El arte de la política: Yo postulo a Antonio José de Sucre y a José Pío Tamayo Rodríguez

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Foto: PSUV


Por: David Gómez Rodríguez

22 de febrero de 2025 Hora: 01:25

¡Tremendo trabuco si los candidatos son así! Se acerca el proceso de postulaciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela y el mundo observa cómo todo el país se prepara para elegir Gobernadores, Diputados a Consejos Legislativos y Diputados a la Asamblea Nacional, lo que hace necesario debatir sobre el perfil del militante (especialmente de los nuevos liderazgos y de la juventud) para estas responsabilidades tan importante en la nueva etapa de transición al socialismo. A continuación reflexionaremos sobre este tema partiendo de un texto llamado Organizar el vendaval: La juventud en la nueva etapa de transición al socialismo el cual publiqué con los amigos de la Editorial Vadell Hermanos y que está a su disposición en la plataforma web de la editorial para la descarga gratuita.

Hacer un retrato como el de Antonio José de Sucre es una hazaña pictórica por el dominio de la técnica y la responsabilidad histórica con tan magnánimo ser, de esta forma reconocemos en Arturo Michelena a un maestro de la más alta talla a lograr captar la esencia de Gran Mariscal de Ayacucho.  Sin embargo, hacerse un autorretrato como individuo, como generación y como clase es también muy difícil desde el punto de vista político, pues implica confrontarnos con nosotros mismos ¡La mentira y la artimaña no vale de nada en este escenario! Pasar por la senda de esa confrontación, vernos en un espejo llamado “revolución” nos interpela frente a la historia y esa presión nos obliga a pasar del carbón al oro.

Dice Alejandro Fierro que “la identidad se forja tanto por lo que se es como por lo que no se es, entendido esto último como un antagonismo necesario: se es en la medida en que ese «ser» se opone a aquello que se caracteriza como un adversario. Cuando esa identidad adquiere capacidad de transformación social deviene en sujeto político”. Creo fervientemente que hoy ese contrario no está solo en los que nos confrontan políticamente, sino que también habita dentro de nosotros, pues acechados por los vicios del capitalismo y procurando los valores del socialismo, choca la hegemonía cultural de la burguesía con los anhelos y proyectos de un pueblo, que ha decidido asumir la construcción de otro mundo. De esta forma retratar lo que somos y lo que queremos es vital para ir definiendo a través del “ser” una nueva cultura política.

Como generación tenemos sobre nuestros hombros una avalancha de historia que vino a revivir los escenarios que otrora definirían la libertad de la América, y al mismo tiempo divisamos en el horizonte, casi como si estuviese a unos cuantos pasos, nuestras utopías. Debemos entonces vernos cara a cara con el tiempo y exigirle el resguardo de uno de sus arcanos para poder cabalgar con firmeza hasta el futuro, derrotando al fascismo y al imperialismo. Debemos ver en nuestro reflejo a Bolívar, el mismo que invocó al tiempo en el Chimborazo. Y en lo práctico, encontrar en nosotros la rectitud administrativa, el genio republicano y la virtud humana encarnada en Sucre, así como la capacidad política y la eficiencia organizativa de José Pio Tamayo, que más allá de ser un poeta fue un extraordinario formador y dirigente de varias generaciones.

El Presidente de la República Nicolas Maduro ha puesto bajo la responsabilidad de la comuna y la juventud ser los actores protagónicos del renacimiento de la revolución en el marco de la nueva etapa de transición al socialismo. Es la carga del tiempo histórico y el desafío del presente. Nos toca, en ese sentido, tener la alegría y el ímpetu revolucionario al tiempo que desarrollamos la profundidad para leer a Marx, Meszaros, Chomsky, Castells, Britto Garcia, Iraida Vargas y Lebowitz, sin que eso nos haga personas alejadas de los códigos culturales de nuestro tiempo, por lo contrario, debemos lograr que la filosofía y la ciencia nos permita domar la bestias de la postmodernidad con un pensamiento dialéctico que posibilite una praxis profundamente revolucionaria enmarcada en la nueva modernidad y en plan de las 7T. Es decir, tener el criterio, los conceptos, las competencias y los métodos afinados desde la ciencia para ejercer el arte de la política. Entonces, como Sucre sabía de las ciencias militares un candidato del PSUV debe saber de comunicación, gerencia, y administración; como José Pío Tamayo sabía de teoría revolucionaria e internacionalismo un candidato del PSUV debe saber del socialismo bolivariano del siglo XXI, de la toparquía, del trabajo social y del poder popular.

Sucre fue leal a Bolívar y al proyecto de Colombia la grande, su vida toda da cuenta de ello, cada paso, carta, batalla y decisión es prueba irrefutable de su compromiso. De Pio Tamayo podemos decir lo mismo en torno al proyecto socialista de su tiempo. Ambos dieron su vida por sus ideales. Ese es el modelo a seguir para ser realmente útiles y virtuosos en nuestro tiempo histórico, en el que tanto las banderas de la soberanía y el socialismo ondean. Los candidatos del PSUV tienen que tener ese mismo compromiso con la defensa de la patria frente al imperialismo y el fascismo, con la organización de la revolución económica y cultural, y con el desarrollo de las comunas y del gobierno popular ¡aes fundamental! Los candidatos a gobernadores deben tener profunda consciencia de proyecto político del socialismo territorial y la capacidad político-técnica para establecer un gobierno comunal, con una nueva visión administrativa y organizativa. Por su parte, los diputados regionales y nacionales deben tener un profundo conocimiento de la realidad de los territorios y los sectores sociales, el manejo de las leyes de la República y la capacidad de ser el puente entre las comunas y el poder legislativo a din de legislar con pertinencia y en función de lograr los grandes objetivos planteados en el Plan de la Patria de las 7T.

No se trata del cargo, se trata de la capacidad para ejercerlo con un sentido verdaderamente revolucionario. Robert Serra dijo «Nuestra prioridad no es un cargo, es hacer irreversible la revolución y los logros del pueblo». Frente a estas palabras no debería existir un candidato que no corresponda a ese ideal y que no se vea en el retrato de Sucre y en la militancia de Pio Tamayo. Ahora la responsabilidad no es únicamente individual, en tal sentido, el partido juega un papel fundamental, pues, como lo ha dicho el Presidente Nicolás Maduro “Somos la fuerza decisiva de este tiempo histórico, la fuerza rectora de la Revolución y tenemos que transformarnos cada vez más en un eficiente partido de Gobierno para llevar las riendas de la gobernanza, la democracia y revolución de Venezuela”.

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