Advertencia sobre la normalización de grupos extremistas en Siria y riesgos futuros para la región

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Aceptar a estas organizaciones como gobernantes legítimos sin exigirles rendición de cuentas por su pasado terrorista podría abrir la puerta a que otras organizaciones terrorista. Foto: HTS members. X/ @OAjjoub


Por: Adonis Qabbani

24 de abril de 2025 Hora: 15:30

Con el ascenso de Hay’at Tahrir al-Sham al poder en Damasco tras la caída del régimen de Bashar al-Asad en diciembre de 2024, los acontecimientos en Siria despiertan temores de que se intente normalizar a grupos extremistas con un largo historial de terrorismo e ideología yihadista. Aceptar a estas organizaciones como gobernantes legítimos sin exigirles rendición de cuentas por su pasado terrorista podría abrir la puerta a que otras organizaciones terroristas busquen controlar la región, representando una seria amenaza para la estabilidad de Oriente Medio.

La prisión de Saydnaya, cerca de la capital siria, se ha convertido en un símbolo mediático que justifica el ascenso de Hay’at Tahrir al-Sham. Liderado por figuras como Ahmad al-Shar’ (Abu Muhammad al-Julani), exalto comandante de Al Qaeda, el grupo presenta Saydnaya como un lugar de sufrimiento suní para conferir legitimidad moral a organizaciones con antecedentes terroristas documentados. El periodista sirio Sarkis Qassarjian sostiene que “representar Saydnaya como persecución suní busca otorgar una fachada ética a grupos cuya ideología extremista y acciones violentas están ampliamente documentadas.”

Hay’at Tahrir al-Sham, surgida del Frente al-Nusra (la rama de Al Qaeda en Siria), pone en duda su capacidad de transformarse en un cuerpo de gobierno civil y moderado. El analista político Abdul Razzaq al-Mahdi señala:

“Los grupos formados en la lógica del yihad y la violencia no pueden convertirse con facilidad en fuerzas políticas civiles, pues su ideología está profundamente arraigada en el extremismo.”

Un informe del Centro Mustaqbal (Futuro) respalda esta visión, subrayando que “los cambios superficiales en el discurso de HTS como el atenuado del lenguaje religioso responden a tácticas de adaptación, no a transformaciones sustanciales.”

Aceptar a Hay’at Tahrir al-Sham como autoridad legítima sin procesar a sus líderes por crímenes pasados envía un mensaje peligroso al resto de los grupos terroristas de la región. Ahmad al-Shar’, vinculado en su día a los atentados del 11 de septiembre, es ahora cabeza de un gobierno de facto en Siria. Si el mundo acepta su liderazgo pese a su historial, ¿por qué otras organizaciones extremistas no intentarían derrocar regímenes y tomar el poder por métodos similares?

“Normalizar a los grupos extremistas fomenta una nueva generación de terroristas que ve la violencia como vía hacia el poder.”

Un informe del Washington Institute añade que “la impunidad frente a líderes como al-Shar’ debilita la justicia y refuerza la ausencia de castigo, abriendo la puerta al caos regional.”

Potencias regionales como Catar que ha financiado facciones islamistas y Turquía patrocinador oficial de Hay’at Tahrir al-Sham desempeñan un rol clave en apuntalar el nuevo gobierno extremista. Buscan rebrandear a estos grupos y a líderes como al-Shar’ mediante un discurso moderado y una imagen más aceptable. Sin embargo, las recientes atrocidades en marzo de 2025, miles de alauitas fueron asesinados en sus propias regiones por facciones extremistas que hoy gobiernan Siria evidencian la imposibilidad de una reforma genuina, pese a los intentos retóricos de HTS. Un informe de la BBC sugiere que este respaldo obedece a intereses geopolíticos, como llenar el vacío político en Siria, más que a una auténtica confianza en la transformación de HTS.

Bajo el mando de Hay’at Tahrir al-Sham, Siria enfrenta retos mayúsculos, entre ellos la gestión de la diversidad sectaria y faccional. El Centro Mustaqbal advierte que

“Grupos fundamentalistas, que en Irak se fragmentaron en más de 1.000 facciones, podrían convertirse en bombas de tiempo en Siria.”

Los planes de al-Shar’ para formar un ejército nacional o convocar un diálogo nacional también han sido criticados por carecer de legitimidad popular, según el Washington Institute.

Escenario de amenaza regional

La normalización continua de Hay’at Tahrir al-Sham podría derivar en consecuencias catastróficas al envalentonar y expandir las ambiciones extremistas. El éxito de HTS podría animar a otros grupos a buscar el poder mediante la violencia, poniendo en riesgo a una región ya inestable. Además, la incapacidad del grupo para controlar a las facciones más radicalizadas podría desatar nuevas guerras civiles dentro de Siria. Informes de la ONU y de la BBC advierten que el reasentamiento de miles de combatientes endurecidos podría convertir al país en un centro de exportación de terrorismo.

En suma, normalizar a grupos extremistas como Hay’at Tahrir al-Sham sin exigirles responsabilidad por su pasado terrorista representa un grave peligro para el futuro de Oriente Medio. El tránsito de Ahmad al-Shar’ de comandante de Al Qaeda a líder político envía una señal peligrosa de que la violencia puede ser un camino hacia el poder, socavando la justicia y alentando el desorden regional.

Autor: Adonis Qabbani

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