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Los vecinos no solo fueron instados a abandonar la zona, sino también a evitar las carreteras en las cercanías de la refinería.

Los vecinos no solo fueron instados a abandonar la zona, sino también a evitar las carreteras en las cercanías de la refinería. | Foto: Reuters

Publicado 27 noviembre 2019



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Tras las dos explosiones, las autoridades recomendaron a la población no salir de sus residencias y cerrar las ventanas, debido que el gas que sale de la planta es butadieno, utilizado para fabricar caucho y neumáticos.

Autoridades del condado de Jefferson, en Texas (sur de Estados Unidos) ordenaron este miércoles la evacuación obligatoria de unas 60.000 personas, tras dos explosiones generadas en una planta química.

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El primer estallido ocurrió en la madrugada, en ese momento los equipos de bomberos socorrieron a los damnificados y reportaron tres personas heridas, las cuales permanecieron 24 horas internadas en un centro de salud de la zona.

"Ahora nos enfocamos en la protección de los equipos de socorro y del público, y en minimizar el impacto ambiental", declaró la compañía TPC Group, compañía en la que trabajan más de 200 personas.

La onda expansiva de esa primera explosión rompió los cristales en casas situadas a kilómetros de la planta y provocó daños extensos alrededor del perímetro. Desde el primer momento las autoridades evacuaron a un grupo de personas y pidieron evitar respirar la nube procedente del incendio cerrando ventanas y apagando aparatos de aire acondicionado y calefacción.

Posteriormente, la segunda explosión se registró minutos antes de las 14.00 (hora local), durante el proceso de extinción del incendio, y destruyó una torre de destilación química.

A partir de este momento se amplió el rango inicial de la evacuación, de 800 metros,  a un radio de 6,4 kilómetros alrededor de la planta petroquímica, incluyendo cuatro localidades cercanas al lugar del siniestro: Port Neches, Groves, Port Arthur y Nederland, Texas.

Los vecinos no solo fueron instados a abandonar la zona, sino también a evitar las carreteras en las cercanías de la refinería.

"Se han enviado equipos para controlar la calidad del aire a lo largo de la línea de cercado de las instalaciones y en los barrios circundantes", explicó TPC Group.

Aunque las autoridades aún no disponen de datos sobre la calidad del aire en las inmediaciones, reportan que la sustancia quemada es peligrosa para la población, pues el gas que arde en la planta es butadieno, utilizado principalmente, para fabricar caucho y neumáticos.


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