Las fuerzas de ocupación israelíes atacaron este viernes a fieles palestinos que habían asistido a los rezos del amanecer en la mezquita Al-Aqsa, en Jerusalén ocupada, y detuvieron de manera arbitraria a al menos cinco de ellos.

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De acuerdo con medios palestinos, los fieles deseaban acceder al recinto sagrado para la jornada de oraciones correspondiente al amanecer de este viernes, el quinto del mes sagrado del Ramadán, coincidente con el Día Mundial de Al-Quds y con movilizaciones en numerosos países en solidaridad con Palestina y en rechazo a la violencia genocida de los ocupantes en Gaza y Cisjordania.

Los ocupantes les lanzaron bombas de gas lacrimógeno, incluso con el empleo de un dron. Previamente, miles de fieles presentes en Al-Aqsa habían coreado consignas repudiando la agresión sionista contra la Franja de Gaza.

Según la administración de la mezquita, el Departamento Islámico del Waqf en Jerusalén, más de 65.000 fieles realizaron las oraciones del amanecer del último viernes de Ramadán.

Plataformas palestinas reportaron, además, que policías y militares de la ocupación agredieron y arrestaron a palestinos en las inmediaciones del templo, en práctica que reeditó anteriores intentos de impedirles el acceso al sagrado recinto.

A través de una declaración, la Organización de Cooperación Islámica (OCI) condenó el ataque. Afirmó que la potencia ocupante viola leyes internacionales acerca de las prácticas religiosas y la libertad de culto, las cuales está obligada a respetar.

Reiteró el llamado a que se implementen las resoluciones de las Naciones Unidas sobre la agresión israelí contra el pueblo palestino a partir del 7 de octubre pasado, así como garantizar la entrega de ayuda humanitaria a todas las partes en la Franja de Gaza, adonde Israel impide o dificulta la llegada de alimentos, agua, combustibles, medicamentos y otros productos vitales.

El jueves la OCI condenó el ataque israelí contra el convoy de cooperantes de la ONG World Central Kitchen, cuyos integrantes fueron asesinados por los ocupantes pese a haber comunicado previamente su recorrido por una zona de Gaza donde no había combates y dejar claro que supervisaban la llegada de alimentos al territorio palestino.

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