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El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo este martes que su Gobierno donará 10 millones de dólares al Fondo Verde del Clima para frenar los embates del calentamiento global.
"Si bien México es un emisor moderado de gases de efecto invernadero, nuestro compromiso internacional es firme y creciente", expresó el mandatario mexicano durante su intervención en la cumbre sobre el clima que realizó la Naciones Unidas e en Nueva York con la participación de 120 jefes de Estado.
Peña Nieto destacó que en el país se impulsan iniciativas para lograr una baja economía de carbono, por lo que planteó crear una arquitectura financiera del régimen climático Post-2020 que fortalezca a las instituciones existentes como el fondo para el medio ambiental y los fondos de inversión climática, "particularmente el Fondo Verde para el Clima".
El mandatario dijo además que los países miembros de la ONU deben apostar por el desarrollo de la cooperación ambiental, avanzar en proyectos amigables con el clima para generar confianza en las personas.
Sin embargo, Peña Nieto no trató el asunto con la empresa minera del Grupo México, Buenavista del Cobre que enfrenta una demanda legal por derramar 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre y otros metales a un reservorio de agua natural, situado en el nororeste del país.
Aunque México invierte en una nación verde, la desatención de las mineras, que según algunos medios locales, contaminan en un 64 por ciento al país, es evidente y ha agudizado un problema ambiental del que han sido cómplices por suscribir contratos millonarios con empresas como Buenavista para reparaciones ambientales que no han sido cumplidas a cabalidad.
En Sonora (norte), las autoridades investigan manchas en el río de la región para verificar si se enfrentan a una contaminación severa de sus aguas. El problema se ha prolongado por más de un mes y el gobierno federal aún no repara los daños ambientales.
De acuerdo con un estudio del Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC), 64 por ciento de las emisiones tóxicas que contaminan al país latinoamericano provienen del minero, seguido de las centrales eléctricas y la maquila de equipo electrónico.
En el informe "Balance 2005" presentado en la reunión pública del proyecto RETC, convocada por la Comisión para la Cooperación Ambiental, en la que participaron autoridades ambientales de Estados Unidos, Canadá y México, las cifras señalan que México es uno de los países que más sufre el impacto de la explotación minera desde mediados del año 2000.
