ONU rechaza nueva ofensiva del grupo armado M23 en República Democrática del Congo

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Se reportan combates intensos entre el Ejército congoleño (en la foto) y el M23 en Sake, a solo 20 kilómetro de Goma, ciudad de dos millones de habitantes, lo que ha desatado pánico en la población. Foto: EFE


24 de enero de 2025 Hora: 12:21

Según la oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más de 178.000 personas han sido desplazadas por los enfrentamientos entre el 4 y el 20 de enero, mientras que al menos 113 han resultado heridas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por la creciente violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC) tras el avance del grupo armado Movimiento 23 de Marzo (M23).

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A través de un comunicado difundido este viernes, Guterres señaló que la reciente expansión del M23 supone un peligro inminente para la ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte (este, en la frontera con Ruanda), que ya sufrió la ocupación del grupo armado en 2012.

El avance más reciente del M23 incluye la toma de la estratégica ciudad de Minova, en Kivu del Sur, y combates intensos en Sake, a solo 20 kilómetro de Goma, ciudad de dos millones de habitantes, lo que ha desatado pánico en la población.

Guterres advirtió que “esta ofensiva está teniendo efectos devastadores sobre la población civil y ha aumentado el riesgo de una guerra regional más amplia”.

Instó al M23 a detener de inmediato su ofensiva y retirarse de las zonas ocupadas. “Respeten la soberanía y la integridad territorial de la RDC y pongan fin a toda forma de apoyo a los grupos armados, ya sean congoleños o extranjeros”. Instó a que se garantice el acceso humanitario a los afectados y la protección de los derechos humanos.

También expresó preocupación por los informes que señalan la participación de tropas ruandesas en el conflicto y su respaldo al M23.

Este recrudecimiento del conflicto ocurre semanas después de la suspensión de una cumbre de paz organizada por Angola en diciembre de 2024, en la que el presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, y su homólogo de Ruanda, Paul Kagame, buscaban avanzar hacia una solución negociada. Kagame no asistió.

De acuerdo con medios internacionales, la ONU ha confirmado la colaboración de Ruanda con el M23, mientras que este país y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la liberación de Ruanda (FDLR), grupo armado vinculado con el genocidio de 1994 en territorio ruandés.

El este de la RDC ha sido escenario de violencia constante desde 1998, alimentada por la acción de milicias armadas y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Monusco).

El M23 surgió en el año 2012 como una facción rebelde integrada principalmente por antiguos combatientes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), grupo que había firmado un acuerdo de paz con el Gobierno congoleño en 2009. Sin embargo, el M23 acusó al Ejecutivo de incumplir los términos de este acuerdo, como la integración de sus combatientes en el Ejército nacional y la protección de sus comunidades.

De acuerdo con información de la ONU, “el M23 ha sido cómplice y responsable de infracciones graves del derecho internacional cometidas contra mujeres y niños en situaciones de conflicto armado en la República Democrática del Congo, como asesinatos, mutilaciones, actos de violencia sexual, secuestros y desplazamientos forzados”.

Testimonios detallan masacres de civiles y abusos sexuales, que incluyen casos de violación de mujeres y niñas, además de reclutamientos forzosos de menores.

Según el M23, su objetivo es proteger los derechos de la comunidad tutsi congoleña frente a otros grupos armados hostiles, como las FDLR. Sin embargo, ha sido señalado por buscar el control de territorios ricos en recursos naturales, como oro, coltán y estaño, los cuales han servido para financiar sus operaciones. No se descarta el interés de potencias extranjeras por el acceso a estas riquezas.

A juicio del experto keniano Patrick Loch Otieno Lumumba, las fronteras heredadas por las naciones africanas fueron impuestas por el colonialismo y ello ha generado numerosos problemas tras la independencia.

Recordó que Bélgica ocupó el territorio del Congo, pero Alemania ocupó Ruanda y Burundi. Gran parte de los ruandeses -de la etnia tutsi- vivían en lo que es hoy suelo congolés, opinó.

Afirmó, sin embargo, que no se trata de un conflicto étnico, como quieren hacer ver potencias occidentales, sino con el control de los recursos de la RDC.

Detalló que en la zona operan más de un centenar de grupos armados y trasnacionales extranjeras emplean a algunos de ellos para controlar las áreas de donde extraen minerales.

Expresó su certeza de que las partes en conflicto reanuden sus negociaciones y acuerden un alto el fuego estable, aceptado por todos, para luego entrar a considerar una solución para los ruandeses que históricamente se han considerado congoleses.

Autor: TeleSUR - idg - JDO

Fuente: Rusia Today - EFE - Europa Press - ONU - DW