Las dos caravanas de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y padres de los 43 desaparecidos siguen su camino hacia Chihuahua y Chiapas con la intención de difundir la tragedia que actualmente enfrentan.
Este jueves las caravanas partieron de Tixtla.
Parten tres autobuses de padres y estudiantes de #Ayotzinapa rumbo a Chihuahua #CaravanaNacional pic.twitter.com/mFj7VKZrQa
— Ray Pérez Arellano (@RaymundoteleSUR)
noviembre 13, 2014
La primera estuvo integrada por tres autobuses con 150 alumnos del plantel, solamente seis padres acompañaron al grupo y partieron rumbo a Chihuahua, pasando por Michoacán, Jalisco y Zacatecas. Todavía no tienen claro a quiénes verán ni los espacios en que darán a conocer las causas de su movimiento.
El segundo grupo irá hasta Chiapas, pasando por Morelos, Tlaxcala y Oaxaca, para que, finalmente, el sábado salga la tercer y última brigada informativa que recorrerá cinco municipios de Guerrero.
Todos se encontrarán en la Ciudad de México el próximo 20 de noviembre para hacer un balance de los resultados obtenidos.
Estos son los rostros de los 43 normalistas
No pierden las esperanzasBlanca Nava no dejaba de mostrar la manta con la fotografía y el nombre de su hijo Jorge Álvarez Nava, uno de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa que la noche del 26 de septiembre desapareció y que desde entonces no lo ha vuelto a ver.
“Yo sé que está vivo, por eso queremos que nos ayuden para encontrarlos, porque son muchísimos días que han pasado y no encuentran nada”.
México aún sin respuestas
Las autoridades federales de México aún no han identificado a los responsables que trasladaron y desaparecieron a los 43 normalistas de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero (sur).
De momento la Procuraduría General de la República (PGR) mexicana solo tiene los alias de algunas personas que transportaron a los estudiantes desde Iguala al municipio de Cocula (norte de México), según la confesión de sicarios pertenecientes al grupo criminal Guerreros Unidos.
teleSUR te invita a conocer la Cronología Caso Iguala