ONU debate eliminación de medidas coercitivas unilaterales como forma de presión

Forma parte de los debates del 78° período de sesiones de la Asamblea General. || Foto: ONU


13 de junio de 2024 Hora: 12:47

En el debate se evidenciaron las diferencias entre los países del norte y el sur global

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debatió este jueves sobre la eliminación de las medidas económicas coercitivas unilaterales extraterritoriales como medio de coerción política y económica.

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La discusión se dio en el marco del seguimiento y aplicación de los resultados de las Conferencias Internacionales sobre la Financiación para el Desarrollo y contó con la intervención de representantes de países y agrupaciones regionales de países.

Las dos intervenciones iniciales estuvieron a cargo del canciller de Venezuela, Yván Gil, y de Cuba, con el viceministro de Exteriores, Elio Rodríguez, quienes reclamaron el fin del bloqueo y la aplicación de medidas coercitivas unilaterales por parte de Estados Unidos (EE.UU.).

La representación de Uganda, en nombre del Movimiento de Países No Alineados y el G77+China, expresó su rechazo a las medidas económicas coercitivas extraterritoriales unilaterales, por los efectos que producen sobre la población civil.

«Estas medidas también constituyen medios de discriminación arbitraria contra los países en desarrollo, sujetos a ellas. El impacto de estas medidas afecta, entre otros, a la cooperación técnico y financiera, la transferencia de tecnologías, la producción agrícola, el acceso a los alimentos, tratamientos y equipos médicos; incluso la participación de delegaciones en reuniones del sistema de las Naciones Unidas», resaltó.

Por su parte, Irán —uno de los países víctimas de estas medidas— reclamó que no se permita que esta acción continúen e invitó a otras naciones a rechazarlas, por ilegales e ilegítimas.

Entretanto, la representación de Nicaragua manifestó que los derechos internacionales son aplicados «por conveniencia del imperio» y que, no obstante, ser víctima de ellas «continúa trabajando por la educación y la salud gratuita», ya que «sigue invirtiendo en el sector económico para permitir el desarrollo de la nación».

La delegación nicaragüense puntualizó que «las mal llamadas sanciones son genocidas y violatorias» de los derechos humanos y no favorecen al multilateralismo.

A su vez, Belarús manifestó «que estas sanciones perjudican principalmente a mujeres y niños».

«Cuando los autores y defensores de las medidas unilaterales y los seudopolíticos a los que financian aplauden otro paquete de sanciones, recuerden que son ellos quienes están privando a un niño o a una niña de los medicamentos necesarios para poder vivir una vida normal si tienen una enfermedad rara (…) son ellos los que están condenando a millones de personas del sur a morir de hambre», afirmó.

El representante de Angola y de la Comunidad de Desarrollo del África Austral, Francisco José da Cruz, calificó estas medidas como instrumentos «de coacción y económica en un mundo donde aumentan las desigualdades y la amenaza de las catástrofes naturales, no puede no resaltarse cual necesaria es la diplomacia».

«Preocupa que las medidas económicas coercitivas unilaterales extraterritoriales afectan de manera desproporcionada a los segmentos más vulnerables de la sociedad, agravan la pobreza y la desigualdad, causando inestabilidad socioeconómicas. Las medidas obstaculizan la cooperación regional e internacional», afirmó.

La representación de Colombia manifestó que se suman a las preocupaciones plantadas por otras delegaciones «frente a la aplicación de medidas económicas coercitivas unilaterales que son incompatibles con los principios del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, perjudica principalmente a las economías de los países en desarrollo, y socavan la capacidad de sus Gobiernos para realizar inversiones fundamentales para  la justicia social y la promoción del desarrollo económico y social de sus pueblos».

«Estas medidas tienen un efecto desfavorable, sobre cooperación económica internacional y no son consistentes, en los esfuerzos desplegados en todo el mundo para consolidar un sistema comercial multilateral, basado en los principios de la apertura y no discriminación», declaró.

Asimismo, Colombia dejó claro que las medidas económicas coercitivas unilaterales constituyen una violación de los principios del derecho internacional y perjudica todos los aspectos de la vida de los países, contra los que van dirigidas; instando a los Estados a que se abstengan de promulgar y aplicar unilateralmente medidas que «no sean compatibles con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas».

El representante de Siria rememoró que «la Carta de las Naciones Unidas reafirma el principio de igualdad soberana entre los Estados miembros, se adoptó la cooperación internacional y la promoción del desarrollo económico como uno de sus propósitos, con miras a desarrollar relaciones amistosas entre los países y promover la cooperación internacional a partir de la justicia y la equidad».

También refirió la existencia de una resolución aprobada por la asamblea en los años 70 que estipula «ningún Estado podrá utilizar o alentar al uso de las sanciones económicas, políticas o de cualquier otro tipo, para coaccionar a otro Estado a fin de obtener la subordinación de su ejercicio de los derechos soberanos o de obtener cualquier tipo de ventaja del tipo que sea».

La delegación de Honduras también se unió al rechazo a este tipo de políticas coercitivas contra las naciones, alegando que los países en desarrollo enfrentan “grandes desafíos, incluidas las medidas económicas y comerciales unilaterales y el debilitamiento del multilateralismo”, lo que vulnera los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional.

En representación del Gobierno de la presidenta Xiomara Castro y reconociendo los principios de la política exterior hondureña, el funcionario lamentó la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que repercuten en los derechos humanos de las personas que viven bajo estas medidas, manifestando que ello “profundiza la brecha del desarrollo”, acotó el representante hondureño ante la ONU.

“Estas acciones resquebrajan el desarrollo social y económico de los países que están sujetos a ellas y por lo tanto, a consecuencia de estas, les pausa el logro de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, añadió.

El diplomático reiteró que, para su país, la aplicación de estas medidas unilaterales, donde se incluyen “barreras arancelarias y no arancelarias” socava el sistema el comercial multilateral. “Restringe el libre comercio, la inversión y por lo tanto el desarrollo sostenible en beneficio de y para todos lo cual se vuelve contrario a las normas mundiales de comercio y a los instrumentos de desarrollo universalmente reconocidos”, subrayó y condenó el bloqueo contra Cuba y Venezuela, catalogando esta medida como “contraria al derecho internacional y que viola el principio del respeto a la autodeterminación de los pueblos”.

Por último Honduras exhortó a la comunidad internacional a buscar más solidaridad y cooperaciones, esto, según el diplomático permitiría una superación de “los abismales desafíos y vulnerabilidades que se enfrentan en las diferentes latitudes para implementar la Agenda 2023 para el Desarrollo Sostenible”.

A su vez, el representante de Brasil reiteró que el impacto de las medidas coercitiva unilaterales «va más allá de las consideraciones jurídicas y políticas».

«El impacto de las medidas va más allá de las consideraciones jurídicas y políticas, tienen graves consecuencias políticas puesto que, con demasiada frecuencia, suelen agravar las crisis económicas, contribuyen a la pobreza, a la desigualdad y, en muchos casos, el sufrimiento personal por escasez de medicamentos, alimentos y bienes esenciales», dijo.

El representante permanente de Bolivia, Diego Pary, condenó las medidas coercitivas unilaterales que violan el derecho internacional humanitario de las naciones afectadas.

«Bolivia condena cada una y todas las medidas coercitivas unilaterales que, a lo largo de los años, han sido impuestas de manera arbitraria contra países soberanos, principalmente, contra países en desarrollo. Estas medidas son ilegales y constituyen una violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas y de las normas básicas del derecho internacional, incluidos los derechos humanos y el derecho internacional humanitario», aseveró el diplomático.

Además, aseguró que como muy bien expresa su denominación, «son acciones arbitrarias y caprichosas de un Estado hacia otro Estado con el propósito de generar efectos económicos, comerciales, financieros, adversos por razones políticas que tienen consecuencias devastadoras para las economías y la estabilidad de las poblaciones de los países afectados».

La delegación de Sudáfrica declaró que considera estas medidas como «una vulneración de las Carta de Naciones Unidas, el derecho internacional y de los propósitos y principios de las Naciones Unidas».

«Este debate llega en un momento en el que hay un aumento significativo del alcance, los objetivos y el caracter extraterritorial de las MCU. La ilegalidad de estas ha quedado reafirmada en repetidas ocasiones», precisó.

Asimismo, el diplomático expresó que Sudáfrica mantiene una profunda preocupación por la aplicación extraterritorial de leyes y normas «que imponen medidas coercitivas unilaterales y exhorta a los Estados a emplear el multilateralismo, la diplomacia, las negociaciones, el diálogo y otras herramientas pacíficas para resolver sus diferencias, sin recurrir a medidas coercitivas».

Autor: teleSUR - odr - ahf - DRL - MER

Fuente: ONU

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