El músico venezolano José Antonio Abreu falleció este sábado a la edad de 78 años en la ciudad de Caracas (capital). El maestro Abreu, como cariñosamente le llamaban, dejó un invaluable legado.
Este emblemático director entendió que la música era instrumento educativo para la liberación, la transformación y la inclusión social.
"Lucho porque la educación artística en general llegue a ser protagonista del proceso educativo. La educación artística hace que, además de la formación del intelecto, se forme el sentimiento moral, se forme la capacidad para apreciar lo estético, la belleza, a experimentar las emociones más elevadas del ser humano. Porque el arte es el esplendor del ser", estas apreciaciones las dijo Abreu en una entrevista para el programa Cruce de Palabras transmitido por teleSUR en 2013.
El pentagrama y la Patria lloran al maestro José A. Abreu, quien desde joven descolló por su inteligencia, virtuosismo y liderazgo. Por propuesta suya, el Plan de la Patria incluye la consolidación del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles de Venezuela. Vuele alto, maestro pic.twitter.com/mfRMVoFxEa
— Ernesto Villegas P. (@VillegasPoljak) 24 de marzo de 2018
El 12 de febrero de 1975 fundó el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Con 11 jóvenes, Abreu se propuso masificar en los niños el aprendizaje de la música a través de orquestas sinfónicas y coros.
Abreu fundó pequeños conservatorios en comunidades vulnerables. Niños y jóvenes han recibido un instrumento musical y educación gratuita. Este modelo aún se lleva a cabo en Venezuela y ha sido replicado en más de 20 países.
La labor fue reconocida en 2016 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés).
Después de cuatro décadas, el sistema cuenta con más de 620.000 alumnos, 1.210 orquestas y 372 coros.
El programa impulsado por el maestro también ha incluido a niños y jóvenes con capacidades comprometidas, a los que están privados de libertad (quienes a través de la música logran reinsertarse a la sociedad), así como los destinados a los infantes recluidos en centros hospitalarios con enfermedades crónicas.