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Las investigaciones para dar con el paradero de los 43 normalistas desaparecidos hace dos meses continúan estancadas al tiempo que las autoridades del gobierno mexicano refuerzan la hipótesis de que los estudiantes habrían sido asesinados e incinerados.
La afirmación fue hecha por Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, quien lamentó que las promesas del presidente Enrique Peña Nieto, de que ampliaría las indagatorias para buscar vivos a los estudiantes, no se hayan cumplido.
“A 60 días de los hechos es lamentable que aún no se dé con el paradero de los jóvenes, que no haya indicios reales sobre su situación, en términos de si están vivos o no, ni se haya impulsado una búsqueda que nos permita tener más elementos para esclarecer el caso”, manifestó en entrevista con el diario mexicano La Jornada.
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Desde el pasado 7 de noviembre, cuando la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer la versión (de que los normalistas fueron asesinados e incinerados) no ha habido un avance cualitativo en las investigaciones, recalcó.
Para los padres y madres de las víctimas, añadió Barrera, ha sido frustrante que no se atienda la demanda central, que es el motor que da sentido y fuerza a su lucha: seguir buscándolos con vida. Se pidió que se realizara un plan de búsqueda estratégico, con el uso de tecnologías de punta, pero no ha sido así.
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