El arte de la política: Sanciones a contraluz

rancho

El rancho, por más pobre que parezca, se mantiene limpio e iluminado, cruzado por la blancura de quien ve más allá del horizonte, donde el sol lo mueve todo.


Por: David Gómez Rodríguez

27 de marzo de 2025 Hora: 21:34

Armando Reverón pintó “El rancho” (1933) una estructura de luz donde el blanco no es ausencia, sino plenitud, donde los materiales no apresan nada, como en el caso de “La pajarera” (s/f), sino que por lo contrario le dan sentido a una casa que parece asediada por las sombras. El rancho, por más pobre que parezca, se mantiene limpio e iluminado, cruzado por la blancura de quien ve más allá del horizonte, donde el sol lo mueve todo. Hoy, ese blanco que los críticos coloniales llamaron «primitivista» para menospreciar al Maestro de la luz, resurge como código de resistencia.

A principios de año publicamos un artículo llamado Nuevo orden energético mundial ¿Sin gas ruso en Europa? Y analizábamos las consecuencias económicas de las medidas hostiles contra la industria energética rusa, país que a pesar de las sanciones se mantiene erguido y victorioso. El sabotaje al gasoductos Nord Stream 2, las agresiones de la OTAN, la cancelación en los medios de comunicación hegemónicos, no fueron suficientes para derrotar a Rusia, que se ve cada día más fuerte y contrasta con la obra llamada “La casa” de Nicolai Nasedkin, el cual ama el negro del petróleo para pintar. Por lo contrario, la oscuridad de esa casa se parece más a la actual situación de Europa y EEUU, donde cada día se manifiesta con más fuerza el fascismo. Y no se trata de retórica se trata de hechos ¿O es que acaso no se parecen las cárceles de Bukele a campos de concentración? ¿No es una política fascista criminalizar la migración o promover sanciones que promueven el desabastecimiento en hospitales o que ponen en riesgo la seguridad alimentaria de toda una nación? Las sanciones se han convertido en crímenes de lesa humanidad y hasta la ONU reconoce que son medidas ilegales. Es el fascismo cambiando la esvástica por dólares, apuñalando los principios de la modernidad occidental.

¡La agresión no cesa! Resulta que ahora cualquier país que importe petróleo o gas de Venezuela deberá enfrentar el chantaje gringo a través de un arancel del 25% sobre las importaciones que realicen hacia Estados Unidos. De esta forma queda claro que las sanciones económicas seguirán siendo una estrategia del imperialismo para golpear a los pueblos que consideran sus enemigos. Donald Trump, el mismo que habla de terrorismo mientras ordena la persecución de familias trabajadoras, es un magnate bravucón sin respeto al derecho internacional y en su pragmatismo irá pateando todo lo que no sirva a sus intereses, incluso cuando eso que patea sea sagrado para algunos. Las sanciones a contraluz revelan la silueta de un sistema en decadencia, que el centro de su oscuridad camufla al monstruo del fascismo.

A partir de las nuevas medidas, los precios del petróleo suben día a día, pues el mercado reacciona como una bestia instintiva. En los primeros días los valores del Brent subieron 46 centavos hasta llegar a los 73.46 dólares el barril, y los del West Texas sumaban 41 centavos para llegar a 69.52 dólares. Luego bajarán un poco por las medidas paliativas, pero la inestabilidad seguirá, dando más pertinencia y poder a plataformas alternativas como los BRICS. Al final, todas estas formas de coerción repercutirán de manera estructural en la propia economía estadounidense y a la dictadura de su moneda en los mercados globales.

Frente a esta nueva medida belicista frente a la economía venezolana, el presidente Nicolás Maduro ha asegurado «Las sanciones de ayer las derrotamos y las que vengan las derrotaremos también con trabajo (…). Podrán sancionar y poner aranceles a lo que le dé la gana. Lo que no podrán sancionar es el amor y el patriotismo del pueblo venezolano». Ese es el combustible que ha hecho posible garantizar el abastecimiento nacional en materia agroalimentaria y que nos mantiene labrando, paso a paso, una nueva economía y un nuevo sistema político. Son las muñecas de trapo de Reverón en afrenta abierta contra los drones imperiales. Es decir, es el empeño guerrerista de los gringos contra la voluntad insondable de las mujeres que construyen sus casas en el urbanismo “Jorge Rodríguez Padre”, de los campesinos de Mérida cultivando papas hasta en el aire, de los niños aprendiendo cuatro en los barrios, de un pueblo organizado construyendo sus agendas concretas de acción para resolver los problemas uno a uno, de comuna en comuna. Por supuesto que los drones hacen daño, pero no podrán con la luz. Frente al cuadro de la oscuridad nosotros sabemos que llevamos en el alma a Reverón y pintar el futuro con las cualidades de la luz es el acto más subversivo contra un imperio que nos quiere a oscuras ¡La esperanza es nuestra propia incandescencia!

Autor: David Gómez Rodríguez

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