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Desde 2015, la política española ha estado marcada por la ruptura del bipartidismo, que alternaba al Partido Popular (PP) y al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el poder.

Desde 2015, la política española ha estado marcada por la ruptura del bipartidismo, que alternaba al Partido Popular (PP) y al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el poder. | Foto: Reuters

Publicado 4 noviembre 2019



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En las elecciones de abril, Pedro Sánchez solo logró 123 de los 350 escaños del Congreso, cuando necesitaba 176 lugares para ser investido.

El próximo 10 de noviembre, los españoles deberán volver a las urnas por cuarta vez en apenas cuatro años, siendo las segundas elecciones generales en siete meses, una situación sin antecedentes en Europa.

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Estos comicios ya se vislumbraban, luego de que Pedro Sánchez llevase cuatro meses como presidente en funciones del Gobierno español.

Tras casi cinco meses de negociaciones, en septiembre el Rey de España anunciaba a los representantes de los partidos políticos del país que, dado que ningún aspirante contaba con el apoyo necesario para presentarse a una sesión de investidura como presidente, no había propuesto a ningún candidato.

De este modo, sin tener un jefe del Ejecutivo, el 23 de noviembre se disolvieron las Cortes Generales y se convocó a nuevas elecciones.

Debido a que España cuenta con un sistema parlamentario no presidencialista, los ciudadanos eligen a los diputados del Congreso, y estos son quienes pactan para escoger por mayoría al presidente del Gobierno, lo cual no han conseguido hacer esta vez.

De este modo, los españoles deberán votar por los 350 miembros del Congreso y a 208 del Senado, las cuales constituyen las dos Cámaras legislativas españolas.

La gestión de Sánchez no se ha podido concretar desde las elecciones generales de abril porque ganó 123 de los 350 escaños del Congreso, que si bien sacaba una ventaja significativa a los 66 puestos del segundo partido, el Partido Popular (PP), no era suficiente para alcanzar la mayoría absoluta (176 asientos) por lo que no pudo ser investido como jefe de Gobierno.

Esto llevó a la siguiente fase que estipula la política española, se convocó a una segunda votación en la que solo necesitaba una mayoría simple, instancia en la que las abstenciones son significativas.

En julio obtuvo 124 votos a favor, 170 en contra y 52 abstenciones en el primer intento, y en el segundo 124 a favor, 155 en contra y 67 abstenciones.

Las opciones del líder de Partido Socialista Obrero Español (PSOE) discurrían entre, por un lado, aliarse a Unidas Podemos (UP), liderado por Pablo Iglesias, quien le ofrecía su apoyo a cambio de un Gobierno de coalición; y por otro, la propuesta de Albert Rivera (Ciudadanos), quien ofrecía su abstención a cambio de un compromiso de Sánchez sobre tres puntos relacionados con el Gobierno de Navarra, el juicio del proceso catalán y el rechazo a la subida de impuestos.

La primera no fructiferó por la negativa de los socialistas a formar un Ejecutivo bicolor, y la segunda recibió por respuesta de Sánchez que esos tres requisitos ya se cumplían, y fue vista como una actuación para sacar rédito electoral de cara a los comicios de octubre.

Al respecto, Iglesias comentó que "si los ciudadanos quisieran gobierno monocolor, le hubieran dado la mayoría absoluta. Felipe González tuvo mayoría absoluta, también la tuvo José María Aznar".

¿Por qué España celebra sus cuartas elecciones en cuatro años, en un contexto de fragmentación política?


Desde las elecciones de 2015, cuando la fuerza más votada fue el Partido Popular, liderado por el expresidente Mariano Rajoy, se vio un Parlamento fragmentado, escenario similar al actual. En ese entonces los partidos tampoco llegaron a un acuerdo para nombrar al presidente y por primera vez en el país se repitieron los comicios.

En junio de 2016 Rajoy logró ser investido, pero esto duró solo dos años debido a una moción de censura en su contra, que lo sacó de La Moncloa y llevó al Gobierno a Pedro Sánchez, que tras ocho meses, se vio obligado a convocar elecciones generales para el 28 de abril de este año al no tener Presupuestos para 2019.

Sin un acuerdo para elegir presidente y sin el apoyo necesario en las generales de abril, los comicios deben repetirse el 10 de noviembre próximo.

En España el bipartidismo, protagonizado por las fuerzas del PP y PSOE, se ha desmoronado y han surgido nuevas formaciones como Unidas Podemos, Ciudadanos y el ultraderechista Vox.

Hasta 2015, estas dos fuerzas llegaban a alcanzar hasta el 85 por ciento de los escaños del Congreso de los Diputados, pero el nuevo escenario hace que desaparezcan las mayorías absolutas, y acabe la acostumbrada alternancia en el poder entre el PSOE y el PP. Pero a España le está costando entrar al esquema de Gobiernos de coalición que se han hecho frecuentes en Europa.

España y su izquierda desunida

Desde que Sánchez tomara el poder, PSOE y UP han estrechado sus lazos de cooperación, pero no parecen haber alcanzado la cohesión necesaria para llevar adelante un proyecto de gobierno.

Sánchez no logró pactar con los que llamó durante los últimos meses "sus socios preferentes" de Unidas Podemos, quienes habían dejado claro, desde el inicio de las conversaciones, que su objetivo era entrar en el Gobierno con ministerios relevantes.

Pero Sánchez no estaba cómodo con un gobierno de coalición, pues hubiese quedado atado, no hubiese podido contar con los votos de la derecha y se hubiese puesto a la merced de los independentistas catalanes, asegura la politóloga Ana Sofía Cardenal.

No obstante, ante la situación de Sánchez, este propuso a UP por primera vez en julio formar una coalición que incluía una vicepresidencia de políticas sociales y tres ministerios (Sanidad, Vivienda e Igualdad), pero fue rechazada con el alegato de que no eran competencias reales.

Según los expertos, debido a los cambios en el esquema político español durante los últimos años la frustración y el cansancio de la población podría generar sobre todo más abstención cuando, en abril, la participación (75,76 por ciento) había logrado alcanzar su cota más alta de los últimos 15 años.


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