El presidente Nicolás Maduro conmemora el 165 aniversario del asesinato del general Ezequiel Zamora, destacando este hito histórico en medio de la jornada de juramentación ante la Asamblea Nacional para el período 2025-2031.

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Ante el pueblo que le brindó su reconocimiento como Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, el mandatario destacó la proclama del General del Pueblo Soberano: «¡Oligarcas, temblad! ¡Viva la libertad!», fusionando la conmemoración con la actualidad política venezolana.

Desde el Palacio Presidencial, Nicolás Maduro trazó una línea histórica de lo que describió como traiciones que han marcado momentos trascendentales en Venezuela. «Hace 165 años una bala traidora atravesó la cabeza del general victorioso y se impuso la traición una vez más», declaró el mandatario, iniciando un recorrido por episodios similares en la historia nacional.

El presidente estableció paralelos históricos, recordando figuras emblemáticas que sucumbieron a la traición: «Ya antes, por una traición, mataron al imperio español, quemó la casa del gran cacique Guaicaipuro. Ya antes, por una traición, había sido capturado y asesinado José Leonardo Chirinos», señaló, añadiendo que «los puñales fríos de la traición, de la intriga, acabaron con el proyecto de Bolívar. Mataron a Sucre».

En este sentido, el jefe de Estado destacó el legado de Hugo Chávez: «Llegó Chávez, 200 años después, y nos enseñó el valor de la lealtad absoluta, de la valentía, del patriotismo, de la decisión de luchar por lo nuestro», afirmó. El presidente recordó específicamente un juramento realizado hace 12 años, cuando Chávez estaba enfermo en La Habana, reafirmando su «lealtad absoluta a nuestra historia, a nuestro pueblo y a nuestro comandante Chávez».

Durante la ceremonia, Maduro declaró: «Hemos derrotado el estigma de la traición. ¡No ha habido ni habrá traición al pueblo!», estableciendo un contraste entre los eventos históricos conmemorados y su visión del presente y futuro de Venezuela.

Esta confluencia de la juramentación presidencial con la conmemoración del asesinato de Zamora, marca un momento significativo en la narrativa política venezolana, donde los ecos del pasado se entrelazan con las promesas y desafíos del nuevo período presidencial.

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