoral y la campaña ha sido marcada por una creciente desconfianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE), una situación que ha empeorado con los recientes conflictos institucionales dentro del gobierno.

Uno de los hechos más controvertidos ha sido la actuación del presidente y candidato Daniel Noboa, quien no solicitó licencia formal a la Asamblea Nacional antes del inicio de la campaña, como lo exige el procedimiento, sino que sólo notificó su ausencia temporal. Además, encargó la presidencia a Cínia Yiberty, nombrada vicepresidenta por decreto, lo que generó críticas, ya que la Asamblea reconoce a Verónica Abad como vicepresidenta constitucional.

Las críticas hacia el CNE incluyen la controversia sobre el incumplimiento de normas por parte de Noboa, quien no solicitó la licencia correspondiente para actuar como candidato, así como la falta de supervisión en las mesas electorales.

En palabras de Hernán Reyes, analista político, «no hay garantía de que las elecciones del próximo domingo sean transparentes». A su juicio, el CNE ha mostrado una «sumisión servil» hacia el Ejecutivo, y ha sido incapaz de garantizar la transparencia de un proceso electoral que, según varias voces de la oposición, podría estar inclinado a favor de Noboa.

El factor social: inseguridad y desigualdad

Además de la crisis política e institucional, el Ecuador enfrenta una grave crisis social que afecta directamente la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. La creciente violencia en las calles y la creciente desigualdad económica son dos de los principales temas que se han instalado en el centro del debate electoral. 

El año 2024 fue el segundo más violento en la historia de Ecuador, con un homicidio intencionado cada 75 minutos. Según datos oficiales de la Policía Nacional, durante este periodo se contabilizaron 6.964 crímenes de este tipo, lo que equivale a una tasa de 38,8 homicidios por cada 100.000 habitantes. Incluso en las elecciones anteriores fue asesinado el candidato presidencial Fernando Villavicencio.

Las autoridades atribuyen esta situación, que se disparó hace cuatro años con la llegada de la expresión más radical de la subordinación a Estados Unidos, a la acción del crimen organizado relacionado con el narcotráfico transnacional. En consecuencia, en enero de 2024, el presidente Daniel Noboa,  declaró el conflicto armado interno luego de la fuga de la cárcel del mayor capo criminal y de la incursión de un grupo armado a un canal de televisión estatal mientras transmitía en vivo.

Ante este panorama, Luisa Gonzales llamó a un cambio, reclamó seguridad y afirmó que el ‘Plan Fénix’, el programa contra el crimen organizado puesto en marcha por Noboa, «sigue en cenizas, porque no hay seguridad, porque nos vacunan y nos matan, no podemos trabajar y salir a la calle, no podemos hacer nada ni ser libres».

Hernán Reyes señala que para revertir este flagelo «es fundamental recuperar la institucionalidad del país», haciendo referencia a la necesidad de un giro hacia un gobierno que vele por los sectores más vulnerables de la población y no solo por los intereses de unos pocos. 

Impacto regional: Ecuador entre la integración y la subordinación

A nivel regional, las elecciones en Ecuador son de gran relevancia para el panorama latinoamericano. La victoria de Noboa, quien se ha manifestado favorables a candidatos de ultraderecha como Milei y Bukele, sería darle continuidad a una alineación aún más estrecha con los intereses de Estados Unidos y un retroceso en los esfuerzos de integración latinoamericana. 

De hecho, Noboa dispuso la entrega de las islas Galápagos para la construcción de una base militar de Estados Unidos (EE.UU.), en razón de la aprobación del «Proyecto de seguridad integral en la región insular» y el «Instructivo para la aplicación de los acuerdos de cooperación entre Ecuador y Estados Unidos» el pasado 10 de diciembre.

En contraste, el triunfo de González podría reavivar las esperanzas de una mayor cooperación regional, impulsando la idea de una América Latina unida frente a las presiones externas, retomando las tradiciones del correísmo y el impulso de organismo multilaterales guiados por articulación de los países del sur del continente.

El resultado de estas elecciones tendrá repercusiones no solo para Ecuador, sino para el futuro de la cooperación regional en América Latina. La capacidad de González para recuperar organismos como UNASUR podría reactivar proyectos de integración que han quedado en segundo plano con la llegada de gobiernos más alineados con la política neoliberal y los intereses de Washington.

Autor: Nicolás Hernández - teleSUR

Fuente: teleSUR - CNE - Agencias